La misión Euclid de la Agencia Espacial Europea (ESA) muestra hoy sus primeras imágenes del cosmos a todo color, las más nítidas logradas hasta ahora en una región tan grande del cielo y a una distancia tan lejana. Estas imágenes muestran el potencial del telescopio para crear el mapa 3D más extenso y preciso del Universo hasta la fecha poblado por galaxias a 10 000 millones de años luz. El telescopio, en órbita desde julio, permite a los científicos estudiar cómo la materia oscura da forma al Universo
El 95% de nuestro cosmos parece estar formado por las misteriosas energía y materia oscuras que provocan cambios muy sutiles en la apariencia y movimientos del universo observable. Para revelar la influencia de estos componentes oscuros, la misión Euclid de la ESA observará durante los próximos seis años las formas, distancias y movimientos de miles de millones de galaxias hasta una distancia de 10.000 millones de años luz. De este modo, creará el mapa tridimensional del Universo más grande hasta la fecha.
Lo que hace especial la visión del cosmos de Euclid es su capacidad para crear una imagen visible e infrarroja extraordinariamente nítida de una gran región del cielo de una sola vez. Las imágenes publicadas hoy reflejan esa capacidad única de Euclid. Las observaciones muestran la totalidad de los objetos celestes, desde estrellas brillantes hasta galaxias débiles, sin dejar de ser extremadamente nítidas, incluso cuando se hace zoom sobre galaxias distantes.
“Nunca antes habíamos visto imágenes astronómicas como éstas, con tanto detalle. Son aún más bellas y nítidas de lo que podíamos esperar, y nos muestran muchas características nunca antes vistas en zonas bien conocidas del Universo cercano. Ahora estamos preparados para observar miles de millones de galaxias y estudiar su evolución a lo largo del tiempo cósmico”, afirma René Laureijs, científico del proyecto Euclid de la ESA.
“Deseo felicitar y dar las gracias a todos los implicados en hacer realidad esta ambiciosa misión, reflejo de la excelencia europea y la colaboración internacional. Las primeras imágenes captadas por Euclid son sobrecogedoras y nos recuerdan por qué es esencial que vayamos al espacio para aprender más sobre los misterios del Universo”, afirma Josef Aschbacher, director general de la ESA.
Una contribución española esencial
Euclid cuenta con un telescopio de 1,2 metros de diámetro y dos instrumentos a bordo: VIS (VISible instrument) y NISP (Near-Infrared Spectrometer and Photometer). Este último es un espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano que ha sido desarrollado con una amplia participación española, organizada en torno a dos polos que se incorporaron al consorcio científico en 2010.
Por una parte, el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC), el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), el Instituto de Física de Altas Energías (IFAE) y el Puerto de Información Científica (PIC), han sido responsables del diseño, construcción, ensamblaje y tests de validación de la rueda de filtros del instrumento NISP, así como de las simulaciones cosmológicas de la misión.
Por otra parte, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) se han encargado de la unidad electrónica que controla el instrumento NISP y su software de arranque. Además, ambos nodos participan en varios equipos de preparación de la explotación científica de los datos del telescopio. De hecho, la participación tecnológica del IAC ha sido galardonada con el EUCLID Consortium EULER Award por su destacada contribución a la instrumentación de la misión.
En total, una veintena de instituciones españolas hay alrededor de un centenar de científicos preparando la explotación científica de la misión.
“Es extraordinariamente placentero y gratificante ver estas hermosas imágenes tomadas con un instrumento que hemos construido durante tantos años. Es sorprendente darse cuenta de que algo que has construido está muy lejos en el espacio y es capaz de revelar el Universo con tanto detalle. Esperamos con ansias los descubrimientos científicos que se avecinan”, dice el investigador Francisco Castander, del ICE-CSIC y del IEEC, y miembro del consorcio Euclid.
“Con la misión Euclid da comienzo una exploración del Universo sin precedentes en sensibilidad, profundidad y extensión. Este observatorio desvelará en los próximos años aspectos inéditos de la naturaleza de la materia y la energía oscura, pero también aportará una nueva visión de las galaxias y de algunos de los más elusivos constituyentes de nuestra Vía Láctea”, afirma Rafael Rebolo, director del IAC, miembro del consorcio Euclid y coinvestigador de la misión.
“En las primeras imágenes de Euclid ya estamos comprobando que se superan las expectativas, permitiéndonos ir más allá de lo esperado en los límites de detección. Estamos seguros de que, en los próximos años, Euclid nos ayudará a descubrir un número sin precedentes de oscuros objetos ultrafríos de masa subestelar, facilitando un gran avance en la investigación de sus curiosas propiedades e incluso es posible que se pueda llegar a desvelar su misterioso origen”, señala Eduardo Martín Guerrero de Escalante, profesor de investigación del IAC, investigador principal de una de las primeras cinco imágenes de Euclid anunciadas por la ESA (la que incluye la Nebulosa del Caballo en Orión) y uno de los dos Independent Legacy Scientist de la misión Euclid.
