Los investigadores Emma Huertas y Pablo Abaunza coordinan la red de equipos de investigación en ciencias marinas del CSIC: la plataforma temática interdisciplinar Oceans, cuyo objetivo es generar conocimiento para lograr la salud de los océanos. La plataforma, concebida como un instrumento de investigación e innovación, promueve la colaboración interdisciplinar y está abierta a empresas e instituciones.
Emma Huertas, del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN), explora el papel regulador de los océanos en el clima. Su investigación se adentra en la capacidad de estos para absorber gases atmosféricos y calor. De este modo, estudia las consecuencias de esta absorción en la mitigación del cambio climático.
Pablo Abaunza, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), investiga el estado de las poblaciones de especies de interés pesquero. Sus estudios abarcan los factores que influyen en las dinámicas poblacionales. Además, examina la actividad pesquera y su impacto sobre los hábitats marinos y genera conocimiento para lograr una pesca más sostenible.
Pregunta. ¿Qué metas persigue la plataforma Oceans?
Respuesta. Evaluamos el estado ambiental de las aguas marinas españolas. Además, buscamos generar herramientas que ayuden a pronosticar su evolución ante escenarios de cambio climático. Nuestra meta es trasladar el conocimiento y las herramientas al Programa de Estrategias Marinas del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. De este modo, buscamos respaldar la ejecución efectiva de este programa, cumpliendo al mismo tiempo directivas de protección ambiental. Por otra parte, realizamos investigación pesquera estratégica para responder a las necesidades de la Política Pesquera Común y de la Directiva Marco de Estrategias Marinas y trasladar la información al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
P. ¿Qué ventaja aportan los equipos multidisciplinares a las ciencias marinas?
R. Las investigaciones oceanográficas son multidisciplinares por naturaleza. La comprensión del funcionamiento de los ecosistemas marinos, así como su evolución y respuesta ante procesos naturales y/o antropogénicos, solo puede abordarse desde un enfoque interdisciplinar. Este abarca la interacción entre áreas como meteorología, física, biogeoquímica, microbiología, ecología de poblaciones y las denominadas ciencias ómicas y digitales o del big data.
P. ¿En qué punto estamos en la investigación sobre océanos?
R. Desde un punto de vista nacional, la comunidad marina desarrolla investigaciones de indudable calidad científica, tanto en su vertiente básica como aplicada, para apoyar la gestión del dominio marino, sus recursos, bienes y servicios ecosistémicos. Pero, además, a nivel internacional, se ha realizado un gran esfuerzo, desde finales del siglo XX, orientado a programas supranacionales de gran envergadura. Estos permiten diagnosticar el estado ambiental de los mares y océanos, pronosticar su evolución y proponer medidas para mitigar el efecto de las presiones humanas sobre los ecosistemas marinos.
P. ¿Cuál es el estado actual de las aguas marinas españolas?
R. El estado es desigual. Existen regiones relativamente bien conservadas en función de la figura de protección ambiental de la que gocen y otras zonas muy impactadas, cuyo ejemplo paradigmático es el Mar Menor. Desde los años 2000, se han destinado ingentes recursos públicos para financiar proyectos de investigación y además, se han implementado normativas europeas destinadas a evaluar y preservar el buen estado ambiental de nuestros mares. Evidentemente, este esfuerzo institucional se ha visto apoyado por la labor de la comunidad científica. Únicamente a través de la interacción entre entidades financiadoras y científicos puede abordarse este ejercicio de diagnóstico y preservación de la salud de los ecosistemas marinos españoles.
P. ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan los océanos?
R. Los principales desafíos se recogen en el libro blanco del CSIC Ocean Sciences Challengues for 2030, que recoge la aportación de casi 300 investigadores. Describimos la investigación que debemos desarrollar para abordar los retos a los que se enfrentan los océanos durante esta década. Entre las amenazas más evidentes están el calentamiento y acidificación de las aguas marinas, la eutrofización y el descenso de los niveles de oxígeno, la proliferación de especies invasoras, la contaminación en regiones costeras, la sobreexplotación pesquera y la plastificación del océano. A más largo término, nos enfrentamos a la modificación en los patrones de circulación de las corrientes, a la disminución en la capacidad para secuestrar CO2 atmosférico y a la aparición de grandes regiones hipóxicas con potencialidad de convertirse en desiertos profundos oceánicos.
P. ¿Cuál es el impacto del cambio climático en los océanos y qué medidas se están tomando?
R. Somos testigos de fenómenos extremos, siendo las olas de calor marinas los eventos más obvios para la sociedad. Además, los habitantes de nuestro litoral son conscientes de la pérdida de biodiversidad en los hábitats intermareales y zonas someras. Sin embargo, estos ejemplos de la degradación de la salud de los océanos representan únicamente puntas de un iceberg. Este apropiado símil esconde graves alteraciones en la columna de agua y el océano profundo, que se propagan al conjunto de mares y océanos.
Gracias al esfuerzo de investigación en ciencias marinas desarrollado desde los 80, y a la labor de difusión, los gobiernos han sido conscientes de la gravedad del problema. Han implementado medidas a nivel supranacional mediante programas científicos, la creación del propio Panel Intergubernamental para el Cambio Climático y la firma de diferentes protocolos de actuación, etc. No obstante, todos los ambientes están íntimamente interconectados, y hasta hace poco en términos de escala geológica, mantenían un equilibrio dinámico que hemos roto con las actividades humanas. Restablecer esta interconectividad, fruto de millones de años de evolución planetaria, requiere acciones urgentes en todos los estratos sociales y ambientales, que se recogen en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Unesco.
P. ¿Cómo se puede canalizar el conocimiento científico para mejorar la gestión de los bienes, recursos y ecosistemas marinos?
R. Solo desde la comprensión del efecto de las presiones humanas sobre estos recursos es posible planificar actuaciones de protección o explotación sostenible. Es indispensable que las administraciones apoyen la investigación marina para emplear el conocimiento en medidas de actuación efectivas. Se trataría de un proceso de retroalimentación positiva, a través del cual se cosechan los frutos de la siembra de recursos públicos, a la vez que se posibilita el mantenimiento de los recursos, bienes y servicios ecosistémicos.
P. ¿Cómo pueden las comunidades locales participar en la preservación de los océanos?
R. Todos somos responsables de la preservación de la salud de nuestros mares e, incluso a través de acciones cotidianas aparentemente simples, podemos ejercer un gran impacto sobre su conservación. Como comunidad debemos implicarnos en la protección de la vida marina, que es quizás lo que más se ajusta a nuestras posibilidades. Debemos comprometernos en minimizar la llegada de contaminantes y plásticos a las aguas marinas. También existen iniciativas que fomentan la participación de las comunidades en proyectos científicos, bajo el concepto de ciencia ciudadana.
P. ¿Qué podemos hacer a nivel individual?
R. Educar a las nuevas generaciones en la sostenibilidad. La educación empieza en los hogares y es el pilar para el mantenimiento de la salud de los entornos naturales. Simplemente desde un amor inmenso por la naturaleza y desde la convicción de que surgimos del mar y vivimos de él; es un préstamo que debemos legar a las generaciones futuras. Desde esta perspectiva, podremos proteger la vida marina y garantizar su futuro en la mejor de las condiciones ambientales posibles.