El aguilucho pálido es la especie más amenazada de las especies de aguilucho que se pueden observar en la península ibérica. Su población a escala nacional se estima en unas 1.000 parejas reproductoras, habiéndose registrado un fuerte declive de sus poblaciones, de más del 20% en las últimas décadas, y es más que previsible que esta tendencia regresiva de su población continúe en los próximos años, ya que las amenazas que le afectan continúan activas.

El estudio de 41 ejemplares de aguilucho pálido, de distintas edades y sexos, marcados con sistemas de seguimiento remoto, ha hecho posible la publicación de Migración y comportamiento espacial de la población española de aguilucho pálido, la nueva monografía del programa Migra de SEO/BirdLife.
Este trabajo, realizado por los investigadores del grupo Zoología de Vertebrados de la Universidad de Alicante (UA), Vicente Urios y Sara Morollón, junto a la Fundación Migres y con la financiación de la Fundación Iberdrola España y Natural England, recoge datos hasta ahora no descritos del área de ocupación de estas aves durante el periodo de cría, hasta cuatro estrategias diferentes de movimientos posreproductivos en adultos, la estrategia de dispersión de ejemplares juveniles y sus viajes a África.
La presentación de la monografía ha tenido lugar en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, y en ella han intervenido, además de los investigadores de la UA, el director de la Fundación Iberdrola, Ramón Castresana, el coordinador de la Unidad de especies y Espacios de SEO/BirdLife, Kiko Álvarez, y el coordinador del Área de Seguimiento de avifauna de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral.
El aguilucho pálido es la especie más amenazada de las especies de aguilucho que se pueden observar en la península ibérica. Su población a escala nacional se estima en unas 1.000 parejas reproductoras, habiéndose registrado un fuerte declive de sus poblaciones, de más del 20% en las últimas décadas, y es más que previsible que esta tendencia regresiva de su población continúe en los próximos años, ya que las amenazas que le afectan continúan activas.
Gracias a los análisis realizados por el equipo de investigación de la Universidad de Alicante, el estudio explica el comportamiento espacial de la especie, a partir del seguimiento de 41 ejemplares (adultos y pollos y de los dos sexos), repartidos por su área de distribución en España. Estos marcajes han facilitado un conocimiento espaciotemporal preciso de los movimientos de los individuos durante su ciclo de vida completo, incluyendo dispersión juvenil, ecología espacial durante las épocas de cría e invernada, rutas migratorias, movimientos posreproductivos, territorialidad, etc.
Los resultados obtenidos reflejan que la temporada reproductiva comienza en promedio el 21 de marzo (con una variabilidad de 25 días) y se extiende hasta aproximadamente el 4 de julio (con una variabilidad de 21 días). En general, la época de cría de estos individuos dura en promedio 104 días, con una desviación de 18 días. Se observó que los individuos que habitaban en latitudes más al norte tendían a comenzar su reproducción más tarde como suele pasar en muchas aves de Europa y parte de Asia.
En promedio, las áreas ocupadas en este periodo ocupan 53,7 km², aunque existía una considerable variabilidad entre individuos (± 68.2 km²). Las principales áreas de actividad tenían un tamaño promedio de 6,2 km². Curiosamente, los machos tendían a cubrir áreas de campeo mayores que las hembras, además de recorrer distancias acumuladas superiores. En este periodo los aguiluchos pálidos mostraron una tendencia general hacia el uso de terrenos agrícolas (72 %), aunque también empleaban hábitats con vegetación natural, especialmente zonas de matorrales (13 %).
A partir de los datos generados, se identificaron cuatro estrategias distintas de movimiento en cuanto termina la época de reproducción: sedentarismo con desplazamientos posreproductivos (40 % de los casos), migración de corta distancia (28 %), migración de larga distancia (22 %) y sedentarismo (10 %). Esto refleja una gran variabilidad en el comportamiento de esta especie, lo que sugiere una notable capacidad adaptativa. De hecho, algunos aguiluchos mostraron cambios en su estrategia de un año a otro, optando en ocasiones por migrar y, en otras, por permanecer cerca de sus áreas de cría. La población de aguilucho pálido en España no solo muestra una diversidad de estrategias de movimiento posreproductivo, sino que también destaca por su capacidad de adaptación.
Respecto a los ejemplares juveniles, los datos revelan que, en su primer año de vida, los aguiluchos pálidos iniciaban sus desplazamientos el 21 de agosto, con una variabilidad considerable entre individuos (± 35 días). Durante estos primeros años, los jóvenes viajaban un promedio de 6.750 km en total, aunque esta cifra presentaba una gran variación entre los distintos ejemplares marcados. Uno de los resultados más interesantes fue la comparación entre el primer y el segundo año de dispersión.

Estrategia de migración
El aguilucho pálido es claramente migrador en su amplia zona de distribución Paleártica, realizando desplazamientos desde sus áreas de cría en el norte de Europa y Asia hacia regiones más al sur para pasar el invierno. Sin embargo, en España, que representa el límite sur de su área de distribución, el comportamiento migratorio de esta especie varía por el clima más templado de la península ibérica.
Los resultados permiten obtener detalle de los desplazamientos de otoño y primavera entre las zonas de cría, situadas en el centro y norte de España, y las áreas de invernada en el sur de España y Marruecos. En cuanto a los periodos de migración, se observó que las aves comenzaban la migración de otoño en distintos momentos, entre julio y enero, con un pico migratorio hacia mediados de octubre. La migración de primavera, en cambio, tuvo lugar entre febrero y abril, alcanzando su punto máximo en marzo.
Respecto a las distancias recorridas, en el otoño los aguiluchos cubrieron una distancia diaria promedio de 170 km y un total de aproximadamente 995 km. En primavera, las distancias fueron algo menores, con un promedio diario de 140 km y un total de alrededor de 1.035 km. Estos valores reflejan la gran capacidad de desplazamiento de estas aves en sus viajes migratorios.
El estudio también ha identificado dos patrones migratorios diferentes entre los aguiluchos marcados: algunos individuos realizaron una migración intrapeninsular (dentro de la península ibérica), mientras que un 5 % del conjunto de los individuos marcados cruzaron el Estrecho de Gibraltar para invernar en Marruecos, algo no registrado hasta la fecha.
Estos resultados no solo amplían el conocimiento sobre la especie, sino que también proporcionan una base valiosa para diseñar estrategias de conservación. Al conocer mejor las áreas críticas y los patrones de uso del territorio toto su ciclo vital, se pueden identificar los hábitats esenciales que requieren protección, las principales amenazas que pueden afectarle, así como facilitar la integración de las políticas territoriales y de usos del suelo con las estrategias de conservación de la especie.

Programa Migra
El Programa Migra, puesto en marcha en 2011 por SEO/BirdLife con la colaboración de la Fundación Iberdrola España, incorpora las últimas tecnologías en sistemas de geolocalización y seguimiento remoto para conocer con mayor detalle los movimientos de las aves dentro y fuera de nuestro país. Gracias a esta iniciativa se pueden conocer las fechas de inicio y fin de sus migraciones, los lugares de parada y puntos de alimentación, el tiempo que tardan en realizar esos viajes, si se repiten en la migración primaveral y otoñal, las principales áreas de invernada y dispersión, o si las rutas son iguales año tras año.