La mosca soldado negra es un insecto parecido a una avispa que sigue ganando espacio en Colombia como alimento para aves, cerdos y peces, gracias a que contiene un porcentaje de proteína superior al 40 % y un contenido de grasa de 25 a 35 %, que compite con el nivel proteínico de la soya y la harina de pescado, los alimentos más utilizados en la zoocría.
Esta especie de alas traslúcidas y que abunda en los países de América –desde Argentina hasta el centro de los Estados Unidos–, se alimenta de desechos orgánicos convirtiéndolos en una rica fuente de proteína y micronutrientes.
La inquietud de introducir esta mosca como una opción alimenticia en la producción de peces partió del Centro de Investigación de Artrópodos Terrestres (Cinat) de la Universidad Nacional de Colombia UNAL en Colombia, dirigido por la profesora Karol Barragán, de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia.
La docente explica que “el desarrollo larvario de la mosca soldado negra (MSN, o BSF en inglés) se da entre los 12 y 37 oC, siendo el óptimo de 30 oC. Los adultos se alimentan de néctar de plantas y otros líquidos. Las hembras producen de 800 a 1.200 huevos en grandes lotes que depositan en grietas cercanas a sustratos orgánicos en descomposición”.
Las larvas son saprófagos polífagos –descomponedores y barrenadores– que se pueden alimentar de muchos tipos de materiales orgánicos, incluidos los residuos vegetales.
“Su producción se hace de manera controlada en jaulas, contenedores o bodegas, por lo que no proliferan en los espacios abiertos de las granjas”, explica el estudiante Julián Pineda, de la Maestría en Salud y Producción Animal.
Los logros alcanzados han convertido esta iniciativa en punto de referencia para otros países de Hispanoamérica interesados –como Chile, Argentina, Ecuador y Perú– que ya han consultado a la Universidad para implementar plantas productivas de mosca soldado en industrias de aves, cerdos y peces.
Industria nacional a la expectativa
En Colombia, la industria nacional también se ha interesado en esta opción alimenticia y han contactado a la Universidad para implementar un desarrollo tecnológico que les permita producir pienso (alimento seco) para animales de corral y peces.
La expectativa que ha despertado la producción de mosca soldado, y el haberse ganado una de las convocatorias de extensión solidaria de la Universidad para trabajar en un modelo productivo de este proceso –liderando por la Facultad de Veterinaria y de Zootecnia–, permitió desarrollar de manera simultánea un proceso para aplicar esta tecnología en los sectores productivos de interés, lo cual llevó a sus creadores a pensar en un proyecto más ambicioso: una spin-off de la Universidad.
Con esa visión se empezó a trabajar en la idea de negocio haciendo una validación de los productos o servicios que se podrían ofrecer a través de este emprendimiento, y asumiendo toda la organización del proyecto.
Además, apoyados por la UNAL, los investigadores entraron al programa Acelerador, en el cual cuentan con expertos en desarrollo de producto, marca, márquetin, ventas y proyecciones financieras, entre otros aspectos, con el fin de salir a buscar inversionistas.
En 2021 abrieron una primera ronda de inversión, buscando capital para fortalecer y acelerar el desarrollo de la iniciativa empresarial, ante la expectativa de la industria de producción animal.
En la producción tecnificada de insectos se trabaja en conjunto con ingenieros civiles y ambientales, además de expertos en calidad, entre otros, quienes participan en el proceso de montaje de las plantas de producción.
Si esta tecnología se establece en la industria del país se llegarían a producir alrededor de 2.000 toneladas mensuales de alimento, lo que equivale a miles de millones de moscas.
Fuente: Unimedios.