El rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Julián Garde, está convencido de las posibilidades que ofrece la formación multimodal que se ha impulsado debido a la pandemia, como también defiende los beneficios que tendría flexibilizar titulaciones y contar con procesos de implantación de títulos más ágiles. Estos y otros temas de calado se abordan en esta entrevista, en la que contribuye a dibujar cómo será la universidad en los próximos años.
¿Está preparada la universidad para dar respuesta a un mercado de trabajo tan dinámico?
No podemos obviar que el mercado laboral está transformándose rápida y continuamente mientras avanza la digitalización, la robotización de infinidad de trabajos y surgen tecnologías disruptivas que rompen con una tendencia continuista en las necesidades de las empresas, de las instituciones, del mercado y de la sociedad en general. Por otro lado, los procedimientos para que la universidad ajuste su oferta de títulos a las demandas de los empleadores son, en muchas ocasiones, lentos, sobre todo si nos referimos al diseño y modificación de títulos oficiales de grado y de máster.
Para conseguir una rápida adaptación, la vinculación con el sistema productivo se convierte en un factor crítico ya que permite: conocer qué capacidades están exigiendo las empresas a los titulados, orientar las modificaciones de los títulos actuales a la siguiente generación, más ajustada con las demandas laborales, implicar a los agentes económicos en la formación práctica de los estudiantes dentro de los títulos vigentes e identificar nuevos nichos de empleo para los cuales no existan todavía perfiles universitarios y que, en consecuencia, dirigirán el diseño y puesta en marcha de nueva oferta de títulos propios, considerados gérmenes de posibles futuros títulos oficiales posteriores.
¿Qué iniciativas deberían introducirse para ajustarse más a las demandas?
Ante esta situación las universidades se encuentran ante el dilema de enfocarse en el corto plazo, para responder a lo que hoy necesitan las empresas, para lo que se tendría que contar con la oferta de titulaciones mucho más flexible y procesos ágiles de generación de nuevas formaciones que se puede conseguir con los títulos propios, o bien enfocarse en el largo plazo, a lo que las empresas necesitarán en el futuro, con una necesidad de prospectiva del ecosistema económico-empresarial. La incapacidad para anticiparse el tiempo suficiente con las titulaciones oficiales obligará a dotarnos de una oferta de postgrado y títulos propios flexible orientada a la especialización en ámbitos concretos, títulos de menor duración para generar las capacidades necesarias surgidas en un periodo determinado, y con metodologías híbridas -semipresenciales- para poder acometer una formación continua dirigida a profesionales en activo.
Intentar dar una respuesta con la oferta de títulos oficiales resulta muy difícil y requiere cambios en la norma jurídica, ampliando las modalidades de títulos, y en los procedimientos establecidos para las acreditaciones de los nuevos títulos. Con las posibilidades que la normativa actual ofrece -RD 1393/2007 sobre la ordenación de enseñanzas universitarias oficiales-, las universidades tendremos que centrarnos en proporcionar a los estudiantes, no solo los conocimientos, generalistas o especializados, sino también competencias y habilidades amplias y transversales y transmitirles actitudes y valores que les permitan atender las necesidades presentes y futuras del entorno económico-empresarial y social por el desarrollo de la capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida. La oferta de títulos de grado y de másteres oficiales tiene que garantizar una formación sólida, más teórica que orientada a los problemas concretos, haciendo a los egresados profesionales versátiles para hacer frente a nuevos problemas. Esta es, actualmente, la mejor forma de atender las necesidades presentes y futuras de las instituciones económicas.
La pandemia ha traído un impulso definitivo a la docencia online y semipresencial, ¿ha llegado para quedarse? ¿cómo se les podrá sacar el máximo partido en el escenario postpandemia?
La pandemia nos ha obligado, sin posibilidad de elección y sin margen de maniobra, a pasar, en cuestión de días, de un escenario presencial a uno online. Esto ha provocado que, tanto instituciones como personas, se hayan tenido que adaptar (evidentemente con diferentes niveles de éxito en todos los casos) y se hayan visto mitigadas las resistencias al cambio que siempre surgen ante una transformación como la que nos ocupa. Ahora estamos en una situación en la que podemos valorar cómo ha sido ese cambio y ver dónde y cómo podemos mejorar: estamos en una situación ideal para valorar de primera mano cómo, dónde (en qué títulos) y cuándo implantar esas modalidades de docencia (online y semipresencial) con cierta garantía de éxito.
Sin duda la formación online ofrece una serie de ventajas difíciles de conseguir con la presencial más tradicional, entre ellas se encuentra la provocada por la deslocalización del proceso de enseñanza-aprendizaje, al no necesitar coincidencia en un espacio en la relación entre docente-discente. Esta situación genera una mayor flexibilidad para los estudiantes y unas condiciones que les permite simultanear la formación con otras ocupaciones optimizando el uso de su tiempo. No obstante, a pesar de las ventajas no podemos dejar de mencionar que no es la metodología óptima en es caso de algunas titulaciones. Con la reciente experiencia en formación online se ha evidenciado la dificultad para generar todas las competencias contenidas en los planes de estudios vinculados con disciplinas con un alto grado de experimentalidad. Para éstas el formato semipresencial, o formación híbrida, permite combinar la docencia online con la presencial aunando las ventajas de ambas modalidades y garantizándose la consecución de las competencias en los estudiantes y egresados.
