Cada dos años, los responsables de los 12 Colegios Oficiales de Ingenieros Agrónomos de España celebran una Junta General de Representantes. El objetivo, analizar el papel de la profesión y marcar los caminos por donde debe desarrollarse la misma a corto y medio plazo. Más de 100 representantes colegiales se han reunido hoy en Cádiz para trazar esta estrategia, marcada por una circunstancia recurrente a nivel nacional: la falta de ingenieros agrónomos para satisfacer una creciente demanda por parte de las empresas.
Esta falta de profesionales es un síntoma del desarrollo de la ingeniería agronómica y de su creciente papel en el mantenimiento de la estructura económica y social a escala planetaria. Prueba de ello es la gran cantidad de asuntos que tiene previsto abordar esta junta: el futuro de la formación académica y de la profesión; el Pacto Nacional del Agua; los aspectos profesionales de la sanidad vegetal, en los trámites ambientales, y en producción y bienestar animal; la relación de los colegios con las universidades; el máster integrado; el Centro de Competencias para la formación digital agroalimentaria; las novedades de la nueva PAC 2023-2027; la plataforma de colaboración profesional Pro-Konecta; o el potencial agrario en la cuenca del Mar Menor.
Además de poner de relieve la amplitud de campos en los que tenemos presencia, este listado de asuntos, no hacen sino subrayar el prometedor futuro que se abre para quienes decidan cursar el Master que habilita para ejercer como Ingeniero Agrónomo. Un futuro donde la innovación, la tecnificación de los procesos y la digitalización son claves.
Pero… ¿qué está pasando con nuestros profesionales?
En los últimos años, y especialmente a raíz de la pandemia, ha habido un cambio en el comportamiento de la demanda, que se traduce en un mayor consumo en los hogares, un incremento de las exportaciones y una subida del coste de las materias primas. Esto ha tenido como consecuencias más inversión, más exigencia y más sofisticación y complejidad en la producción. Las cadenas de suministro, cada vez más internacionales, son muy exigentes en requerimientos técnicos y de calidad en los centros productivos.
La expansión del sector agroalimentario, los altos estándares de calidad demandados y una tendencia global hacia la seguridad alimentaria es algo que ha llegado para quedarse. Los Ingenieros Agrónomos satisfacemos todas estas demandas específicas, pero además ponemos al alcance de la población una alimentación de alta calidad organoléptica y nutricional producida de manera sostenible.
Las TIC aplicadas a la producción, la digitalización de la industria alimentaria, la gestión avanzada de aguas y residuos son otros sectores en alza que seguirán demandando Ingenieros Agrónomos.
Fundamentales en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible
La lucha para frenar el cambio climático y mitigar sus efectos nos reserva un rol muy importante a jugar en el presente y por supuesto, en el futuro. Estamos muy vinculados a los proyectos relacionados con el medio ambiente, las energías renovables como el metano o el hidrógeno verde y el cambio climático. Probablemente tengamos la visión más completa al respecto de esta cuestión dentro del mundo de la ingeniería. Tenemos la componente técnica y de los procesos, pero también de la producción con el medio ambiente y con los aspectos biológicos, que es lo que se necesita para dar una solución correcta a la mayor parte de problemas que tenemos en la actualidad.
Las energías renovables y la ingeniería ambiental están moviendo el mercado y serán clave en la transformación económica que viene. La Unión Europea está demandando unos estándares altos de aspectos medioambientales en todos los proyectos que se van a llevar a cabo por medio de los fondos europeos de resiliencia.
No olvidamos el medio natural
Nuestra profesión combina dos disciplinas muy interesantes. Una, que es la ingeniería, que permite dar soluciones tecnológicas a problemas complejos y la otra es la biología, que nos da una visión de cómo funciona el medio natural. Esa combinación es muy importante, porque es la que realmente puede dar soluciones a los retos que presentan los sistemas de producción de alimentos.
Las herramientas digitales, la agricultura de precisión o la modelización predictiva están aumentando la competitividad de las empresas. Y somos los Ingenieros Agrónomos quienes analizamos el sector y el entorno digital que lo rodea, participamos de estas tendencias y ayudamos a que se implanten y empleen con éxito.
El papel del Consejo
Como hemos puesto de relieve, la ingeniería agronómica es una profesión que permite desarrollarse en sectores muy diferentes, y muchos de ellos están cambiando la forma de producir y de cuidar el medio ambiente ya en este momento.
Desde el Consejo General de Colegios de Ingenieros Agrónomos somos conscientes de la creciente importancia de nuestra profesión. Por ello, centraremos nuestros esfuerzos de los próximos años en fomentar la elección el Máster que habilita para ejercer como Ingeniero Agrónomo; en continuar nuestro trabajo con las empresas para configurar perfiles profesionales que cumplan sus expectativas; en mantener nuestra interlocución con las administraciones para aportar nuestros conocimientos técnicos al desarrollo socioeconómico; en seguir liderando los procesos de innovación, tecnificación y digitalización; en ayudar a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible; y por supuesto, en seguir ofreciendo alimentos en cantidad suficiente y con todas las garantías a una población creciente. Son muchos retos, y muy complejos: pero sin duda, apasionantes.