La lengua española avanza en Brasil, a pesar del enésimo fallido intento de convertirla en obligatoria en la enseñanza secundaria en el país. Intento fallido porque, desde que se intentó introducir en el mismo a mediados del pasado siglo, siempre ha habido enfrente una tormenta perfecta para impedirlo: por un lado la presión de potencias extranjeras para impedirlo y por otro la desidia de las élites hispanas que dirigen la práctica totalidad de países fronterizos con el gigante lusófono envueltas en discursos de paralizantes de autoodio como ningunas otras en el mundo
En España sólo el Instituto Cervantes, y de forma muy tímida, alzó la voz contra la injerencia francesa y alemana en Brasil para impedirlo. El Gobierno ha hecho más ruido por la oficialidad del catalán en Bruselas que por la enseñanza del español en Brasil. Y en Hispanoamérica, donde residen 500 millones de hispanohablantes, la inmensa mayoría fronterizos con Brasil, pareciera que no iba con ellos el tema. Ni uno sólo, empezando por el gigante mejicano con 130 millones de hispanohablantes, y siguiendo por países como Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Perú, Colombia, Ecuador o Venezuela, han realizado la más mínima protesta.
Y con esos mimbres parece que la lengua española en Brasil avanza, o eso asegura el Instituto Cervantes, que el pasado lunes organizó una mesa redonda en el Instituto Cervantes en San Pablo en Brasil bajo el título «¿Qué pasa con el español en Brasil? Los medios como difusores sociales» protagonizada por Fernanda Godoy, editora de Valor Econômico y ex-editora jefe de O Globo; Carla Jiménez, editora jefe de Política en UOL y exdirectora de El País Brasil; el delegado de la Agencia EFE en Brasil, Manuel Pérez Bella, y Javier Lascuráin, periodista y coordinador ejecutivo del «Nuevo libro del estilo urgente» de la Agencia EFE. Moderado por Sonia Pérez Marco, jefa de Prensa y Comunicación del Instituto Cervantes, el debate ha sido clausurado por Miguel Ángel Oliver, presidente de la Agencia EFE.
El debate se ha centrado en la responsabilidad de los medios con la situación del español en Brasil, el lenguaje utilizado y el rigor de los datos, la verificación de hechos y el traslado a la práctica periodística. Los periodistas que han participado de la mesa redonda han coincidido en que la lengua española se está imponiendo por sí sola en Brasil, a pesar de que algunas decisiones políticas han hecho que se reduzca el número de estudiantes de español en el país.
«A pesar de que Brasil tiene fronteras con la mayoría de los países hispanoamericanos, el español ha sufrido muchos altibajos en los últimos tiempos», ha remarcado Sonia Pérez Marco. Por su parte, Fernanda Godoy ha recordado que el 60 % de los alumnos de secundaria eligen realizar el examen de entrada a la universidad en español y no en inglés.
En esta misma línea, Carla Jiménez ha resaltado que «el español se va a imponer de una manera u otra» y que, probablemente, esto suceda «de abajo para arriba», como una demanda del pueblo hacia la clase política. Ambas han resaltado la cultura como un vehículo del lenguaje, citando el caso de la cantante brasileña Anitta y su colaboración con Luis Fonsi o las películas del director español Pedro Almodóvar.
«El cine es otra fuente inagotable de relación afectiva con el español, ya que la sociedad brasileña consume el español y lo encuentra de forma natural», ha afirmado Jiménez.
Por otra parte, el delegado de la Agencia EFE en Brasil, Manuel Pérez Bella, ha remarcado que el español en Brasil se ha convertido en un asunto de polarización política entre «izquierdas y derechas», en el que los partidos más conservadores defienden la enseñanza del inglés y los más progresistas priorizan la integración latinoamericana y buscan promover el español.
El español es la segunda lengua extranjera más estudiada en Brasil, con 4 millones de estudiantes en los diferentes ciclos formativos. Además, existen unos 700.000 hablantes nativos, lo que hace un total de 5 millones de hablantes potenciales de español.
A pesar de tener fronteras con todos los países de América del Sur, salvo Chile y Ecuador, la lengua obligatoria en la enseñanza es el inglés. La «ley del español» del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en 2005 lo incluyó de manera obligatoria en la enseñanza secundaria.
El motivo era reforzar los lazos culturales y económicos con sus vecinos, integrados en el Mercosur, del que Brasil fue fundador. Sin embargo, en 2016, con el gobierno de Michel Temer, se derogaba la «ley del español» dejando solo al inglés como lengua obligatoria en la enseñanza media. Tras la derogación de la norma en 2016, el español ha perdido más de 1 millón de alumnos.
El pasado verano, tras aprobar el Senado la reintroducción del español de manera obligatoria en la enseñanza media a través de la ley de Novo Ensino Médio, sorpresivamente la disposición del español no pasó el Congreso y quedó sin efecto.
«Nuevo libro del estilo urgente» de la Agencia EFE
Esta mesa redonda se ha celebrado en el marco de la presentación del Nuevo libro del estilo urgente de la Agencia EFE, coeditado con el Instituto Cervantes. «Este libro es una guía de democracia y no puede existir en una dictadura», ha recalcado Oliver en la clausura, añadiendo además que establece un poder «más horizontal, marca el camino y posiciona a la lengua española como una herramienta de todos que se convierte en garantía de democracia».
El presidente de EFE ha indicado que el primer cuadernillo de lo que posteriormente derivó en el actual manual nació en «los primeros brotes» de la democracia española, en 1975, cuando tras la muerte de Francisco Franco se inaugura un periodo de transición.
El Libro de Estilo, cuya primera edición se publicó en 2011, cuenta con una estructura distinta, revisa y reescribe buena parte de su material e incorpora multitud de aspectos que han aparecido o cobrado importancia en los últimos años en las redacciones de EFE y de todos los medios de comunicación, como las redes sociales o la inteligencia artificial