La grasa parda o grasa marrón se pierde a medida que se crece. A esta grasa de tipo termogénico, se le llama así porque genera calor, se le atribuyen propiedades que ayudan a controlar la obesidad, así como a reducir el reducir el riesgo de enfermedades inflamatorias, aunque se cree que los beneficios para la salud pueden ser más. Ahora, un grupo de investigación de la Universidad de Almería (UAL) trata de confirmar si las mujeres jóvenes tienen una reserva de esta grasa parda en la espalda, un resquicio evolutivo que mejora la salud y que se desconocía hasta ahora.
El conocimiento sobre este tipo de grasa es todavía bastante limitado, tanto incluso que su localización en el cuerpo humano sigue siendo un misterio. Se sabe con certeza que la grasa marrón se acumula en el entorno del cuello, pero, ¿y si esta ubicación no fuera la única y hubiera otros depósitos?
Dónde se encuentra la reserva de grasa parda descubierta en mujeres jóvenes
Un equipo de investigación internacional liderado desde la Universidad de Almería estudia un posible depósito de grasa marrón en la zona subcutánea de la espalda de mujeres jóvenes, concretamente, en la zona de las vértebras cervicales. La confirmación de la existencia de esta acumulación de grasa marrón resulta especialmente relevante desde el punto de vista de la salud.
Con el estudio de esta posible reserva de grasa parda se podrán desvelar sus funciones en el organismo de las mujeres. Además, este conocimiento podría convertirse en la base científica para el desarrollo de nuevos fármacos, que activen este tipo de grasa y aprovechar sus efectos sobre el metabolismo.
El trabajo de investigación se realiza en el marco del proyecto DEBATE, financiado por la Agencia Estatal de Investigación, en el que participan, además de la Universidad de Almería, el almeriense Hospital Universitario de Torrecárdenas, el Centro Médico Universitario de Lieden (Países Bajos) y la Escuela Politécnica de Zúrich (Suiza).
El director de este proyecto e investigador del programa Ramón y Cajal en la Universidad de Almería, es Borja Martínez Téllez, que comenzó a trabajar sobre la grasa marrón en su tesis doctoral y ahora abre un horizonte de conocimiento totalmente nuevo en torno a este tipo de grasa que, a diferencia de la blanca, que se acumula en torno a la cintura por el sobrepeso, tiene unas funciones muy interesantes desde el punto de vista metabólico, al menos, así lo indican los pocos datos que se tienen sobre ella.
Cómo se confirmará la existencia de esta reserva de grasa parda en mujeres
Los investigadores van a estudiar las funciones en el organismo de esta posible acumulación de grasa marrón en la zona de la espalda de las mujeres, pero antes deben confirmar si realmente existe ese almacén de grasa parda en la espalda de las mujeres jóvenes. Para ello, el equipo científico va a realizar biopsias a cuarenta mujeres de entre 18 y 22 años, a fin de obtener muestras del tejido adiposo en cuestión y analizarlo en profundidad, para determinar si se trata de la grasa termogénica por la que tanto interés muestran tanto empresas farmacéuticas como especialistas en rendimiento deportivo.
Los «datos preliminares» muestran que este depósito de grasa marrón desconocido hasta ahora está presente solamente en mujeres, pero no se sabe a qué se debe. «La teoría es que esa grasa puede ser un resquicio evolutivo y puede ser que, aunque se pensaba que se perdía en los primeros años de vida, no es así y tarda más tiempo en desaparecer. Además, también creemos que esa grasa debe tener alguna función en la salud, aunque todavía no sabemos cuál puede ser».
Cuál es la función de la grasa marrón en el organismo
Este equipo de investigación considera que la grasa marrón tiene una función en la regulación de la salud metabólica de la mujer, aunque se trata de hipótesis a confirmar en el marco del proyecto DEBATE.
«Creemos que puede estar involucrada en una mejor salud cardiometabólica, debido a que esta grasa libera un tipo de hormonas que se llaman batoquinas, que pueden regular el equilibrio hormonal», afirma Borja Martínez Téllez.
En los análisis realizados, este equipo liderado por la Universidad de Almería han podido constatar el papel de la grasa marrón en la mejora de la salud metabólica de las personas. Para llegar a esta conclusión, los investigadores han tenido en cuenta el hecho de que personas obesas metabólicamente sanas, con niveles de glucosa y triglicéridos normales, presentan un nivel de actividad elevada en la grasa de la espalda; mientras que personas con un nivel de obesidad parecido y con una salud metabólica no tan buena, tienen una grasa en la espalda bastante menos activa.
Del mismo modo, el equipo científico responsable del proyecto DEBATE piensan que esta acumulación de grasa puede tener alguna relación con la salud reproductiva de la mujer e intervenir en la maternidad, porque, según los datos previos, la acumulación del tejido adiposo marrón en la espalda se da en mujeres en edad fértil, con ciclos menstruales regulares.
Por qué la industria farmacéutica se ha interesado en este nuevo depósito de grasa marrón
La industria farmacéutica está interesada en este nuevo depósito de grasa marrón porque de ahí podrá obtener modelos para el desarrollo de fármacos nuevos que, entre otras indicaciones, podrían valer para combatir la obesidad.
El estudio de la composición de esta grasa resulta interesante desde el punto de vista científico y también farmacológico. Este trabajo se va a llevar a cabo en los centros de Países Bajos y Suiza que colaboran en el proyecto DEBATE, y hay bastantes esperanzas sobre los resultados que se obtengan, porque en este depósito de grasa desconocido hasta ahora podrían encontrarse «nuevos adipocitos que se desconocen hasta la fecha», con funciones metabólicas interesantes. De hallarse, estos adipocitos se podrían transformar para que sean más prevalentes y mejoren la salud, mediante soluciones farmacológicas específicas.
La función metabólica de la grasa marrón fue descubierta en 2009 de manera casual, en un estudio con personas indigentes. Los investigadores se dieron cuenta de que esa grasa era distinta, porque generaba calor y consumía energía, y en estas personas sin hogar estaba especialmente activa, debido a las condiciones de frío a las que estaban expuestas cuando dormían en la calle.
Esta grasa no tiene nada que ver con la blanca que se genera con el sobrepeso. Es más, podría emplearse para bajar kilos, porque al activarse con frío, quema energía y genera calor. De ahí el interés de la industria farmacológica en conocer más sobre este tipo de grasa, ya que si se da con la manera de activarla o, incluso, transformar la grasa blanca en marrón, se estaría ante una manera de mejorar la salud metabólica y también de perder peso.