Los nuevos análisis científicos realizados en la necrópolis neolítica de Campo de Hockey (San Fernando, Cádiz) son claves para el conocimiento de las primeras comunidades constructoras de megalitos. Un equipo internacional, liderado por la Universidad de Cádiz, publica una serie nueva de dataciones radiocarbónicas en la prestigiosa revista Scientific Reports (del grupo Nature), situando a esta necrópolis megalítica como una de las más antiguas de la península Ibérica.
Entre las novedades, los investigadores destacan la presencia en las tumbas más monumentales (protomegalíticas) de colgantes de ámbar siciliano que demuestran la existencia de redes de intercambio marítimas desde hace, al menos, 6.200 años. Asimismo, los análisis genéticos de seis de los individuos descubiertos aportan datos relativos al sexo, parentesco y su apariencia física.
La necrópolis de Campo de Hockey, excavada en el año 2008, se localiza en la antigua isla de San Fernando y a escasos 150 metros de la antigua línea de costa. Las labores de excavación, dirigidas por el profesor de Prehistoria de la UCA, Eduardo Vijande, permitieron la documentación de 53 tumbas (45 individuales, 7 dobles y una cuádruple). La mayoría de ellas son sencillas (fosas simples en las que se inhuma al individuo), pero lo más llamativo es la existencia de cuatro sepulturas de mayor complejidad y monumentalidad realizadas con piedras de mediano y gran tamaño consideradas como protomegalíticas.
“Tradicionalmente el origen del megalitismo funerario se había vinculado con una primera fase protomegalítica caracterizada por la presencia de pequeños monumentos realizados en piedra, con cámaras sin corredor y con ocupación monofásica. El principal problema es que para esta fase protomegalítica disponemos de muy pocas necrópolis en la península Ibérica que presenten dataciones fiables sobre muestras de vida corta.
Campo de Hockey constituye una de las escasas excepciones, y de ahí su importante contribución al conocimiento de los orígenes del megalitismo funerario peninsular”, afirma el profesor Eduardo Vijande, investigador principal de este trabajo.
Este equipo científico ha efectuado 20 dataciones de Carbono 14, una quincena sobre hueso humano, y ha aplicado un modelado bayesiano que ha aportado cuantiosa información. “Ahora sabemos que la necrópolis estuvo en uso durante 300 años, perteneciendo precisamente estas tumbas más monumentales a los momentos más antiguos”, señala Berta Morell de la Institució Milà i Fontanals (CSIC).
De hecho, una de estas tumbas (E3T15) “presenta la cronología más antigua de toda la necrópolis (4335-4060 cal. BC.), que confirma a esta necrópolis de Campo de Hockey como una de las más antiguas dentro del megalitismo peninsular”, apunta la profesora Marta Díaz-Zorita de la Universidad de Tübingen, Alemania.
Juares funerarios exóticos
Sus autores resaltan, además, la presencia en las tumbas más monumentales de ajuares de prestigio o exóticos, realizados con materias primas que no existían en la región, entre las que destacan ámbar, hachas de sillimanita, cuentas de variscita y turquesa, etc.
Los análisis realizados por el catedrático de Ciencias de la Tierra, Salvador Domínguez-Bella, y el equipo de la Universidad de Cádiz han permitido determinar que los colgantes de ámbar procedían de Sicilia, lo que demuestra la existencia de redes de intercambio marítimas desde al menos el 4200 a.C. Asimismo, la localización de estos ajuares de prestigio en las tumbas de mayor monumentalidad explicaría la existencia de desigualdades sociales en el seno de la comunidad.
Pese a la complejidad de obtener ADN de restos tan antiguos en yacimientos al aire libre del sur peninsular, como ha detallado el profesor Vijande, han obtenido resultados positivos en seis individuos, que corresponden a individuos femeninos.
En cuanto al parentesco, se ha podido determinar que dos de ellas eran parientes de segundo o tercer grado (tía-sobrina, abuela-nieta…). “También hemos constatado la existencia de una fuerte endogamia en el individuo I7550. Se trata del mayor caso de endogamia en la Prehistoria de la península Ibérica (a excepción del individuo magdaleniense en la cueva cántabra de El Mirón). Se trataría de la hija de dos parientes muy próximos (probablemente primos hermanos), lo cual podría ser un fenómeno común en este grupo, quizás por su aislamiento – vivían en una isla – o simplemente por razones culturales”, afirma Íñigo Olalde, genetista de la Universidad del País Vasco.
También se han obtenido datos genéticos de tres individuos que les ha permitido aproximarse al aspecto físico de esta comunidad. Las predicciones apuntan a personas con ojos marrones, pelo oscuro y piel intermedia. Por último, señalar que uno muestra un 27% de ascendencia de grupos europeos mesolíticos, más que el resto. “Estos datos podrían indicar que mil años después de los inicios del neolítico, seguían existiendo en la zona pequeños grupos descendientes de cazadores-recolectores de tradición paleolítica que se acabaron mezclando con las poblaciones neolíticas”, señala Íñigo Olalde. Los antropólogos de la Universidad de Granada han detectado un acceso exclusivo de los individuos masculinos a las tumbas más monumentales, si bien la muestra es todavía exigua.
“Destacamos, igualmente, el elevado número de individuos subadultos en la necrópolis, algo normal teniendo en cuenta la elevada mortalidad infantil que debió existir en este tipo de comunidades y que confirman que, al menos en esta necrópolis, tenían derecho a ser enterrados”, apunta la antropóloga Lydia Sánchez. Eso sí, la mayoría de los individuos infantiles se entierran en fosas simples y sin ajuar. Además, llama la atención la ausencia de neonatos (0-6 meses), pese a que debería ser el grupo infantil con mayor representación. “Puede deberse a que no recibieron ningún trato funerario al no ser considerados como miembros de pleno derecho de la comunidad o que recibieron un tratamiento funerario diferente al del resto de la comunidad que no nos ha dejado vestigios”, detalla Lydia Sánchez.
Otro dato de interés, es la elevada concentración de individuos infantiles junto a la tumba más monumental de la necrópolis (E11T14). Quizás, esta peculiar situación podría deberse por la existencia de lazos de parentesco o responder a una práctica funeraria en la que los individuos infantiles se entierran próximos a los dos miembros más relevantes de la comunidad, en palabras de sus autores.
Los resultados interdisciplinares presentados en este trabajo son importantes no solo para el conocimiento de estas nuevas prácticas funerarias, sino también para avanzar en los modos de vida y reproducción de estas primeras comunidades megalíticas. El yacimiento de Campo de Hockey constituye en la actualidad “todo un referente para adentrarnos en los todavía poco conocidos orígenes de un fenómeno que pocos siglos más tarde eclosionaría por buena parte de Europa”, concluyen sus portavoces.