Esta ciudad de Castilla León ha participado en la misión china a la cara oculta de la Luna

La nave china Chang’e 6 pasará a la historia por ser la primera nave capaz de recoger muestras de suelo de la cara oculta de la Luna y volver a la Tierra con ellas. Y parte de este acontecimiento histórico es Íñigo de Loyola Chacartegui Rojo, egresado del grado en física de la Universidad de Valladolid (UVa) en el 2021. “Desde muy pequeño me apasionaba la ciencia y especialmente todo lo relacionado con el espacio, así que ya mi TFG lo encaminé al desarrollo de instrumentación relacionada con este ámbito, diseñando y construyendo un Magnetómetro de Muestra Vibrante, que es un instrumento presente en laboratorios de electromagnetismo capaz realizar medidas de propiedades magnéticas de manera precisa y muy versátil”, contextualiza Íñigo.

Equipo que ha diseñado el instrumento DORN que ha viajad a la cara oculta de la Luna.

Tras su paso por la UVa, Íñigo se decantó por un posgrado internacional de dos años relacionado con las ciencias espaciales y la tecnología aeroespacial desarrollados en la Universidad Paul Sabatier de Toulouse y en la Lulea Tekniska Universitet de Lulea (Suecia). Este master le abrió las puertas del Instituto de Investigaciones en Astrofísica y Planetología (IRAP) en el que realizó las prácticas y el Trabajo Fin de Máster.

“En el IRAP estaban trabajando en el proyecto DORN y yo pregunté a todo el mundo y moví hilos para poder hacer mis prácticas y mi TFM en este proyecto”, recuerda Íñigo. El proyecto DORN ha tenido como objetivo principal desarrollar un instrumento capaz de viajar a bordo de la nave Chang’e 6 para medir por primera vez la cantidad de Radón que se escapa del suelo lunar y conocer la cantidad y el comportamiento de este gas noble en la Luna.

Ya que, aunque sondas anteriores como las Apollo 15 y 16, revelaron variaciones espaciales y temporales de este gas radiactivo, no se habían realizado hasta el momento mediciones in situ. DORN ha podido detectar las partículas alfa emitidas durante la desintegración del radón a unas pocas decenas de metros alrededor del módulo de aterrizaje con una sensibilidad 10 veces mayor que la de sus predecesores en órbita. “Mi aportación al proyecto DORN ha sido evaluar la calibración del aparato y analizar el comportamiento de vuelo en diferentes prototipos desarrollados antes de llegar al modelo final, que es el que se ha enviado a la Luna a bordo de la nave china”, explica el egresado de la UVa.

El instrumento DORN en el que ha trabajado Íñigo se ha producido bajo la dirección de proyecto de la agencia espacial del gobierno francés (CNES), en colaboración con la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) y algunas otras instituciones. “Ha sido una oportunidad fantástica para mí y para el Instituto. El IRAP consiguió esta colaboración con la agencia china a través de una convocatoria pública. La CNSA abrió una convocatoria para llevar hasta tres cargas útiles de otros países a la que se presentaron 20 proyectos de diferentes agencias espaciales y organizaciones de investigación extranjeras. De los 20 proyectos presentados ganaron las propuestas del IRAP; un retrorreflector láser pasivo del Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia y un instrumento dedicado a iones negativos desarrollado por el Instituto Sueco de Física Espacial con el apoyo de la Agencia Espacial Europea”, contextualiza el investigador.

Se espera que Chang’e 6 aterrice con las muestras en el día de hoy en Inner Mongolia, una región al norte de China caracterizada por sus grandes mesetas y territorios desérticos, culminando otro éxito de la agencia espacial china. Desde principios de los 2000 el gobierno chino ha apostado muy fuerte por su programa espacial que tiene como uno de los hitos principales poner a astronautas en la luna en el año 2030. “La misión Chang’e 6 ha sido un éxito rotundo de la CNSA, que sin duda va por el buen camino para poner a astronautas en la luna en un futuro próximo. Sin embargo, la actual situación geopolítica es el factor que puede poner estos planes en jaque. El principal colaborador de China es la agencia espacial Rusa, por lo que esto impedirá cualquier colaboración con las agencias espaciales europeas”, adelanta Íñigo de Loyola Chacartegui.