Entidades públicas y privadas, legalmente constituidas, pueden concurrir en la convocatoria que ha hecho pública el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ) (BOJA nº 2, de 4 de enero de 2011), para seleccionar los proyectos de campos de trabajo que se desarrollarán en Andalucía durante los meses de julio y agosto de 2011. Los campos de trabajo son una forma particular de servicio voluntario que cuenta con una larga tradición e implantación, a nivel nacional e internacional, ya que se trata de actividades que integran diferentes componentes y posibilitan la participación de jóvenes de distintos lugares y procedencias.
Durante el pasado verano, un total de 741 jóvenes participaron en los 29 campos que se desarrollaron en Andalucía. Asimismo, 241 andaluces, menores de 30 años, participaron en los programados en otras comunidades autónomas y 141, en los campos celebrados en otros países.
En lo que se refiere a las bases del programa de campos de trabajo para 2011, los proyectos presentados, al igual que en ediciones anteriores, deben contener un programa en el que un grupo de jóvenes de diferentes procedencias se comprometan, de forma desinteresada y voluntaria, a desarrollar una serie de actividades de voluntariado y otras de carácter complementario.
Sobre las modalidades de los campos, se establecen los siguientes ámbitos de acción: ‘Investigación y rehabilitación o recuperación del patrimonio histórico, artístico y cultural’; ‘Arqueología, etnología’; ‘Acciones destinadas a la protección o recuperación del medio ambiente’ e ‘Intervención social’. Sobre esta última, se trata de acciones realizadas en un medio determinado como barrios y centros hospitalarios; o dirigidas a destinatarios con características específicas como personas con discapacidad, inmigrantes o menores en situación de riesgo.
Las solicitudes pueden presentarse, en cada una de las direcciones provinciales del Instituto Andaluz de la Juventud, hasta el día 31 de enero, fecha en la que se pondrá en marcha un proceso de selección en el que se tendrá en cuenta, entre otros criterios de evaluación, la cualificación del equipo organizador, la idoneidad de las instalaciones, o la utilidad social de los trabajos a desarrollar.