El proyecto contempla la construcción de 509 camas de hospitalización, 80 consultorios, 13 salas de equipos de imagenología, 20 quirófanos, 84 camas de UCI y 46 salas de urgencia. En la primera fase del proyecto se planea la construcción de cerca de 86.000 m2, y para la segunda más de 62.000 m2. Contará con energía solar y aprovechará el agua de lluvia para su mantenimiento.
“Hoy los hospitales han dejado de ser centros contenidos y cerrados para ser más abiertos, con luz natural y vegetación en todos sus alrededores, recuperando la importancia de la naturaleza y de la fluidez del espacio para la vida tanto de los pacientes como de los profesionales e investigadores que forman parte del Hospital”, aseguró el experto De Pineda.
Según los arquitectos, el proyecto tiene tres aspectos fundamentales: (i) la permeabilidad, para que los espacios no sean como castillos encerrados en donde no hay continuidad ni tránsito libre por el lugar, (ii) la conexión con el patrimonio vegetal y de árboles nativos existente en el centro médico, y (iii) el uso de luz natural, que permite un contacto más directo con este medio, de manera que atraviese todo el Hospital ofreciendo calidad y confort en sus instalaciones.
En el proyecto de expansión se tiene contemplada la construcción de 509 camas de hospitalización, 80 consultorios, 13 salas de equipos de imagenología, 20 quirófanos, 84 camas de UCI y 46 salas de urgencia. En la primera fase del proyecto se planea la construcción de cerca de 86.000 m2, y para la segunda más de 62.000 m2.
“Después de la pandemia nos dimos cuenta de que sin salud el ser humano no vale nada; es la vida y hay que defenderla y protegerla, proporcionando el mejor servicio de salud a todas las personas posibles, en espacios que realmente les brinden una esperanza en su proceso de recuperación y tratamiento”, señala el arquitecto Mallol.
También se espera instalar placas fotovoltaicas para producir energía solar, patios con una cubierta verde que impida el efecto de isla de calor (acumulación de calor en las superficies), así como el reciclaje de aguas pluviales para el riego de la vegetación.
El profesor Pablo Enrique Abril, vicerrector General de la UNAL, explica que “con este importante proyecto buscamos resolver y mejorar los procesos de formación profesional, así como las problemáticas en salud del país, por lo que para esta fase de la obra se realizó la invitación internacional a diversas firmas de arquitectura especializadas en hospitales universitarios, de las cuales 10 respondieron, y la seleccionada por su trayectoria y potencial fue el grupo Barcelona Global Design”.
La profesora Dolly Montoya Castaño, rectora de la UNAL, señaló que “la planificación tuvo una hoja de ruta en la que participaron 133 profesores de 9 de las 11 Facultades de la Universidad, quienes se reunieron para trabajar y aportar desde cada una de sus áreas de conocimiento para ofrecerle al Hospital una visión que cumpla con las nuevas tendencias en salud en el mundo”.
Explicó además “que los 3 ejes cruciales del proyecto son: (i) que sea un hospital transterritorial, lo que quiere decir que no solo beneficie a Bogotá, (ii) que tenga como base la humanización, fundamental para la atención y el acompañamiento integral de los pacientes, y (iii) la innovación, con la cual el Hospital debe seguir siendo de cuarto nivel, orientándose hacia la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico”.
Según el vicerrector Abril, los siguientes pasos consisten en realizar estudios de prefactibilidad del proyecto, en los cuales se evalúe la ubicación y la sostenibilidad de la construcción de la expansión del Hospital, cuya primera fase se espera dejar contratada en esta administración.
“Con un plazo hasta diciembre de 2023, se buscarán los estudios necesarios desde la arquitectura y la ingeniería para conseguir la licencia de construcción y luego determinar si es necesario llevarlo a otra fase según las formas de financiación que se puedan encontrar con apoyos nacionales e internacionales”, dijo el profesor Abril.