Viajar en el tiempo, conocer cómo vivían los hombres y mujeres de otras épocas, y saber cuáles eran sus actividades y rituales, ha sido una fantasía recurrente en la historia de la humanidad. El imperio Romano ha sido uno de los destinos preferidos de este tipo de viajes, un periodo fascinante que ha inspirado novelas, películas y series de televisión.Todo este estilo de vida milenario ha sido recreado en Málaga, en la muestra Romanorum Vita. Una Historia de Roma, que se puede visitar hasta el 14 de junio, en la Plaza de la Marina.
Por una parte, nos entusiasma la grandeza y opulencia de la vida imperial. Por otra, nos conmueven los pequeños detalles que aproximan la vida romana a nuestra propia realidad. La nueva exposición de la Obra Social ”la Caixa”, organizada en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, invita a los visitantes a pasear por una ciudad romana reconstruida a partir de descripciones literarias y testimonios arqueológicos de hace 2.000 años para descubrir que los romanos no están tan lejos de nosotros.
Romanorum Vita pretende constituir un nuevo concepto de exposición de divulgación histórica pensada para todos los públicos. Traslada a los visitantes a un paseo por una ciudad romana poco antes de la destrucción de Pompeya, en el año 79 d.C., en plena época imperial.
La exposición transporta a sus calles en un día cualquiera: negocios, importancia del agua, olores, formas de expresión y religiosidad popular, entre otros; todo aquello que hervía alrededor de los grandes escenarios del senado, el foro, los teatros y el circo. Coincidiendo con su exhibición en Málaga, la Obra Social “la Caixa” organiza un concurso fotográfico en torno a la Antigua Roma abierto a toda la ciudadanía que quiera participar.
En Romanorum Vita los visitantes descubrirán que, en las calles, artesanos y comerciantes desarrollaban todo tipo de actividades, y cómo estas se llenaban de gente. Paseando por una calle cualquiera o por delante del foro de una ciudad romana, los espectadores comprobarán cómo eran las letrinas y el olor que desprendían. O cómo eran los comercios y que ya existía lo que podríamos considerar como el precedente de los locales de comida rápida.
En la muestra se ha hecho un uso innovador de distintos elementos —desde la inclusión de ruidos y olores característicos de la época hasta la interacción entre el espacio escenográfico y un gran audiovisual— para lograr que los espectadores se sumerjan en la ciudad y descubran sus similitudes con la vida cotidiana actual. Uno de estos montajes audiovisuales se proyecta sobre la fachada de la domus, de 12 metros de ancho, y en él pueden verse los personajes clave de la ciudad romana gracias a un rodaje realizado con más de 30 figurantes.
La muestra, de 400 metros cuadrados, da la bienvenida a los visitantes en una ciudad arquetípica del imperio Romano y presenta un día cualquiera de esa ciudad, veinticuatro horas en que descubrirán cómo era la vida en la calle y en el interior de una casa de una familia que podríamos considerar de clase media alta.