En su discurso el rector ha pedido un nuevo modelo de financiación de las universidades públicas y un nuevo mapa de titulaciones al considerar que son las dos grandes asignaturas pendientes y urgentes en el sistema andaluz de educación superior.
La Universidad de Almería ha celebrado la ceremonia de apertura de curso con la presencia del consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco. Un acto singular y condicionado este año por la pandemia del COVID-19, y que ha restringido el aforo, y el propio ordo procendendi. El rector, Carmelo Rodríguez, ha querido comenzar con un minuto de silencio para las víctimas de esta pandemia. Seguidamente ha transmitido a todos los estudiantes “tranquilidad y confianza, porque durante estos últimos meses, nos hemos estado preparando para afrontar este curso de forma segura para vuestra salud y eficaz para vuestra formación”.
En este contexto ha destacado el gran esfuerzo inversor realizado antes de la pandemia que permitió dar clases virtuales al día siguiente de la declaración del estado de alarma y de los realizados en estos meses para dotar a las aulas de todos los sistemas y tecnología necesarios para garantizar la mejor formación de los estudiantes. “Las medidas de trabajo a distancia que estamos ejecutando han acelerado la transformación digital de nuestra universidad. Un objetivo, recogido en los principios de gobierno de mi segundo mandato, que está siendo una realidad”. También ha destacado todas las medidas de seguridad sanitaria adoptadas.
Por otro lado, sobre el escenario provocado por el COVID-19 ha indicado que aunque las consecuencias que va a provocar en todo el mundo todavía no se pueden medir, “es seguro que las oportunidades de empleo, la salud y la educación quedarán marcadas para una generación, la denominada “generación pandemial””. Cambios ante los que las universidades deben ser más “proactivas”. Por ello, “la Universidad de Almería es permeable a las demandas de su entorno y debe ajustar su oferta formativa y su labor investigadora a las exigencias de su tiempo”. Motivo por el que, desde la formación y la investigación, la UAL actuará sobre necesidades socio-sanitarias,las desigualdades sociales y la pobreza que se van a ver acrecentadas tras la pandemia,el imparable cambio climático y sus consecuencias y la esencial protección de los ecosistemas y la biodiversidad y, por último, sobrela necesidad de diseñar entornos de vida más justos, más habitables, más sostenibles y con mayor bienestar social.
Además, ha señalado que su empeño será que la Universidad de Almería “siga contribuyendo de forma sensible al desarrollo del entorno y que actúe aún más como elemento dinamizador de la generación y transferencia del conocimiento y de la difusión de la cultura, independientemente de la tecnología particular que se utilice para cumplir sus funciones básicas de formar, investigar y transferir”.
También ha tenido un momento de recuerdo para el personal jubilado el pasado curso: siete, en el sector del PAS, y trece en el sector del PDI. Rodríguez ha señalado que cuando las circunstancias de salubridad lo permitan tendrán un merecido acto de reconocimiento y homenaje tal y como se hace tradicionalmente en el acto de apertura de curso. Al igual que ocurrirá con la investidura de los nuevos doctores.
El rector ha dirigido unas palabras al consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco, al que ha agradecido el trabajo y esfuerzo realizado desde su Consejería en estos momentos difíciles, pero también le ha expresado que “para la comunidad universitaria, ese esfuerzo se ve deslucido con algunas decisiones tomadas desde su Consejería y desde Gobierno de la Junta de Andalucía, que contradicen la necesaria apuesta por el papel que deben jugar las universidades públicas, pero que considero posible aún su rectificación”.
Ha continuado su mensaje al consejero indicando que “no es entendible, que precisamente en esta situación de pandemia, cuando más se ha destacado el valor del conocimiento, de la ciencia y de la tecnología, cuando más recursos se requieren para adaptarnos a las circunstancias, las universidades públicas andaluzas hayan sufrido un importante recorte en su financiación, que tendrán que compensar algunas de ellas con sus remanentes”. Más, si cabe, ha señalado, cuando las universidades “no nos negamos a aportar esas cantidades al fondo Covid para contribuir a las necesidades de otros sectores de la sociedad, pero creemos que es de justicia que se reconozca como deuda, a compensar mediante un plan establecido para ello cuando las circunstancias económicas lo permitan”.
También ha mostrado su preocupación de que a fecha de hoy el Gobierno de la Junta de Andalucía no haya establecido los criterios ni haya distribuido el fondo COVID destinado a la enseñanza superior, aprobado por el Gobierno Central, y gestionado por las comunidades autónomas y que debe ejecutarse antes de que finalice este año. “Para las universidades públicas andaluzas es una apremiante necesidad que dichos recursos se distribuyan para atender las necesidades sobrevenidas de digitalización, becas, infraestructuras, limpieza, etc., que se han afrontado en este periodo y que aún quedan por asumir en lo que resta de este año”.
Con carácter más local, ha lamentado que desde la Dirección General de Universidades no se autorice la implantación del Grado de Medicina en la Universidad de Almería cuando “la propia Junta de Andalucía lamentaba la semana pasada la escasez de profesionales de Medicina, titulación además demandada por el 25 por ciento de los estudiantes preuniversitarios de nuestra provincia. A lo que hay que añadir, que la UAL ya oferta con éxito un Máster en Investigación en Medicina y un programa de Doctorado en el ámbito, y trabajamos en estrecha colaboración y complicidad con el Hospital Universitario Torrecárdenas, que dispone de más de 120 investigadores doctores en múltiples líneas de investigación y forma a día de hoy más de 200 residentes”.
Carmelo Rodríguez ha pedido un nuevo modelo de financiación de las universidades públicas y un nuevo mapa de titulaciones al considerar que son “las dos grandes asignaturas pendientes y urgentes en el sistema andaluz de educación superior”.
La última de sus peticiones ha sido para la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, María Isabel Sánchez, a la que ha pedido celeridad para que el ansiado edificio emblemático de la Universidad de Almería en El Paseo sea ya una realidad.
Por su parte el consejero, Rogelio Velasco, ha señalado que están ultimando los cálculos y en los próximos días se realizará la transferencia del fondo COVID desde la Junta de Andalucía a las universidades andaluzas,, “lo cual va a permitir que tengan recursos suficientes para continuar invirtiendo en distintos tipos de tecnología y pequeñas infraestructuras para cumplir con las restricciones derivadas de la proximidad de las personas, de forma que el curso pueda transcurrir con normalidad”. Para el conjunto de las universidades andaluzas, la formación profesional superior y las enseñanzas artísticas superiores irá destinada una partida de 64 millones de euros.
Lección inaugural
La encargada este año de la lección inaugural, ‘La calidad del agua: una mirada desde la ciencia’, ha sido la catedrática de Química Analítica de la UAL, Ana Agüera. En su discurso ha insistido en la necesidad de legislar contra los vertidos no solo de contaminante orgánicos persistentes, sino también de los llamados contaminantes emergentes.
La catedrática ha señalado que estas sustancias llegan al medio acuático a través de las aguas residuales urbanas “ya que en muchos casos se trata de compuesto químicos de uso cotidiano como fármacos de uso común como el paracetamol o ibuprofeno”. Algunos de sus efectos son ya conocidos, “uno de los más relevantes está asociado a la creciente aparición de bacterias resistentes a antibióticos”. Para su eliminación no son eficientes los tratamientos convencionales de aguas residuales urbanas. Agüera asegura que “solo muy recientemente se ha empezado a focalizar este tema en directivas específicas que apuntan en esta dirección, pero todavía la legislación es poco ambiciosa para resolver este serio problema de sostenibilidad de un recurso fundamental, como es el agua”.