La UNED es la primera universidad en estudiar con testimonios reales las motivaciones que llevaron a una docena de mujeres españolas a dejarlo todo para unirse a grupos terroristas islámicos, una información útil para desarrollar planes de reinserción específicos.
Apenas son una veintena en nuestro país. La mayoría de ellas han crecido en una familia musulmana y solamente en algunos casos se han convertido al Islam a edad adulta. Son las mujeres en prisiones españolas con condenas por actos relacionados con el terrorismo islámico, unas auténticas desconocidas para la comunicad científica y cuyas historias de vida pueden funcionar como referencia para desarrollar intervenciones específicas con este colectivo, así como para diseñar programas de tratamiento en prisión que favorezcan la salida de los grupos extremistas y su reinserción en la sociedad.
Qué llevó a unirse a la yihad a una docena de mujeres españolas
El equipo de la UNED ha descubierto que las mujeres que deciden unirse a estos movimientos extremistas lo hacen porque atraviesan una situación de “desencanto, de desilusión con su entorno; otras, en cambio, lo que buscan en este tipo de organización es dar un sentido a su vida, buscar algo por lo que vivir, por lo que luchar”, afirma este investigador de la Facultad de Psicología de la UNED.
La UNED ha sido la primera universidad del mundo en firmar una investigación en la que se incluye el testimonio de una docena de mujeres que se unieron a la yihad y lo dejaron todo para implicarse de forma activa en la lucha por el califato. Un estudio que ha permitido detallar qué les motivó a dejar su vida en España y entregarse de esta manera a la causa terrorista, así como la decepción que les causó el ambiente de la organización, que en nada se parecía a lo que les prometieron cuando fueron captadas a través de redes sociales y otros foros de Internet.
Las entrevistas a estas mujeres forman parte de una investigación dirigida por el catedrático de la Facultad de Psicología de la UNED, Ángel Gómez, publicada en la revista International Journal of Social Psychology, un trabajo más amplio en el que también se analizaron las circunstancias de hombres en prisión por delitos relacionados con el terrorismo yihadista y de otros por delitos que no tienen nada que ver con la religión, pero sí con la violencia organizada y bandas.
La primera investigación en la que se entrevista a mujeres encausadas por terrorismo islámico
Esta investigación de la UNED ha conseguido romper una de las barreras más importantes a las que se enfrentan los estudios sobre terrorismo, como es la dificultad de incluir datos empíricos. Los autores han sorteado la complejidad para acceder a este tipo de personas, han conseguido los permisos necesarios de las instituciones penitenciarias para hablar con ellos. Pero no solo eso, sino que se han ganado la confianza de esta población reclusa, que se ha abierto con ellos como prácticamente nunca antes lo había hecho.
El hermetismo en este tipo de organizaciones está muy extendido. Tanto es así que solamente el tres por ciento de las publicaciones en este campo incluyen testimonios reales. Y en el caso de mujeres, las reticencias a colaborar en este tipo de estudios son todavía mayores.
Cómo son las mujeres encarceladas en España por terrorismo islamista
Todas las mujeres que han participado en este estudio son bastante jóvenes, están en la veintena, y antes de ingresar en la organización vivían una situación de vulnerabilidad, que les hacía muy influenciables por lo que encontraban en las redes sociales e Internet.
En ese acercamiento para conocer sus historias de vida, Ángel Gómez pudo comprobar que no entraban en Internet buscando un grupo terrorista al que alistarse, sino que el proceso era progresivo: paso a paso. Encontraban un espacio en Internet que las atraía, a lo mejor de cocina o de cuestiones relacionadas con la cultura islámica, y detrás de él había grupos especializados en la captación de jóvenes, en los que incluso había hombres que se hacían pasar por mujeres a través de las plataformas digitales, para generar confianza entre las mujeres que estaban comenzando a interesarse por la causa yihadista. Un proceso de seducción que guarda cierta similitud al de cualquier secta.
Qué rasgos psicológicos presentan las mujeres que se unieron a la yihad
En las entrevistas, las mujeres yihadistas mostraron menos autoestima, entendida como la valoración, percepción o juicio positivo de uno mismo; necesidad de búsqueda de significado, que es el deseo de encontrarle un sentido a la vida, que se ha encontrado como una variable relacionada con la decisión de vincularse a grupos extremistas; resiliencia más baja, definida como la capacidad personal para superar circunstancias traumáticas; y cohesión percibida del colectivo de musulmanes.
“Se les plantea algo idílico, que ellas van a poder tener una vida plena y encontrar un significado a su vida. Sin embargo, una vez dentro de la organización, sobre todo en el caso de las mujeres que se han desplazado a países como Siria, se dan cuenta de que lo que se encuentran no tiene nada que ver con lo que les han prometido”, añade el autor principal del estudio.
Las mujeres que se dejan seducir por estas organizaciones tienen claro el papel que van a cumplir. Saben que, a diferencia de los hombres, ellas no van a coger un fusil ni van a participar en escenario de combate, sino que su trabajo consistirá en apoyar el movimiento desde la retaguardia, cuidar de sus hombres y tener familia, funciones más asociadas al rol tradicional de la mujer, y para nada esperan una igualdad como que se plantea en la sociedad occidental.
Por qué les llega el desencanto con la organización
El motivo del desencanto con la organización no viene por tanto con el papel desempeñado como porque no se cumplen las expectativas generadas. En la fase de captación, estas organizaciones plantean un escenario que no tiene nada que ver con la realidad. Incluso hay mujeres que se marchan dispuestas a casarse y tener hijos con hombres que se encontrarán en el lugar de conflicto, pero cuando llegan a su destino, el hombre que les han descrito no tiene nada que ver con lo que se encuentran en realidad. Es por ello que “las que han tenido una experiencia directa con el conflicto real son las más desencantadas”, afirma Ángel Gómez.
El comportamiento en prisión de las doce mujeres condenadas por delitos relacionados con el terrorismo islámico que han participado en esta investigación es intachable, explica el investigador de la UNED. Se han integrado bien en la dinámica del centro penitenciario y, a diferencia de los hombres encarcelados por delitos de la misma índole, participan en las actividades propuestas. Es más, muchas de ellas están estudiando, algunas incluso se están preparando el acceso a la universidad. Eso sí, todas ellas muestran una actitud vigilante por que el resto de las mujeres musulmanas con las que comparten módulo cumplan con los preceptos del Islam.
Los hallazgos de esta investigación suponen una contribución teórica y empírica única a nivel internacional, y plantean considerar las necesidades y características específicas de las reclusas yihadistas en el desarrollo de programas de tratamiento en prisión para favorecer su salida de los grupos e ideas extremistas, así como su reinserción en la sociedad. Introduce una perspectiva de género trabajar con ellas de cara al final de su condena, que al mismo tiempo resulta también de utilidad para plantear modelos de prevención y evitar que nuevas mujeres se unan a estos movimientos.
Hasta ahora, todos los protocolos de intervención con estos grupos violentos se basaban en la experiencia con bandas latinas y esta investigación aporta un material para desarrollar intervenciones específicamente dirigidas al colectivo islamista.