Helicobacter pylori, la bacteria letal silenciosa que se aloja en el estómago humano en la infancia y que puede degenerar en cáncer gástrico en la edad adulta

Dicha bacteria, que habita exclusivamente en el estómago humano, infecta a la mayoría de las personas desde la infancia, sin causar síntomas evidentes. Aunque no siempre deriva en enfermedad, entre el 1 y 3 % de los infectados desarrollan cáncer gástrico, y se estima que el 95 % de estos casos están asociados con la presencia de H. pylori

En los países en vías de desarrollo el 80 % de la población padece esta infección, mientras que en países como Australia o Estados Unidos el porcentaje no supera el 20 %. Foto: UNAL

«Por eso, cada vez que se detecta, hay que eliminarla», advierte el profesor William Otero, coordinador del Grupo Helicobacter de Colombia, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

A pesar de que la infección se considera como un marcador de pobreza e insalubridad, incluso en regiones donde es muy frecuente —como las costas colombianas— no siempre se asocia con cáncer. Esto obedece en parte a diferencias genéticas tanto en las poblaciones humanas como en las variantes de la bacteria. 

«No hay dos bacterias Helicobacter idénticas», explica el experto, líder de este proyecto en Tópaga, un pequeño municipio colombiano que presenta una de las tasas más altas de cáncer gástrico del país: 150 casos por cada 100.000 habitantes. Por eso allí se adelanta un estudio que marcaría un antes y un después en la prevención de esta enfermedad. Inspirado en estrategias exitosas implementadas en Japón, Corea y Taiwán, en donde la erradicación masiva logró reducir hasta en un 50 % la mortalidad por esta causa.

Una infección que no duele, pero sí puede matar

Aunque muchas personas asocian el dolor en la «boca del estómago» con gastritis, el profesor Otero es enfático: «la gastritis no duele». De hecho, la bacteria H. pylori no produce molestias evidentes, salvo que ya haya causado enfermedades como úlceras, linfomas o cáncer. Por eso, una de las principales barreras para el diagnóstico oportuno es que los síntomas suelen atribuirse a causas menores, y no se realiza una endoscopia a tiempo.

«En Colombia el cáncer gástrico es la principal causa de muerte por cáncer tanto en hombres como en mujeres, y eso tiene mucho que ver con diagnósticos tardíos», explica el investigador. «Todo adulto mayor de 35 o 40 años con dolor persistente en la boca del estómago debe hacerse una endoscopia digestiva. Hay al menos 40 posibles causas para ese dolor, y solo una de ellas es la que llamamos ‘gastritis'».

¿Cómo se adquiere esta bacteria?

La infección por H. pylori se produce en los primeros 5 años de vida, usualmente dentro del hogar, por transmisión de la madre, los hermanos u otros cuidadores. Las condiciones de hacinamiento y la falta de higiene son determinantes. «La mamá va al baño y no se lava bien las manos antes de alimentar al niño, o pasa comida de su boca a la del bebé. Así se transmite», detalla el profesor Otero.

En los países en vías de desarrollo el 80 % de la población padece esta infección, mientras que en países como Australia o Estados Unidos el porcentaje no supera el 20 %. En Colombia, departamentos como Nariño presentan una prevalencia altísima: «a los 8 años ya casi todos los niños tienen la bacteria».

Además existe evidencia de que los factores sociales y genéticos influyen en la evolución de la infección. Por ejemplo, aunque en las costas colombianas también hay alta prevalencia de H. pylori, la incidencia de cáncer gástrico es menor, ya que tanto las personas como las cepas de la bacteria tienen una ancestralidad distinta a la del altiplano cundiboyacense.

Una intervención en salud pública de largo plazo

El estudio liderado por el Grupo Helicobacter de Colombia en Tópaga busca eliminar la bacteria en toda la población del municipio, mediante tratamiento antibiótico, y hacer seguimiento durante más de una década para evaluar el impacto en la reducción del cáncer gástrico.

Esta estrategia se basa en experiencias exitosas como la de las islas Matsu en Taiwán, donde tras erradicar la bacteria en los 13.000 habitantes, la mortalidad por cáncer gástrico bajó un 50 % en 14 años. 

«Nuestro objetivo es lograr un efecto similar en Colombia», afirma el profesor Otero. Para ello, a cada persona se le realizará un test respiratorio o una endoscopia con biopsias, dependiendo de la edad, para detectar la bacteria y tratarla adecuadamente.

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