Artículo del Laboratorio de Sexualidad Humana de la Universidad de Granada (LabSex UGR) de Pablo Mangas, Reina Granados, Oscar Cervilla y Juan Carlos Sierra. Investigador responsable: Dr. Juan Carlos Sierra.
Un aspecto del orgasmo al que se ha prestado poca atención es su experiencia subjetiva (es decir, cómo se experimenta desde un punto de vista psicológico). Por otro lado, existe una tradición a dejar en un segundo plano a la investigación en sexualidad de las minorías sexuales, lo que imposibilita conocer las claves para que disfruten de una sexualidad saludable.
Existen escasos instrumentos que evalúen la experiencia subjetiva del orgasmo, siendo una excepción la Orgasm Rating Scale (ORS), validada recientemente en población heterosexual española, por lo que era necesaria su validación en población gay en el contexto de las relaciones homosexuales.
Por ello, los investigadores Pablo Mangas, Reina Granados, Oscar Cervilla y Juan Carlos Sierra acaban de publicar un estudio en International Journal of Environmental Research and Public Health, con la validación de la ORS en población gay, presentándose como una medida invariante por orientación sexual, permitiendo de este modo comparar población gay y heterosexual.
Además, se presenta como una herramienta útil para discriminar entre personas gais con y sin dificultades orgásmicas. En dicho estudio, se contó con la participación de 1.600 personas adultas españolas, cisgénero y con experiencias orgásmicas recientes en el contexto de las relaciones sexuales (400 hombres gais y 400 heterosexuales, 400 mujeres lesbianas y 400 heterosexuales) de 18 a 63 años.
Los resultados indicaron que la estructura de la ORS es invariante, tanto por orientación sexual como por sexo. En términos generales, se observó que las lesbianas experimentan subjetivamente el orgasmo de forma más intensa con sus parejas que los gais.
Por su parte, hombres heterosexuales experimentan subjetivamente el orgasmo de forma más intensa en su componente recompensa que los gais, mientras que las lesbianas lo experimentan más intensamente en la dimensión Intimidad en comparación con las mujeres heterosexuales.
Si bien es cierto que algunas variables, como tener/no tener pareja, afectan notablemente a la experiencia orgásmica independientemente del sexo y la orientación sexual, otras no actúan de la misma forma: en cuanto a la edad, la experiencia subjetiva orgásmica decrece de forma más notable en hombres, el nivel de estudios afecta a la experiencia orgásmica mayormente en mujeres, y el número de parejas sexuales y la forma de alcanzar el orgasmo afecta de forma más notoria a minorías sexuales, especialmente en el caso de los hombres.
Además, esta intensidad orgásmica subjetiva se asoció con la actitud positiva hacia las fantasías sexuales y el funcionamiento sexual: la excitación y la satisfacción con el orgasmo se relacionaron con la experiencia subjetiva del orgasmo de forma similar en gais y lesbianas, mientras que, en el deseo, la erección/lubricación, la capacidad orgásmica y la actitud positiva hacia las fantasías sexuales se observaron matices diferenciales.
Mientras que en las lesbianas todas las variables psicosexuales correlacionan con todas las dimensiones de la experiencia subjetiva orgásmica, en los hombres no se encuentra un patrón tan consistente.
Por último, las puntuaciones obtenidas en tres de las cuatro dimensiones de la ORS mostraron capacidad para diferenciar entre hombres y mujeres gais con y sin dificultades orgásmicas (las personas con dificultades muestran menor intensidad orgásmica subjetiva), pudiendo servir esto de guía para el tratamiento de estas.
En definitiva, estos resultados evidencian que la versión española de la Orgasm Rating Scale es una herramienta fiable y válida para examinar la experiencia subjetiva del orgasmo en gais y lesbianas, así como para discriminar entre hombres y mujeres con y sin dificultades orgásmicas, lo que hace que sea un instrumento útil tanto para la investigación como para la práctica clínica.