La Estación Experimental Las Palmerillas de Cajamar cumple medio siglo aportando conocimiento a la agricultura española. Creada en 1975 por la Caja Rural de Almería (hoy Cajamar), el centro de investigación nació con tres fincas experimentales vinculadas a distintos cultivos: a horticultura en cultivos intensivos en El Ejido, cítricos en Rioja y fruta de hueso en Huércal Overa.
Hoy las investigaciones de este centro experimental abarcan a una gran variedad de cultivos de toda España y aportan conocimiento sobre retos del sector como la climatización de instalaciones para la optimización energética, la robotización de cultivos, los residuos agrícolas, el desperdicio alimentario, la lucha integrada, las energías renovables o convertir los cultivos en grandes biofactorías donde se obtienen la mayoría de los recursos que se necesitan para el cultivo de forma sostenible
¡Que nos equivoquemos nosotros, no el agricultor! Con ese lema de Juan del Águila Molina, fundador de la Caja Rural Provincial de Almería, dio sus primeros pasos en 1975 uno de los centros de investigación para la agricultura más importantes y reconocidos de España, y uno de los referentes del sector a nivel internacional. Las Palmerillas nació para llevar de la mano al sector agrícola en su camino de desarrollo en la que quizá fuese la zona más inhóspita para el desarrollo de la agricultura de España, la árida Almería.
La construcción del primer invernadero en Almería tuvo lugar en 1963, en la finca piloto del Instituto Nacional de Colonización (INC). De hecho la primera instalación cubierta de plástico fue una pequeña superficie de 500 metros que fue «abrigada» por el aparcero Paco Fuentes conforme a las instrucciones del ingeniero agrónomo Bernabé Aguilar, en la parcela piloto del INC del término municipal de Roquetas de Mar.
Justo el mismo año de 1963 quedó constituida la Caja Rural Provincial, que nació promovida por las cooperativas del campo. Pero la construcción de invernaderos requerían de una importante inversión, y los agricultores apenas contaban con recursos.
A partir de ahí los agricultores fueron reinvirtiendo los beneficios que les proporcionaban los cultivos al abrigo de los plásticos en nuevas instalaciones, más grandes, y con mejores infraestructuras. Y ahí es donde entraba la antigua Caja Rural de Almería, hoy Cajamar. Aportando financiación por un lado, y por otro aportándoles conocimiento sobre la aplicación de las nuevas técnicas de cultivo que se generaban en el centro de investigación de Las Palmerillas. Innovaciones que abarcaban desde las mejores estructuras de los invernaderos a las formas de cultivo más adecuadas, incluido el riego por goteo para dosificar el consumo los escasos recursos hídricos de la provincia de Almería.
Desde un principio Las Palmerillas procuró diversificar sus investigaciones a los distintos cultivos que existían en el sureste español, y en particular en la provincia de Almería. Así creó también una finca experimental en la localidad de Rioja para aportar conocimiento al sector de los cítricos, cultivo tradicional en el valle del río Andarax que entonces estaba amenazado por el virus que generaba la enfermedad de “la tristeza”, y otra en Huércal Overa para hacer lo mismo con los cultivos de fruta con hueso, y amplió Las Palmerillas al tiempo que compró otra finca en zona de La Mojonera para aumentar los cultivos experimentales hortícolas en invernadero que tanta importancia adquirieron en Almería y otras provincias colindantes como Murcia y Granada.
Hoy la expansión nacional de la entidad Cajamar la han llevado no sólo a extender sus investigaciones a muchos otros cultivos, sino que la han convertido en un referente mundial de los retos de la agricultura del siglo XXI. Entre ellos se encuentran los relacionados con la tecnología agroalimentaria, inteligente, robotizada, la aplicación de las energías renovables o «agrivoltaica», el aprovechamiento del agua de lluvia, estructuras más eficientes que aprovechen mejor la luz y la climatización natural, la lucha integrada para minimizar el uso de fitosanitarios en los cultivos, la gestión de los residuos para integrarlos en un modelo circular, o el convertir las explotaciones agrícolas en grandes biofactorías donde los cultivos obtengan la mayor parte de los recursos que necesitan en la misma explotación.
Centro de Experiencias de Cajamar de Paiporta (Valencia)
La Fundación Cajamar cuenta hoy también con otro centro de ensayos ubicado en Paiporta (Valencia), que inició sus actividades en noviembre de 1994 de la mano entonces de la Caja Rural de Valencia. Desde este centro de investigación se trabaja en el desarrollo tecnológico del campo para fomentar la generación de valor, incrementando la productividad mediante prácticas sostenibles y un uso eficiente de los recursos, impulsar la cultura de la innovación y la cooperación entre los diferentes agentes de la cadena.

Entre los ensayos actualmente en curso en Paiporta, que también se realizan en colaboración con centros tecnológicos, universidades y empresas de referencia internacional, destacan los relacionados con la valorización de subproductos agrícolas y el uso de microorganismos en alimentación, farmacia y estética aplicando los recursos más novedosos de la biotecnología, así como el diseño de nuevos envases y formatos biofuncionales para la comercialización de alimentos saludables y de alto valor añadido.
Asimismo, siguen avanzando en la mejora en la automatización del riego, la gestión del control biológico, el manejo agronómico en producción ecológica y la introducción de cultivos de valor alternativos y nuevas variedades que garanticen la sostenibilidad del sector con un doble objetivo. Por un lado, trasladar de forma directa a productores y técnicos las últimas novedades de sus diversos campos de trabajo, con la finalidad de que puedan adaptarlas lo más fácilmente posible a su realidad cotidiana para ganar en rentabilidad y competitividad. Por el otro, se busca la conformación de redes profesionales que agilicen el intercambio de información y faciliten la difusión de las innovaciones entre los diferentes agentes del sector.
Junto a la aplicación directa del conocimiento la Estación Experimental Cajamar Las Palmerillas aborda otros retos de futuro relacionados con la evolución futura del “Modelo Almería” por su capacidad para generar riqueza y distribuirla. En este sentido, hoy se está generando un nuevo fenómeno inédito, y es que a pesar de la imagen negativa sobre las condiciones de vida de la inmigración en el sector, lo cierto es que, actualmente, el 15 % de las explotaciones están gestionadas directamente por personas inmigrantes procedentes de otros países.
A ello se ha unido la falta de mano de obra en el sector. Actualmente la agricultura tiene problemas para cubrir muchos puestos de trabajo, por lo que uno de los retos que se están afrontando para solventarla es la robotización de tareas básicas en los cultivos.
Toda esta actividad investigadora y de transferencia de conocimiento se integra en grandes áreas actividad que abarcan desde la agrosostenibilidad a la alimentación y la salud, pasando por la bioeconomía o la tecnología de invernaderos. Estudios que se realizan en colaboración con centros tecnológicos, universidades y empresas de referencia internacional. Entre ellos destacan los relacionados con la valorización de subproductos agrícolas y el uso de microorganismos en alimentación, farmacia y estética aplicando los recursos más novedosos de la biotecnología, así como el diseño de nuevos envases y formatos biofuncionales para la comercialización de alimentos saludables y de alto valor añadido.
Toda la información de los centros de investigación de Cajamar, el de las Palmerillas y el de Paiporta, pueden consultarse en:
https://www.plataformatierra.es/centros-experimentales