El Centro de Emergencias Sanitarias 061 ha reconocido a la Universidad de Almería (UAL) como Zona Cardioasegurada, toda vez que “dispone de 14 desfibriladores externos automatizados, instalados y operativos, ubicados en lugares estratégicos del campus, como son el Centro Deportivo, el Edificio CAE, el Pabellón Deportivo, el CITIC, el CITE 3, la Biblioteca, el Edificio C de Humanidades, el Aulario 1, el Edificio Central, el Cite V, el Edificio de Ciencias de la Salud y el Edificio de Gobierno”. Así lo ha relatado Carmelo Rodríguez en el transcurso del acto de entrega del reconocimiento, realizado en el Rectorado de manos del delegado territorial de Salud y Consumo, Juan de la Cruz Belmonte, con la presencia de la directora provincial del 061en Almería, María Luz García.
Al recibir el distintivo, el rector ha reconocido que “es una certificación que nos enorgullece haber conseguido porque significa que contamos con el número necesario de desfibriladores para salvar vidas, y que estos están situados en los lugares adecuados para aplicar las técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar, vitales en los primeros tres o cuatro minutos, lo que puede aumentar las posibilidades de supervivencia de las víctimas en más del cincuenta por ciento”. De hecho, hay uno más en el coche de seguridad que da apoyo a todo el recinto universitario: “Con todo este despliegue, se posibilita que al menos al 75% de las potenciales personas usuarias de nuestras instalaciones se les pueda aplicar la desfibrilación en caso de ser necesaria”. Además, se cubren también los requisitos en materia formativa.
El delegado territorial de Salud y Consumo, Juan de la Cruz Belmonte, ha incidido en la importancia de que la Universidad de Almería cuente con una distinción “que se traduce en saber cómo reaccionar ante una parada cardiaca y de esta forma poder salvar una vida y evitar graves secuelas”.
Ha apuntado que este reconocimiento certifica que las instalaciones de la UAL “disponen de personal entrenado y los recursos necesarios para actuar ante una parada cardiaca”.
Según lo establecido en la Orden de 4 de junio de 2013 (BOJA 113/2013), el 061 de Andalucía es el encargado de la gestión y registro de las organizaciones que disponen del certificado de ‘Zona Cardioasegurada’, que constata que dichas instituciones han formado a sus profesionales y han ubicado desfibriladores en sus instalaciones, en el número y en los lugares adecuados. Todos estos reconocimientos certifican que las instalaciones y zonas públicas y privadas distinguidas disponen de personal entrenado para actuar ante una parada cardiaca.
Cabe recordar que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo occidental y, entre ellas, ocupa un lugar destacado la muerte súbita cardiaca, que suele ocurrir, de manera mayoritaria, fuera del entorno hospitalario. La correcta atención a la parada cardiorrespiratoria consiste en la aplicación precoz de una serie de acciones conocidas como ‘cadena de supervivencia’, que incluye, por este orden, el reconocimiento de la situación y activación del sistema de emergencias sanitarias, el inicio inmediato de las maniobras de soporte vital básico, la desfibrilación eléctrica precoz y la rápida instauración de las técnicas de soporte vital avanzado.
Desde los centros coordinadores de urgencias y emergencias del 061, ante una situación de sospecha de parada cardiorrespiratoria, se anima y se explica a quienes alertan cómo deben realizar estas maniobras básicas mientras que llegan los equipos de emergencias al lugar del suceso, dado que está demostrado que aplicar estas técnicas, a pesar de no tener los conocimientos previos en primeros auxilios, ayuda a muchos pacientes. Estos episodios, que pueden sobrevenir en cualquier lugar con pequeños síntomas como ahogo y pérdida de conocimiento, están motivados generalmente por problemas de fribrilación ventricular y de taquicardia ventricular sin pulso, que impiden el bombeo de la sangre y la llegada de oxígeno a todo el cuerpo.
Los cinco minutos posteriores a una parada cardiorrespiratoria son claves para el afectado y, por ello, es fundamental que la persona que tiene el contacto inicial actúe de forma inmediata, alertando a los equipos de emergencias sanitarias y aplicando entre tanto técnicas de reanimación básicas, como la ventilación boca a boca y el masaje cardiaco externo. La disponibilidad de un equipo de desfibrilación eléctrica precoz, que puede ser utilizado por personal ajeno a la profesión sanitaria con la realización de un curso básico de entrenamiento, añade el recurso más eficaz para restablecer el ritmo cardiaco viable y reducir al máximo el riesgo de muerte. La supervivencia de muchas de las víctimas depende de que se apliquen las técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar en los primeros 3 o 4 minutos, lo que puede aumentar las posibilidades de supervivencia en más del 50% de los afectados.