La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, Mª Teresa Ruiz Cantero, ha elaborado el estudio “COVID-19 y sesgos de género en la atención sanitaria. Las desigualdades de género que revelan las diferencias por sexo” presentado recientemente como parte del “Informe Salud y Género 2022” del Ministerio de Sanidad, a través del Observatorio de Salud de las Mujeres (OSM).
Si bien la frecuencia de casos de covid-19 es mayor en mujeres que en hombres en España, según el Centro Nacional de Epidemiología a fecha junio de 2021: 47,77% hombres y 52,23% mujeres, existe acuerdo científico acerca de una mayor incidencia de fallecimientos en hombres, sobre todo en los comienzos de la pandemia.
Tal y como detalla la investigadora de la UA “durante el año 2020 pudimos asistir a cómo se crean los sesgos de género en la atención sanitaria a una nueva patología: la covid-19. La escasez de información sanitaria por sexo, la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la enfermedad centrada en la afectación respiratoria más frecuente en los hombres, y el poco conocimiento sobre otros signos/síntomas, probablemente retrasaron la detección precoz en aquellos casos que cursaron con otras expresiones clínicas más frecuentes en mujeres”.
Las diferencias por sexo fueron publicadas dentro de los informes de análisis de casos de covid-19 notificados a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). En estos informes, la RENAVE hizo patente la consistencia de las diferencias significativas según sexo: aunque con similar tendencia para el caso de fiebre y disnea en ambos sexos, tanto la tos, como los escalofríos, neumonía, síndrome de distrés respiratorio agudo, otros síntomas respiratorios y fallo renal son más frecuentes en hombres, y los vómitos, dolor de garganta y diarreas son más frecuente en mujeres. En este sentido, como recoge el estudio de Ruiz Cantero, el consenso sobre la superior mortalidad por la covid-19 en hombres tiene algunas lagunas dadas la escasez de estadísticas y datos clínicos en hombres y mujeres sobre variables claves relacionadas con la historia natural de esta enfermedad.
Más hospitalizaciones en hombres
En el informe Mª Teresa Ruiz Cantero detalla que la mayor hospitalización de los hombres respecto a las mujeres puede relacionarse con su mayor gravedad al sufrir más neumonías, cuyos síntomas son los principales criterios de admisión. Pero también pudo fallar la detección precoz de la covid-19 en las mujeres por el desconocimiento de las otras formas de manifestarse clínicamente con más frecuencia en ellas.
Las estadísticas oficiales del INE mostraron que durante el confinamiento más mujeres con sintomatología propia del virus SARS-CoV-2 fallecieron sin confirmación diagnóstica por falta de acceso a pruebas diagnósticas y servicios asistenciales deficitarios, mientras que más hombres fallecieron por covid con prueba diagnóstica confirmada.
El mayor esfuerzo terapéutico que suponen las hospitalizaciones e ingresos en UCI de los hombres se relacionan sobre todo con la gravedad. Pero, señala Ruiz Cantero, ”evidenciamos que los ingresos en UCI son menores en mujeres fallecidas que en hombres fallecidos, donde la gravedad es a efectos de resultados la misma. Como otros muchos sesgos de género en la atención sanitaria, se observa un patrón de conocimiento de referencia de la enfermedad propio de los hombres, que se aplica a mujeres”.
Metodología y recomendaciones
Para poder llevar el análisis la investigadora de la UA ha llevado a cabo un estudio longitudinal y transversal estratificado por sexo de un total de 1.771.543 hombres y 1.936.299 mujeres casos de covid. “Una cantidad tan amplia nos permite obtener nuevos conocimientos, así como una visión sin precedentes de los comportamientos de esta enfermedad vírica según sexo”, añade.
La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante insiste en la importancia de incluir la perspectiva sexo/género en la política informativa ante las emergencias de salud pública con el fin de mejorar su calidad y transparencia. Para ello, “es imprescindible mejorar la formación integral de profesionales y gestores de los servicios de atención sanitaria y centros o instituciones de vigilancia epidemiológica, incluyendo el conocimiento sobre las innovaciones de género aplicadas a las buenas prácticas profesionales”, insiste.