“Pese a que su objetivo primero es el estudio de las componentes oscuras del Universo (materia y energía), Euclid va a revolucionar también nuestro conocimiento de la física de galaxias proporcionado imágenes con una calidad superior a la del telescopio espacial Hubble de un área del cielo 100 veces mayor que la que éste ha podido observar en más de 20 años de operaciones. Con Euclid entramos de pleno en la era de la astronomía big-data“, explica Marc Huertas-Company, investigador del IAC responsable de la explotación de Euclid en el para la caracterización de la estructura de galaxias.
“Euclid nos permitirá reconstruir con un detalle y precisión únicos la historia del Universo y comprender los procesos físicos responsables de la formación de las grandes agrupaciones de galaxias que observamos hoy en día”, apunta Carlos Gutierrez, investigador del IAC y coordinador del desarrollo interno del proyecto Euclid. “Además, los programas de observación realizados en los últimos años con otros telescopios desde Tierra -en los que el IAC ha participado por medio de GTC y del cartografiado infrarrojo SHARKS-, complementan los datos de Euclid y permiten una explotación científica óptima de los mismos. Igualmente, la cantidad y calidad de los datos de Euclid abrirá nuevas líneas de estudio y guiará una buena parte de la investigación astrofísica de los próximos años”, añade.
“Estas fantásticas imágenes son las primeras entre miles que nos ayudarán a comprender cuál es el contenido real de nuestro universo en expansión acelerada. Incluso si la fase de puesta en marcha no está completa, ya podemos ver las capacidades sin precedentes de Euclid y cómo los instrumentos que hemos construido durante varios años funcionan perfectamente juntos. Tengo muchas ganas de ver los ricos resultados científicos que están por llegar”, comenta Cristóbal Padilla, investigador del IFAE y miembro del consorcio Euclid.
Por su parte, los miembros del consorcio Euclid y los investigadores responsables de la contribución de la UPCT en Euclid en materia de ingeniería, Rafael Toledo, y ciencia, Anastasio Díaz Sánchez y Antonio Pérez Garrido, destacan la enorme satisfacción de ver cómo la tecnología y la ciencia desarrolladas en las universidades españolas ocupan un lugar tan destacado en una misión histórica como Euclid.
Aproximación al universo a través de cinco imágenes de Euclid
De izquierda a derecha y de arriba abajo, la descripción de las imágenes es la siguiente.
Euclid-ERO-NGC6822.8K8K.v2. Galaxia irregular NGC 6822. Créditos: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA, Procesado de imagen: J.-C. Cuillandre (CEA Paris-Saclay), G. Anselmi; CC BY-SA 3.0 IGO. Esta increíble instantánea de Euclid es una revolución para la astronomía. La imagen muestra 1000 galaxias pertenecientes al cúmulo de Perseo y más de 100.000 galaxias adicionales aún más lejos en el fondo. Muchas de estas galaxias débiles no se habían observado antes. Algunas de ellas están tan distantes que su luz ha tardado 10 mil millones de años en llegar hasta nosotros.
Euclid-ERO-Perseus.8K8K. El cúmulo de galaxias en la constelación de Perseo. Créditos: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA. Procesado de imagen: J.-C. Cuillandre (CEA Paris-Saclay), G. Anselmi; CC BY-SA 3.0 IGO.
Euclid-ERO-NGC6397.8K8K.v2. Cúmulo globular NGC 6397. Créditos: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA. Procesado de imagen: J.-C. Cuillandre (CEA Paris-Saclay), G. Anselmi; CC BY-SA 3.0 IGO. Esta brillante imagen muestra la visión de Euclid de un cúmulo globular llamado NGC 6397. Este es el segundo cúmulo globular más cercano a la Tierra, ubicado a unos 7.800 años luz de distancia. Los cúmulos globulares son conjuntos de cientos de miles de estrellas unidas por la gravedad. Actualmente, ningún otro telescopio aparte de Euclid puede observar un cúmulo globular completo en una sola observación.
Euclid-ERO-IC342.8K8K.v2. Galaxia espiral IC 342. Créditos: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA. Procesado de imagen: J.-C. Cuillandre (CEA Paris-Saclay), G. Anselmi; CC BY-SA 3.0 IGO. ‘Galaxia Oculta’, también conocida como IC 342 o Caldwell 5. Gracias a su visión infrarroja, Euclid ya ha descubierto información crucial sobre las estrellas de esta galaxia, que es semejante a la Vía Láctea. Esta primera galaxia enana irregular que observó Euclid se llama NGC 6822 y se encuentra muy cerca, a sólo 1,6 millones de años luz de la Tierra.
Euclid-ERO-Horsehead.8K8K. La nebulosa Cabeza de Caballo. Créditos: ESA/Euclid/Euclid Consortium/NASA. Procesado de imagen: J.-C. Cuillandre (CEA Paris-Saclay), G. Anselmi; CC BY-SA 3.0 IGO. Euclid muestra una espectacular panorámica y detallada vista de la nebulosa Cabeza de Caballo, también conocida como Barnard 33 y que es parte de la constelación de Orión. En la nueva observación de Euclid de esta guardería estelar, los científicos esperan encontrar muchos planetas con una masa similar a la de Júpiter, tenues y nunca antes vistos, en su infancia celestial, así como jóvenes enanas marrones y estrellas recién nacidas.