La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) ha ratificado la moratoria hasta 2017 para la implantación de los grados de tres años, y también ha decidido expulsar de la organización a todas las universidades que incumplan este acuerdo. El acuerdo se ha alcanzado en la Asamblea General de la CRUE, celebrada este miércoles, en la Universidad Complutense de Madrid. La mayoría de los rectores (64) participantes han votado a favor de retrasar la implantación de los nuevos títulos de grado de tres años. Tan solo ha habido dos votos en contra y cinco abstenciones.
Los rectores consideran necesario acordar unas pautas comunes para la implantación del formato 3+2 aprobado por el Gobierno en enero de 2015.
Esta norma afecta a los títulos ya existentes, no así a los grados de nueva creación, que sí podrán adoptar el formato de tres años. El presidente de la CRUE, Segundo Píriz, ha explicado que “el criterio de la Asamblea ha sido considerar el catálogo de títulos ‘prebolonia’ y si un título de grado tiene el mismo nombre que alguno de los del listado no se puede considerar nuevo porque ya existe”.
Diez universidades con el 3+2
Hasta la fecha, una decena de universidades han solicitado la implantación de grados de tres años. Sin embargo, esta decisión tomada en el seno de la CRUE va a obligar a retrasarlos hasta septiembre de 2017.
Las solicitantes de grados de tres años han sido la Católica de Murcia, que ha pedido cuatro; la Oberta de Cataluña, con uno; la Universidad de Nebrija, que ha solicitado tres; la Internacional de La Rioja, dos; la Europea Miguel de Cervantes, uno; la Europea de Madrid, cuatro; la Isabel I de Castilla, uno; la Alfonso X El Sabio, cuatro. Junto a estas privadas, las públicas que habían apostado por esta fórmula han sido sido la Pompeu Fabra, con dos títulos; y la Universidad de Barcelona, que había solicitado uno.
Por su parte, la Católica de Murcia ha explicado que los títulos de tres años que tiene en proceso de verificación son nuevos, no están incluidos en el catálogo Pre-Bolonia, por lo que el trabajo que están haciendo “no interfiere para nada con la decisión adoptada, y seguiremos guiándonos con absoluto respeto con los criterios que establece la CRUE“.
