El nuevo modelo de financiación del sistema público universitario incentivará que las universidades andaluzas refuercen su relación con el sector productivo, aumentando así sus ingresos sin que vaya en detrimento de la financiación que reciben de la propia Junta de Andalucía. Así lo ha trasladado el consejero de Universidad, Investigación e Innovación, José Carlos Gómez Villamandos, al presidente de la CEA, Javier González de Lara, con quien se ha reunido para abordar las líneas generales del nuevo instrumento de reparto de fondos públicos en el que se está trabajando y para conocer sus propuestas.
Esta reunión forma parte de la ronda de contactos que está manteniendo Gómez Villamandos con todos los agentes económicos y sociales y con los representantes de la comunidad universitaria, con los que se pretende alcanzar “el mejor documento posible, fruto de la colaboración y el consenso entre todas las partes, que dé cumplimiento al Pacto Social y Económico por el Impulso de Andalucía”.
El grueso de los recursos de los que disponen las universidades públicas andaluzas se nutre de las transferencias de la Junta de Andalucía y viene fijada anualmente por las decisiones presupuestarias que adopta el Parlamento autonómico. Esta partida autonómica suele representar en torno al 75% de sus cuentas y en 2023 se ha cuantificado en unos 1.660 millones de euros, lo que permite a Andalucía liderar, junto con la Comunidad Valenciana, la clasificación de las regiones que más gastan, alcanzando el 1% del PIB regional. Esos fondos están destinados fundamentalmente a cubrir la financiación pública ordinaria de las universidades, en la que se incluyen los costes salariales, de funcionamiento y de mantenimiento, así como su actividad docente e investigadora.
Además de esta fuente de financiación, cuentan con ingresos adicionales tanto públicos como privados. Entre los de carácter público destacan los ingresos procedentes de programas competitivos de ayudas e incentivos (proyectos de investigación, becas, ayudas para equipamiento, etc.), y los de carácter privado incluyen las cuantías derivadas del abono de tasas y matrículas, las donaciones, la transferencia del conocimiento, así como contratos, convenios y formación no reglada, entre otros. El consejero de Universidad ha señalado que “el nuevo modelo de financiación, que continuará garantizando la aportación mayoritaria de la Junta, plantea potenciar este capítulo de inyecciones complementarias, contribuyendo con ello a mejorar la estabilidad de recursos de las universidades”.
En ese contexto, ha añadido que muchas de las universidades andaluzas “llevan años mejorando su competitividad y la calidad de su oferta docente e investigadora y poniendo en marcha iniciativas propias para captar nuevas inyecciones y abrir vías de financiación alternativas, por tanto, gran parte del camino planteado ya está recorrido”. “Estoy convencido de que esta propuesta será un revulsivo para reforzar la excelencia del sistema público”, ha destacado, para añadir que “se trata de continuar avanzando por esta vía de trabajo desarrollada de forma acertada por las universidades andaluzas”.
Además, el consejero de Universidad ha subrayado que esta fuente de financiación complementaria permitirá una mayor conexión de los campus con las empresas y con otros agentes con los que poder establecer sinergias y vías de colaboración, a través de los Consejos Sociales que, según ha afirmado, “pueden ser el instrumento más adecuado para establecer la interrelación entre ambas esferas”.
Armonización financiera
Por otro lado, Gómez Villamandos ha remarcado que la herramienta que se está diseñando contempla impulsar la armonización financiera entre todas las universidades “aplicando una serie de fórmulas que evitarán desviaciones como las provocadas por anteriores modelos”. El sistema universitario andaluz, compuesto por diez instituciones académicas, se caracteriza por su diversidad y heterogeneidad, “por lo que no es posible desarrollar un modelo lineal, sino un esquema que tendrá en cuenta la situación de cada una de ellas para avanzar hacia la convergencia”, ha añadido.
De igual modo, ha indicado que el nuevo esquema de asignación permitirá a las instituciones académicas contar con los recursos necesarios para cubrir, no sólo la financiación pública básica, sino también para mejorar los resultados docentes, de investigación, de transferencia de conocimiento o de internacionalización. También se contempla fomentar otras acciones en las áreas de emprendimiento, apoyo al estudiantado, cultura o deporte, entre otras. Estas actuaciones se llevarán cabo a través de contratos programas estratégicos, que dependerán de las prioridades establecidas por cada una de las universidades andaluzas.
Asimismo, el consejero de Universidad ha recordado que el modelo de financiación dispondrá de un plan de inversiones para infraestructuras y actuaciones TIC, que comenzará a aplicarse a partir de 2024, tras la finalización este año del actualmente vigente, y se prolongará hasta el ejercicio 2027. Este instrumento estará orientado tanto a mejorar la dotación de equipamientos e infraestructuras, como a avanzar en la transformación digital de las universidades con la incorporación de soluciones y herramientas tecnológicas.