Para las universidades, estos nuevos métodos han venido para quedarse, ya que supone una oportunidad de incrementar el número de potenciales estudiantes y mejorar su internacionalización, pero como una forma más a considerar, para determinados tipos de formación y no como la única posible. Además, requerirá inversiones en infraestructuras tecnológicas adicionales a las ya realizadas obligados por la situación generada por el COVID-19 y esfuerzos en formación del profesorado en nuevas herramientas de interacción con estudiantes, de desarrollo de materiales docentes y de formas de evaluación en un entorno digital.
La flexibilización de la formación universitaria con itinerarios abiertos e incluso la hibridación de títulos pueden ser líneas interesantes, ¿de qué manera se pueden hacer efectivas? ¿Estamos a las puertas de una formación ‘a la carta’?
Para poder hacer efectivos estos títulos son necesarios muchos cambios. En primer lugar, se necesita un cambio normativo. El borrador que el Ministerio de Universidades ha presentado públicamente para la modificación del RD 1393/2007 de ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, contempla, además de la flexibilización de la duración referente a titulaciones de grado, novedades acerca de la configuración de los títulos “abiertos”. El artículo 19 está referido a los ”Programas de Grado con Itinerario Académico Abierto” donde se permitirá a los estudiantes matricularse en asignaturas básicas de al menos 2 titulaciones oficiales para, posteriormente, continuar sus estudios oficiales en aquella titulación más atrayente aumentando la seguridad en una elección tan importante para su futuro profesional.
Si este cambio se incluye y se aprueba finalmente en la modificación del citado RD tendremos el marco jurídico para poder diversificar la oferta de titulaciones con esta nueva modalidad. La adaptación de los planes de estudio actuales será necesaria para establecer itinerarios abiertos (flexibilizando y aumentando la optatividad). Además, se requeriría un cambio en la organización de los estudios oficiales (grado y máster), para facilitar la hibridación de títulos y poder aprovechar “economías de alcance” al poder compartir recursos, infraestructuras y profesorado, entre titulaciones.
Otro aspecto destacable de esta nueva normativa es el artículo 20 “Programas académicos de simultaneidad de dos o más titulaciones de grado o de máster con itinerario específico” donde se regularán las titulaciones dobles y la integración de titulaciones de grado y máster. La integración de un grado y un máster será especialmente interesante para titulaciones profesionalizantes, en las que los egresados podrán conseguir todas las competencias de los títulos integrados en un tiempo óptimo, dando continuidad a su formación y pudiendo simultanear la finalización del Trabajo Fin de Grado con el inicio del máster.
La inclusión de diferentes modalidades de títulos amplía el abanico de opciones ofertado a los estudiantes con lo que nos permitiría acercarnos a la formación “a la carta”.
¿Qué se necesita para implantar una formación dual en el conjunto de las titulaciones?
En primer lugar, es necesario que exista una normativa que permita este tipo de titulaciones oficiales y no solamente títulos propios. Únicamente en la agencia de evaluación del Gobierno vasco existe esta posibilidad. El artículo 18 de la modificación del RD 1393/2007 de ordenación de las enseñanzas oficiales universitarias, hace referencia precisamente a la ”Mención Dual en los títulos universitarios” abriendo así la posibilidad de diseñar y ofertar este tipo de titulaciones oficiales que previsiblemente incrementarán la empleabilidad de los egresados según ha ocurrido en otros países.
El factor crítico para el éxito en el diseño y en la implantación de la formación dual es el fortalecimiento de la interrelación de la universidad con el tejido productivo porque debe existir una gran coordinación entre universidad y empresas o instituciones para conseguir un diseño que permita el ajuste entre los contenidos teóricos y prácticos y las necesidades del mercado laboral. Además, para la implantación tendremos que contar con convenios de cooperación educativa suficientes con instituciones y empresas de diferentes sectores para asegurar las estancias prácticas de todos los estudiantes y también con tutores en la empresa y en la universidad adecuados que aseguren la formación durante los periodos de prácticas y la adquisición de las competencias previstas.
Aunque, no se están ofertando en la UCLM títulos duales, en los títulos oficiales en vigor en la UCLM se busca mejorar la empleabilidad y la inserción laboral de los egresados a través de la oferta de prácticas externas curriculares -obligatorias y optativas-. Cada curso, nuestros estudiantes realizan 6.500 prácticas en empresas o instituciones gracias a los más de 1.200 convenios firmados con empresas de dentro y fuera de la Región. En este sentido, en los últimos títulos de grado implantados en nuestra universidad, una parte obligatoria de los planes de estudio ha sido la de la incorporación a los mismos de prácticas en empresas e instituciones.
Ahora están surgiendo fórmulas de formación diferentes y más adaptables, como los títulos propios de Google, que equipara a los grados, o microgrados, como el que recientemente ha implantado la UNED sobre Historia de España, ¿cuándo veremos títulos de este formato en la universidad?
El RD 1393/2007 y las modificaciones que regulan las titulaciones oficiales dentro del Espacio Europeo de Educación Superior no permite a las universidades ofertar este tipo de titulaciones como titulaciones oficiales. Las grandes empresas se adentran en la actividad de formación ofreciendo programas muy vinculados con el mercado, con las necesidades de la empresa. Los contenidos están muy orientados a cubrir problemas concretos de determinados sectores con un mayor peso de la formación práctica.
La forma de competir con estos nuevos agentes que irrumpen en el escenario de la enseñanza superior es con una oferta de títulos propios de corta duración, amplia y ajustada a las demandas de las empresas. Este tipo de títulos pueden presentar la ventaja de facilitar el tránsito de los estudiantes a titulaciones de grado oficiales al poder integrar la formación recibida en el título propio en la titulación oficial, pero no será hasta tener aprobado un nuevo decreto de ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales.