Las olas de calor sucesivas que se están padeciendo este verano tienen consecuencias para en un espacio natural tan sensible como el Mar Menor. La laguna salada, ya asediada por la contaminación y por la superpoblación de nutrientes, ahora se enfrenta a otra amenaza que puede poner en peligro el frágil equilibrio en el que se sostiene el entorno.
Concretamente, la nueva preocupación para las autoridades que velan por la salud del Mar Menor es la elevada temperatura del agua, que estos días ha alcanzado su registro máximo, con 31,25 grados científicos, según se puso de manifiesto en el Comité de Seguimiento del Mar Menor.
La elevada temperatura también ha llevado a que se incremente la salinidad a 42,01 PSU, una cifra elevada, si se tiene en cuenta que la media de los océanos está en torno a 35; la del Mar Rojo, en 40; y la del Mar Muerto asciende a 330.
Cuáles han sido las temperaturas máximas del Mar Menor en los últimos años
Las anteriores temperaturas máximas registradas desde el año 2016, gracias al sistema de monitorización, eran:
- 30,85 grados el 8 de agosto de 2017
- 30,54 grados en las mismas fechas de 2018
- 30,22 grados el 20 de julio de 2022.
En cuanto al resto de parámetros analizados, y a fecha 28 de julio, la salinidad asciende a 42,01 PSU, la clorofila se sitúa en 0,72 μg/l, la oxigenación media es de 5,99 mg/l y la turbidez es de 1 FTU, tal y como explicó el portavoz del Comité Científico del Mar Menor, Emilio María Dolores.
Cuánta biomasa se ha retirado del Mar Menor
En cuanto a la retirada de biomasa, la cantidad extraída del Mar Menor en lo que va de año asciende a 14.718 toneladas, gracias a la labor de los operarios y pescadores. Esto ha permitido eliminar del ecosistema 307 toneladas de nitrógeno y 10,2 de fósforo, lo que supone un 33,71 por ciento de lo entrado en lo que va de año en el primer caso y un 44,14 por ciento extra a todo lo entrado este año, en cuanto al fósforo.
Por otro lado, y en relación a la entrada de agua por la rambla del Albujón, en lo que va de año ha entrado un 61,88 por ciento más de agua que en el mismo periodo del año anterior, alcanzando ahora los 7,3 hectómetros cúbicos, lo que ha conllevado la entrada de un 22,98 por ciento más de nitratos y el triple de fósforo.