Artículo de
Mª del Mar Sánchez Fuentes, Ana Álvarez-Muelas, Óscar Cervilla, Reina Granados y Juan Carlos Sierra
Laboratorio de Sexualidad Humana-LabSexUGR
La satisfacción sexual es un aspecto clave de la salud sexual. En el marco de las relaciones de pareja se define como la evaluación subjetiva de los aspectos positivos y negativos asociados a las relaciones sexuales. Se sabe que no sólo depende de las propias relaciones sexuales, sino también de factores personales, interpersonales y socioculturales. Desde esta perspectiva multicomponente, la satisfacción sexual es reflejo de un adecuado funcionamiento sexual, asociándose con los diferentes componentes de la respuesta sexual, como es el caso de la excitación sexual.
La excitación sexual puede ser considerada como un rasgo -con diferencias interindividuales- y como un estado -con diferencias intraindividuales a lo largo del tiempo o de las situaciones-. Desde la perspectiva del rasgo, el Modelo de Control Dual defiende un equilibrio entre las dimensiones de excitación e inhibición sexual, proporcionando de forma conjunta un doble control sobre la respuesta sexual. Desde este modo, tomando el símil de un motor, la excitación sexual tendría un efecto acelerador y la inhibición sexual un efecto de freno. Como estado, la excitación sexual puede ser provocada en un momento determinado por estímulos internos o externos, manifestándose fisiológicamente (por ejemplo, la respuesta genital) y/o subjetivamente (por ejemplo, la valoración autoinformada).
El estudio de María del Mar Sánchez-Fuentes, Ana Álvarez-Muelas, Óscar Cervilla, Reina Granados y Juan Carlos Sierra –publicado en Behavioral Sciences– ha tenido como objetivo profundizar en la asociación entre la satisfacción y la excitación sexual. Mediante un estudio de laboratorio se evaluó, en mujeres jóvenes con diferentes niveles de satisfacción sexual en su relación de pareja, la excitación sexual rasgo (es decir, la propensión a la excitación e inhibición sexual) y la excitación sexual estado (concretamente, la amplitud del pulso vaginal y la excitación sexual autoinformada ante un filme sexual).
En primer lugar, mediante las escalas de excitación/inhibición sexual se evaluó la excitación sexual rasgo de las participantes. A continuación, en el laboratorio de sexualidad humana, ante un filme con contenido sexual explícito, se registró su amplitud de pulso vaginal, mediante fotopletismografía, y la valoración que hacían de la excitación sexual y de las sensaciones genitales mediante escalas estandarizadas.
Tres grupos de mujeres con diferentes niveles de satisfacción sexual fueron comparados en las distintas medidas de excitación sexual. Los resultados indicaron que el grupo con menor satisfacción sexual, comparado con el de mayor satisfacción sexual, reportó mayor inhibición sexual debida a la amenaza de fracaso en el desempeño sexual (por ejemplo, no conseguir excitarse lo suficiente) y mayor inhibición sexual debida a la amenaza de las consecuencias de la actividad sexual (por ejemplo, percibir riesgo de ser pillada manteniendo relaciones sexuales). Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas entre los tres grupos en la excitación sexual estado.
Este hallazgo pone de manifiesto la importancia de estudiar y abordar la excitación sexual como rasgo y como estado, resaltando la relevancia de la propensión a la inhibición sexual a la hora de comprender la satisfacción sexual femenina desde una perspectiva multicomponente. Tanto en la educación como en la terapia sexual se recomienda la inclusión de estrategias dirigidas a la promoción de la satisfacción sexual, donde la excitación sexual tiene un papel relevante.