¿Existe riesgo de desertificación en España?

El pasado día 17 se celebró el Día Mundial de Lucha contra la Desertización y la Sequía, que este año coincidió con un escenario sahariano en España de temperaturas que podrían batir récords y calima. En los noventa e inicios de este siglo, las noticias sobre el cambio climático pronosticaban una España proclive al desierto en un periodo que podría corresponder con la fecha actual. Los expertos de Meteored reflexionan sobre esta situación.

Parque Natural de las Bardenas Reales en Navarra

Jose Antonio Maldonado, director de Meteorología de Meteored, ve mas probable que las temperaturas asciendan. Esto no significa que cada año haga más calor que el anterior, pero en los últimos años se ha producido este escenario. En cuanto a las precipitaciones totales, en España, se mantienen. La media anual en precipitaciones desde el año 1981 es de 640, 9 litros por metro cuadrado. Este promedio no sufre grandes variaciones, teniendo en cuenta los lógicos altibajos entre los distintos años.

España, salvo en las regiones cantábricas, cuenta con más años secos que húmedos debido a su latitud y a los reiterados períodos con pocas precipitaciones. Aunque parezca que llueve menos días, lo hace con una mayor intensidad, por eso el volumen de agua que cae se mantiene y no se cumple con el pronóstico de que en 2020 las áreas desérticas aumentarían. Esto solo se ha producido, parcialmente, en puntos de la estepa del sureste, el centro y la cuenca del Ebro.

Otro experto de Meteored, Francisco Martín, ve en un mundo cada vez más caluroso, las áreas mediterráneas son las más amenazadas por la sequía y desertificación como es el caso de la Península y Baleares. En esta amenaza intervienen varios aspectos. En cuanto a los factores meteorológicos, según proyecciones del IPCC, se espera que las olas de calor aumenten en el futuro, mientras que las precipitaciones no verán cambios en los valores medios, pero serán más extremas. Es decir, la misma cantidad de agua en mucho menos tiempo, con la dificultad que conlleva para el suelo absorberla.

El aumento de las temperaturas propiciará una mayor evaporación de los suelos y de las plantas generando un estrés y déficit en varias áreas. Las zonas con mayor tendencia a sufrir esta situación serán aquellas con climas áridos o semiáridos, con posibilidad de que se intensifique su carácter climático y crezca su extensión (zonas del sureste, Castilla- La Mancha, Extremadura y el Valle del Ebro). Existen dos vías de investigación sobre las estructuras atmosféricas que afectarán en el porvenir: o los patrones atmosféricos están cambiando con una evidente subtropicalización de España… o los mismos patrones atmosféricos están “dopados” por altas temperaturas en su seno.

Por último, Jose Miguel Viñas, también perteneciente a Meteored y experto meteorólogo, indica que gran parte de las informaciones acerca del cambio climático tratan la evolución de las temperaturas y de las precipitaciones, pero no la desertificación, que ligada a las dos anteriores variables representa un riesgo importante. En España la aridez afecta a una parte importante del territorio y existen pronósticos que apuntan a una disminución de las lluvias en puntos de Europa y a un aumento en la frecuencia e intensidad de las sequías.

El riesgo por la degradación de los suelos y pérdida de agua es elevado. Tres cuartas partes de la superficie de España podrían verse amenazadas por la desertificación. Esta situación afectaría de forma negativa la agricultura y el medio rural, así como a otras muchas actividades económicas.