Un equipo de la Universidad de Málaga consigue transformar toallitas húmedas en carbón activo que puede emplearse en la depuración de aguas y en la eliminación de contaminantes tan peligrosos como el mercurio.
Una costumbre inocente, con un coste ambiental enorme. La popularización de las toallitas húmedas está acarreando una serie de problemas de gestión ambiental de este residuo, que se magnifican todavía más cuando estas toallitas no se depositan en la papelera del baño y se dejan caer en el inodoro.
Toallitas húmedas que acaban en el mar
Una parte importante de estas toallitas acaba en el mar, donde suponen una contaminación que afecta a diferentes escalas, y se suma a las miles de toneladas de residuos que flotan en las aguas marinas.
Una toallita húmeda que llega al mar libera microorganismos fecales para los que ese entorno no está preparado. Una contaminación microbiana que afecta a todo tipo de bivalvos que luego consumimos en casa, ya que al alimentarse filtrando el agua, atrapan también todos los contaminantes presentes en el entorno. Sí, también los microorganismos que los seres humanos hemos dejado en las toallitas, al utilizarlas en el baño.
Depuración de bivalvos por la contaminación de las toallitas
Éste es el motivo por el que de unos años a esta parte, estos moluscos tienen que ser sometidos a un proceso de depuración, que garantice la seguridad de este alimento y que esté totalmente limpio de estos patógenos causantes de intoxicaciones alimentarias en seres humanos.
Y a veces, la contaminación microbiana causada por las toallitas es de tal nivel, que sale más caro el proceso de descontaminación de los moluscos que lo que el pescador reciba por ellos.
Por otro lado, las toallitas liberadas en el mar suelen unirse en comunidades y formar estructuras de gran tamaño, que tapan la luz a los organismos adheridos a rocas o acantilados marinos, lo que acaba provocando su muerte. Además, acaban arrasando los fondos marinos y causando un impacto bastante serio en la biodiversidad.
Las toallitas húmedas colapsan las estaciones depuradoras
Pero las que se quedan atrapadas en las estaciones depuradoras tampoco tienen mejor solución. En estos casos, el depurado de aguas residuales sí ha logrado acabar con los microorganismos, sin embargo, queda una materia de celulosa con la que no se sabe muy bien qué hacer y acaba representando un problema de miles de toneladas.
Por este motivo, el equipo de investigación que lidera Francisco Ignacio Franco en la Universidad de Málaga ha propuesto una solución sostenible y circular para la gestión de las toallitas húmedas. Tanto las que se atrapan en campañas de limpieza de los mares, como las acumuladas en depuradoras y vertederos.
Trabajan en esta línea, en gran medida, porque las toallitas se han convertido en un problema de contaminación marina comparable al del plástico o incluso de mayor entidad, opina.
Transformar totallitas húmedas en carbón activo
Este investigador del Área de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad de Málaga, que también dirige la Cátedra de Ciencias del Litoral Costa del Sol, ha aplicado un método para convertir las toallitas en carbón activo, que a su vez puede emplearse para el tratamiento y la eliminación de ciertos contaminantes metálicos y microbianos de las aguas residuales.
No es nada nuevo, es una fórmula conocida desde hace tiempo, explica Francisco Ignacio Franco, sin embargo, es la primera vez que se aplica con residuos procedentes de toallitas húmedas y los resultados, hasta ahora obtenidos en ensayos en laboratorio, a pequeña escala, están siendo muy prometedores.
Proceso de pirólisis para reciclar las toallitas
La clave de la conversión de las toallitas húmedas en un carbón activo con propiedades muy interesantes reside en un proceso de pirólisis.
Sí, básicamente se trata de una combustión, de quemar las toallitas, sin embargo, en este caso se hace sin oxígeno. Así se llega a un proceso químico, con el que las moléculas de carbono presentes en las toallitas se transforman en carbón activo. Y lo mejor de todo: en este proceso no se genera ningún tipo de residuo, ya que todo el material del que están hechas las toallitas es aprovechado en la fabricación de este carbón activo.
Pero todavía hay más. Este proceso pirolítico sin oxígeno no se libera dióxido de carbono a la atmósfera, lo que potencia todavía más el interés en su desarrollo y en su puesta en marcha en las estaciones depuradoras.
Aunque ese trabajo corresponderá a otros grupos de investigación y a empresas privadas, porque el trabajo del equipo de Francisco Ignacio Franco está enmarcado en lo que se conoce como ciencia básica.
Carbones activos para contaminantes concretos
Ahora están afinando el proceso y probando formulaciones nuevas para el desarrollo de carbones activos más interesantes, en algunos casos, desarrollados de manera específica para trabajar contra contaminantes concretos.
Por ejemplo, dice este investigador de la Universidad de Málaga, el carbón activo obtenido funciona muy bien para atrapar mercurio, un metal pesado muy difícil de neutralizar en el agua, pero, sin embargo, no se comporta de la misma manera con el cadmio, otro metal pesado que puede estar en aguas contaminadas. De ahí que se estén realizando ensayos con diferentes tipos de carbones activos, para conocer a fondo su efectividad y los usos que podría tener.
De la misma manera, este carbón activo funciona muy bien para combatir la contaminación microbiana como la provocada por la salmonela. Las características de este elemento resultante del proceso pirolítico lo hacen muy interesante para la depuración de moluscos y mariscos, gracias a sus propiedades para eliminar agentes microbianos.
Un carbón activo con una alta porosidad
En parte, su capacidad para atrapar elementos se debe a su alta porosidad. Pero también se pueden cambiar sus características para hacerlo efectivo ante contaminantes determinados. Esto se consigue mediante la modificación de la superficie del carbón activo.
Cada tipo de formulación se adecua a un contaminante determinado, de manera que se puede contar con un conjunto de sustancias casi a la carta, preparados para combatir la contaminación de entornos diferentes. Así, este carbón activo enriquecido con hierro funciona muy bien para eliminar la bacteria causante de la salmonelosis.
Y en esta línea se están centrando los trabajos actuales del grupo de Francisco Ignacio Franco, para quien esta fórmula reutilización de las toallitas húmedas supone una apuesta firme por la economía circular y la valorización de un material que, hasta ahora, supone un problema ambiental cuantificado en miles de toneladas al año.
Los usos del carbón activo son muy variados. Por ejemplo, puede emplearse para la captura de dióxido de carbono. También es el producto que hay en los filtros para el agua potable que se emplean en grifos de los hogares. De ahí el interés de esta línea de trabajo, con la que se puede obtener un material de gran valor y muy versátil, con usos en diferentes sectores, algo que se ve potenciado también por la posibilidad de fabricar carbones específicos a la carta.
Esta solución ambiental ideada por el equipo de Francisco Ignacio Franco ha obtenido el premio Mares Circulares, que otorga Coca-Cola, dotado con 5.400 euros, que serán invertidos en el desarrollo de esta fórmula para la reutilización de toallitas húmedas.