Las Ánimas son dos de las obras más famosas del escultor barroco Gian Lorenzo Bernini. Se trata de dos cabezas marmóreas consideradas como el culmen de sus obras de juventud y a las que se les atribuye un significado religioso, sin embargo, ahora se ha descubierto que en su origen tenían un sentido mitológoco: un sátiro y una ninfa.
Hasta ahora se creía que estas dos cabezas de mármol representaban las personificaciones del alma cristiana gozando de los placeres del Paraíso y atormentada por la condena al Infierno. Pero no es así.
El profesor de Historia del Arte de la Universida de Granada, David García Cueto, ha obtenido sorprendentes conclusiones sobre estas dos escultruas, que pueden contemplarse en la Embajada de España ante la Santa Seda (Roma).
García Cueto ha propuesto que las ‘Ánimas’ son imágenes de temática mitológica basándose en documentación inédita de la época procedente del Archivio Storico Capitolino de Roma. “Esta revelación viene a abrir una novedosa vía interpretativa hasta ahora ausente en la vastísima historiografía berniniana”, destaca el investigador.
Las primeras conclusiones de esta investigación fueron presentadas el pasado mes de febrero en un congreso celebrado en el Museo Nacional del Prado con motivo de la exposición Bernini, Roma y la Monarquía Hispánica, comisariada por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, Delfín Rodríguez Ruiz.
El profesor García Cueto está especializado en las relaciones artísticas entre España e Italia durante el siglo XVII. Es también investigador principal del proyecto I+D “Copimonarch. La copia pictórica en la Monarquía Hispánica, siglos XVI-XVIII” (HAR2014-52061-P).
Gian Lorenzo Bernini fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco.
Bernini poseía la habilidad de crear en sus esculturas escenas narrativas muy dramáticas, de captar unos intensos estados psicológicos y también de componer conjuntos escultóricos que transmiten una magnífica grandeza. Su habilidad para tallar el mármol llevó a que fuera considerado un digno sucesor de Miguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos Alessandro Algardi y François Duquesnoy.
Su trabajo ha sido publicado por la revista Sculpture Journal de la Universidad de Liverpool.