La Universidad de Almería ha anunciado este lunes que investirá como Doctor Honoris Causa al premio Nobel de Física 2017, Rainer Weiss. Huido del nazismo desde Berlín, ciudad en la que nació en 1932, hacia Checoslovaquia, su familia después emigró a los EEUU en 1939, justo en el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Aquel niño de origen alemán, que estudió Bachillerato en Nueva York, acabó por doctorarse en el Massachussetts Institute of Technology –MIT-, del que es profesor emérito en la actualidad y desde el que ha realizado investigaciones con resultados de enorme relevancia para la humanidad. No en vano, a Rainer Weiss se le ha considerado partícipe de los dos grandes logros de la física moderna, y uno de ellos, el descubrimiento y la caracterización de las ondas gravitatorias, le ha valido para ganar el Premio Nobel de Física 2017 junto a Thorne y Barish.
Ahora, a sus 85 años, este investigador norteamericano va a ser investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Almería, actuando como padrino Antonio Fernández Barbero, director de la Escuela Internacional de Doctorado de la UAL –EIDUAL- y catedrático de Física Aplicada. El solemne acto académico se llevará a cabo el próximo lunes 4 de junio desde las 13.00 horas en el Paraninfo, y tras el protocolo habitual de la lectura de acta, el laudatio a cargo del padrino, la investidura, el discurso de ingreso del propio Rainer Weiss y el discurso de bienvenida a cargo del rector Carmelo Rodríguez, el Claustro de la Universidad de Almería contará con un nombre propio de extraordinaria relevancia mundial en el campo de la ciencia, dando mayor prestigio si cabe a la celebración de su ’25 Aniversario’.
Cabe subrayar la importancia de los descubrimientos del experimento LIGO, del que Weiss fue director técnico. La detección de las ondas gravitacionales producidas por dos agujeros negros a punto de fusionarse, y más recientemente por dos estrellas de neutrones también en el proceso de fusión, ha venido a confirmar, un siglo después, una de las predicciones clave de la Teoría de la Relatividad General formulada por Einstein de 1915. La extrema dificultad técnica del proyecto sitúa esta detección al mismo nivel de logros humanos que la teoría original, y marca un punto muy alto en la ciencia como confrontación y colaboración entre la teoría y el experimento. Pero su vinculación con los Nobel va más allá, ya que en el otro de los grandes logros de la física, la medición del fondo cósmico de microondas con el satélite COBE, fue miembro importante del equipo que dirigían George Smoot y John Mather, reconocidos con ese premio en 2006.
De hecho, recibió el Premio Gruber de Cosmología en 2007, con John Mather, por la medición del espectro del fondo cósmico con COBE, y el Premio Einstein en el mismo año, esa vez junto a Drever, por demostrar el concepto funcional de LIGO. El mundo de la ciencia se ha rendido a él tras la detección de las ondas gravitacionales, sumando en 2016 de nuevo el Premio Gruber en Cosmología, el Premio Breakthrough en Física Fundamental, el Premio Shaw, el Premio Kavli en Astrofísica, y el Premio Harvey –junto a Kip Thorne y Ronald Drever, así como en 2017 los premios Willis E. Lamb en Ciencia del Láser y Óptica Cuántica, y el Princesa de Asturias -con Kip Thorne y Barry Barish-, además del referido Nobel de Física –junto a los mismos colegas-.
Los padres de Rainer Weiss fueron Frederick Weiss, un médico judío, y Gertrude Loesner, actriz cristiana, que huyeron del nazismo y que después lograron esquivarlo en el momento justo, antes de la invasión alemana de Checoslovaquia. Ya en los EEUU, el joven Rainer se doctoró en 1962 en el MIT, después fue profesor en la Universidad de Tufts y más tarde becario postdoctoral en la Universidad de Princeton, antes de incorporarse de nuevo, dos años más tarde, al mismo Massachussetts Institute of Technology. En él ha permanecido desde aquel año 1964 y desde el que ha trabajado en la gran tradición de la física experimental.