Los hongos que afectan a las plantas se conocen como fitopatógenos. Para adaptarse a las condiciones ambientales, y a las respuestas inmunitarias de las plantas, estos hongos controlan la expresión de sus genes, activando y ‘apagando’ varios de ellos para coordinar el ciclo infectivo de forma eficiente. Ahora, en un estudio recientemente publicado en la revista Frontiers in Microbiology, un equipo de investigación del CABD –centro mixto de la Universidad Pablo de Olavide, el CSIC y la Junta de Andalucía– ha identificado la proteína Sir2 como moduladora de la expresión de genes importantes para la patogénesis de Ustilago maydis, hongo que afecta al maíz y que se usa como modelo de estudio de fitopatógenos.
Este hallazgo puede permitir el desarrollo de nuevos compuestos antifúngicos que afecten a las proteínas que, como Sir2, regulan la patogénesis y poder así evitarla. Aunque Ustilago maydis no produce grandes pérdidas de cultivo, los avances para combatir las infecciones de este modelo de hongo, identificando nuevas dianas, pueden tener resultado en otros con mayor impacto en las cosechas.
Además, como parte previa de este trabajo, Blanca Navarrete, José Ignacio Ibeas y Ramón Ramos Barrales, del Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica de la UPO, han descubierto con métodos bioinformáticos que Ustilago maydis no utiliza para la formación de heterocromatina –estructura que modifica el ADN, regulando el ‘apagado’ de los genes– los componentes generales utilizados por otros hongos y que la proteína Sir2 tampoco está implicada en este proceso. Este hallazgo abre nuevas vías de investigación para establecer posibles nuevos mecanismos de formación de heterocromatina.
Ramón Ramos Barrales describe la importancia del estudio para el control de estos hongos. “Hemos podido ver que la proteína Sir2 es importante para el control de una serie de genes importantes para la patogénesis, y comprobar que no está implicada en la formación de la heterocromatina en Ustilago maydis, convirtiendo a este hongo patógeno en un organismo singular, en el que la heterocromatina debe formarse por un proceso no descrito hasta ahora”. El equipo del CABD ‘Biotecnología de levaduras y hongos’ trabaja ya en varias líneas de investigación para identificar este mecanismo.