Durante la conferencia, el presidente de BFS Bernard Stroiazzo Mougin expuso las ventajas del tercer ciclo del CO2 generado por su compañía, consistente en la neutralización del dióxido de carbono para generar biomasa de la que obtener posteriormente un petróleo similar al fósil con un proceso patentado de transformación termoquímica.
Stroiazzo demostró que se puede fabricar petróleo de manera constante, utilizando materia prima gratuita que aporta la naturaleza (agua, sol y microorganismos marinos) al mismo tiempo que se convierte a un enemigo, el C02, en un condimento necesario para emular en apenas unas horas el proceso que la naturaleza tardó en generar millones de años, es decir, la creación del petróleo.
El presidente de BFS aportó datos que demuestran que con una producción de 20 millones de barriles de Blue Petroleum BFS se conseguiría el objetivo de reducir el 20% de la emisiones de C02 de todo el planeta, o que un tercio de la superficie desértica de Libia sería suficiente para producir los 85 millones de barriles que se consumen diariamente en el mundo.
Pero BFS también plantea la producción de biopetróleo como una alternativa a la generación de riqueza social, porque un campo que produjese 400.000 barriles diarios, que es un tercio de lo que consume España diariamente, daría trabajo directo a más de 800.000 personas.
Los datos, soportados por una tecnología que ya existe y que está en proceso de implantación, tratan de convencer a los asistentes al EU Hitachi Science & Technology Forum de que los problemas de transporte y movilidad de cara a 2050 dependerán de la actitud de lo gobiernos, de su inmovilismo o no, de si son capaces de aceptar que si en los últimos 50 años se ha invertido por la industria petrolífera 3,5 billones de dólares en instalaciones destinadas a explotar unos recursos con fecha de caducidad, vale la pena invertir mucho menos para garantizar la autosuficiencia energética y sostenible del planeta.