¿Qué hace que un país esté por encima de otros en cuestión de desarrollo económico? ¿Qué ha propiciado que unas naciones, que unas regiones del mundo se desarrollen mientras otras se han quedado a la cola? La competencia, motor de la innovación.
La respuesta la ha dado hoy el director de la Fundación Eduarda Justo, Juan Martínez Barea, durante una de sus intervenciones en la segunda jornada del Seminario Líderes del Futuro, organizado por la fundación del grupo Cosentino, que se desarrolla en la sede central de Cosentino en Cantoria, y en el que participan medio centenar de jóvenes de alto potencial llegados principalmente de Almería, pero también de otros puntos de Andalucía, de Madrid, incluso de países extranjeros.
Este seminario trabaja el liderazgo en jóvenes con alto potencial para convertirse en el motor del cambio en lo económico y social, y que están viviendo una experiencia que “les cambiará la vida”, según dijo Martínez Barea.
Despertar conciencias, animar a la acción, inculcar valores como la ambición, la ilusión y también la pasión son algunos de los objetivos del seminario, que hasta este sábado celebra su octava edición.
Ruta 40, 5.000 km en solitario
La sesión matinal ha sido inaugurada por el montañero y aventurero almeriense Javier Campos, que ha compartido con los asistentes a este seminario su última experiencia, que le ha llevado a tierras sudamericanas, para realizar entera la Ruta 40 en bicicleta y en invierno. Un viaje en solitario, más de 5.000 km, y unas condiciones climáticas en ocasiones extremas, con vientos de más de 100km/h y temperaturas bajo cero.
Javier Campos ha contado su experiencia para trasladar a los participantes en el seminario valores como el de la ilusión, motor de todo lo que hace; y también mostrar que una aventura de las que él realiza no está muy alejado de la experiencia de un directivo de gran empresa, que como el aventurero perdido en mitad de la nada, debe tomar decisiones en situaciones críticas y debe ser muy consciente de las consecuencias.
Un sueño hecho realidad
El mundo empresarial ha estado representado por Antonio Lorente Lamarca, conocido restaurador de Almería, que con tan solo 17 años ya comenzó a vender jamones para pagarse los estudios.
Un emocionado Antonio Lorente Lamarca ha comenzado su intervención recordando los malos momentos vividos este año, “el peor de mi vida”, ha dicho, para continuar el repaso por su extensa trayectoria empresarial, a pesar de su juventud, marcada por la innovación, la búsqueda de nuevos proyectos y por haber sabido sacar partido de las oportunidades que le ha dado la vida.
“Hubo un momento en que pensé que todo lo que tocaba se convertía en oro”, dijo, sin embargo cometió un grave error al volcar más esfuerzos de los que debía en el sector astillero, una decisión que le llevó a la ruina. “Debía cinco millones de euros y solo tenía tres, pero le prometí a mis acreedores que les pagaría hasta el último céntimo”, confesó. Y cumplió, puso a su disposición todos sus bienes, pero no hizo falta, su “honradez” fue aval suficiente para ellos, que creyeron en él, le dieron otra oportunidad y finalmente pudo saldar sus deudas. “Se lo puse todo en sus manos: coche, casas, reloj, anillo… y solo les pedí que me dejaran uno de mis negocios para recuperarme y poder hacer frente a lo que les debía; vieron la verdad en mis ojos”.
Del transmedia a la realidad virtual
De ser un pionero en el mundo del cine al ser el primero en financiar un largometraje mediante una campaña de crowfunding, cuando todavía ni si quiera había plataformas como Verkami o KickStarter; ha pasado a crear una empresa de realidad virtual, un campo que en los próximos va a vivir un gran desarrollo.
Nicolás Alcalá ha contado cómo con apenas veinte años y rodeado de un equipo de colaboradores muy jóvenes llegaron a rodar El Cosmonauta, a pesar de que una semana antes del rodaje en Letonia les falló el productor que iba a poner la mitad del presupuesto de la cinta.
Su trabajo duro, su honestidad y, sobre todo, la red de colaboradores/mecenas creada les permitió seguir adelante con su proyecto y hacer realidad su sueño.
Ahora, Nicolás Alcalá ha cambiado de escenario. Hace unos seis meses creó una empresa de realidad virtual y está recién llegado de la Singularity University de la NASA, en la que ha participado en un programa especial, gracias al apoyo de la Fundación Eduarda Justo, tras resultar ganador del certamen Call to Innovation, que convoca la multinacional almeriense.
En la jornada de tarde, los participantes del seminario han conocido las instalaciones donde se fabrica la superficie Dekton y han tenido la ocasión de conocer los diez consejos para el éxito que les ha dado el director para Europa y Oriente Medio de Salesforce, Miguel Milano, a través de videoconferencia.
También a través de este medio han conocido la experiencia de Raycho Raychev, un joven búlgaro que ha creado una empresa de microsatélites.
La jornada la ha cerrado la dibujante de cómic Laura Pacheco, colaboradora entre otras publicaciones de Smoda de El País, que les ha contado cómo en un momento su vida dio la vuelta, tras perder su trabajo y decidió apostar por dibujar, algo que le apasionaba.
En un principio no pensaba que podía vivir de ello, pero sí tenía claro que la constancia le iba a ayudar a dibujar cada día mejor, y eso mismo es lo que le dio el nivel para trabajar en publicaciones de primer nivel y hacerse un nombre en este mundo tan complicado.
Francisco Martínez-Cosentino, ejemplo de superación
El Seminario Líderes del Futuro se cierra este sábado con las intervenciones del presidente del grupo Cosentino, Francisco Martínez-Cosentino y Azahara Rodríguez, becaria de la Fundación Eduarda Justo, que tras una estancia de varios años en México ha regresado a Almería para crear una fundación para colaborar con la escolarización de niños en Ruanda.