Las universidades españolas atraen cada año a más estudiantes pese al descenso de la población joven, según la decimocuarta edición del informe La universidad Española en Cifras, con datos del curso 2021-2022, presentado este viernes, 21 de junio, en la Biblioteca Nacional de España (BNE). Este documento constata que desde 2008 la población universitaria ha crecido un 18%, al tiempo que la población joven (18 a 28 años) se reducía un 20%. La preferencia por cursar estudios universitarios se ha incrementado 10 puntos porcentuales entre la población joven, pasando del 22% en 2008 al 32% en 2022.
La preferencia por cursar estudios universitarios se ha incrementado 10 puntos porcentuales entre la población joven, pasando del 22% en 2008 al 32% en 2022. La población con estudios universitarios es todavía inferior en España en 5 puntos porcentuales a la de la UE para los jóvenes de 23 a 35 años y en más de 7 puntos porcentuales para la población de 25 a 64 años.
Las tasas de finalización de los estudios de grado superaron en 4 puntos porcentuales los registrados por la media de los países de la OCDE. A pesar de que la mayoría de que los grados tiene una duración de 4 años, los estudiantes alcanzan esta titulación en una edad más temprana (24 años) que en la media de la UE y la OCDE (25 años); y el abandono más el cambio de los estudios transcurridos tres años después de la duración teórica de los estudios es del 29% frente al 35% de la media de la OCDE.
En el plano del empleo, entre 2014 y 2023, se han generado en España más de 3,6 millones de ocupados, de los que dos terceras partes (66%), más de 2,4 millones de empleos, fueron ocupados por personas con educación superior.
Cuánto se destina España a actividad científica
En 2021, España destinaba a la I+D un 66% de los recursos medios de la UE a 27 y un 53% de los recursos medios de la OCDE, una distancia que, lejos de converger, se ha ido ampliando año tras año e incide de forma determinante en los niveles de excelencia científica y en la capacidad de innovación, del país y de sus universidades.
A pesar de que el gasto en I+D de España solo supone un 1% del gasto mundial, la producción científica española alcanza el 3,3% del total mundial. En ello participan las universidades españolas en más del 80%, con un crecimiento de su producción científica en la última década del 62% y manteniendo, como se ha detallado, un elevado nivel de calidad científica.
El Índice Normalizado de calidad de la actividad científica de España se sitúa en 2022 en un valor medio del 1,27, claramente por encima del valor normalizado mundial (1) y muy próximo a valores referenciales como los de Estados Unidos (1,31), Alemania (1,34) o Francia (1,26), países que en todos los casos superan ampliamente el gasto en I+D de España (1,43 % PIB) llegando a más que duplicarlo en el caso de Estados Unidos (3,46 % PIB) y Alemania (3,13 % PIB).
Financiación y recursos
El desempeño de las universidades españolas se realiza con niveles de resultados contrastables y equiparables internacionalmente, aunque están enmarcadas en un contexto de infrafinanciación endémica de la universidad pública española, que supone el 82% de la actividad docente presencial y el 95% de la actividad de I+D+i del SUE.
Equiparar las condiciones de financiación pública del desempeño universitario de nuestro país con las de los sistemas universitarios europeos requeriría disponer de un importe de recursos adicionales cercano a los 4.000 millones de euros y permitiría competir en igualdad de condiciones con los sistemas universitarios de nuestro entorno.
Qué opina CRUE de las cifras en que se mueve el conjunto de la universidad española
La presidenta de la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas y rectora de la Universidad Jaume I, Eva Alcón Soler, participó, junto con el secretario general de Universidades, Francisco García Pascual y la directora general de Santander Universidades, Susana García Espinel, en la presentación de la 14ª edición del informe La Universidad Española en Cifras. Tras la presentación del profesor Juan Julià Igual del trabajo realizado por José Antonio Pérez García (UPV) y Juan Hernández Armenteros (UJA), Alcón destacó durante su discurso que los jóvenes españoles «creen en la Universidad como inversión de futuro y espacio de oportunidades» y que por ello, «pese a al descenso de la población joven, los campus atraen cada año a más estudiantado».
La presidenta de CRUE afirmó que «no sobra ni un solo universitario» si se toma como referencia a los países de la UE, que siguen teniendo más población con estudios universitarios, y ha remarcado que la Universidad, «lejos de ser una fábrica de parados, genera más oportunidades de empleo para la juventud».
En cuanto a la investigación y la transferencia de conocimiento, Alcón subrayó que la producción científica española «triplica lo que le correspondería», atendiendo al peso de la economía española en el conjunto mundial, y que no hay «ningún problema» en la colaboración de la universidad española con las empresas. «Somos el tercer país en el que más I+D financiada por empresas ejecutan las universidades», ha aseverado la también rectora de la UJI.
Respecto a los desafíos que debe afrontar la universidad española, la presidenta de CRUE remarcó la diferencia entre las preferencias de los estudiantes y los profesionales STEM que reclama el mercado laboral para afrontar la Cuarta Revolución Industrial. «Encontrar la clave de ese desajuste es tarea de todos, no solo de las universidades», advirtió la presidenta de CRUE.
Un nuevo marco presupuestario
Alcón también llamó la atención sobre el hecho de que en 2026 acaben los Fondos Next Generation y la necesidad prioritaria de «establecer un marco presupuestario a medio y largo plazo que garantice el incremento del nivel de gasto en I+D» que se venía produciendo en los últimos años gracias a esta financiación europea.
Por último, recordó que para superar la brecha de financiación que separa al Sistema Universitario Español de Europa es imprescindible que se inyecten los recursos adicionales que marca la LOSU en su articulado y que se estiman en cerca de 4.000 millones.