La prestigiosa revista Nature communications ha publicado hoy un artículo que tiene al profesor Adriano Campo Bagatin, del equipo de Ciencias Planetarias de la Universidad de Alicante, como autor principal y en el que se explica cómo tras llevarse a cabo la misión DART de la NASA, las imágenes tomadas han revelado que el satélite Didymos no tenía la típica forma de ‘peonza’ esperada para este tipo de cuerpos, sino más bien la de una peonza degradada, con muestras de desmoronamientos laterales muy pronunciados.
Según explican los investigadores en la publicación, a menudo estas características se achacan a la acción de la radiación solar, que es absorbida por el cuerpo y posteriormente reemitida (como pasa con el asfalto de una carretera, que absorbe de día la luz solar, y la reemite como calor horas más tarde).
“Pero esto ocurre de manera asimétrica, provocando una lenta pero constante aceleración en la rotación del cuerpo, que finalmente provocaría avalanchas por acumulación de tensiones en la superficie (un poco como el mecanismo que produce terremotos en nuestro planeta)”, señala del artículo el profesor Campo.
El artículo, que lleva por título “Historia de la reciente colisión de Didymos (65803)” (Recent collisional history of) Didymos) explica que es más probable que los desmoronamientos mostrados en las imágenes de DART se deban a colisiones más que al efecto de aceleración mencionado (se denomina efecto YORP) y que, en efecto, Didymos, aunque es un asteroide cercano a la tierra, tiene una órbita achatada y termina pasando la tercera parte de su tiempo metida en el cinturón de asteroides, donde la probabilidad de colisionar con pequeños cuerpos rocosos es grande.
El intervalo de tiempo entre esas colisiones resulta ser más corto que el tiempo que necesitaría la aceleración debida al efecto YORP para acumular en la superficie la tensión necesaria para finalmente desencadenar los desmoronamientos. Al contrario, las frecuentes pequeñas colisiones liberan esas tensiones y evitan grandes avalanchas. Finalmente, el estudio muestra que son las colisiones algo mayores las que provocan las características superficiales que se observan.
Adriano Campo señala que, en 2026, cuando la sonda europea Hera visite también Didymos, se obtendrán imágenes de mayor resolución que permitirán afinar los detalles de la historia de la colisión reciente de este peculiar asteroide e intentar aclarar de qué manera se formó su satélite y se podrán responder cuestiones como si fue una colisión o una lenta aceleración debida a la acción de la radiación solar,
El pasado 27 de septiembre de 2022 la nave DART colisionó a una velocidad de 23.400 kilómetros por hora con el sistema de asteroides binario Didymos, un ambicioso proyecto internacional cuyo objetivo es comprobar si es posible cambiar la órbita de un asteroide si éste supusiera una amenaza para la Tierra.
Adriano Campo Bagatin es coordinador de equipo de Ciencias Planetarias (grupo de Astronomía y Astrofísica de la UA), en el Instituto Universitario de Física Aplicada a las Ciencias y las Tecnologías (IUFACyT) de la UA. El equipo se encarga de estudiar las consecuencias de la colisión sobre el asteroide, a partir de las imágenes recibidas tras la colisión.