Descubren el esqueleto más completo de una tortuga de hace 110 millones de años: ha aparecido en Teruel

Teruel es uno de los lugares fundamentales para conocer la fauna que habitó la tierra en tiempos muy remotos. Esta provincia atesora un conjunto de yacimientos con restos de casi todos los dinosaurios conocidos hasta la fecha y ahora suma un hallazgo más de gran relevancia para el mundo científico. Investigadores del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis han encontrado el esqueleto más completo de Europa de la tortuga Plastremys lata, que habitó en la zona hace unos 110 millones de años.

El estudio de estos huesos, publicado en la revista Cretaceous Research, revela por primera vez la presencia simultánea de dos especies extintas de tortuga del grupo Helochelydridae, un linaje de tortugas basales extinta, con escasos restos bien conservados en el registro fósil global. Los restos fueron hallados y excavados en la Mina Santa María de Ariño, en el municipio turolense de Ariño.

El esqueleto más completo de Europa de una tortuga de hace 110 millones de años

Los investigadores han analizado un esqueleto casi completo y restos aislados de varios individuos de esta especie de tortuga que habitó en la Península Ibérica hace 110 millones de años. El estudio ha permitido identificar elementos de su anatomía desconocidos hasta ahora y de los que solamente se tenían indicios hallados en fragmentos de caparazones.

Concretamente, el estudio revisa el estatus del primer taxón de tortuga mesozoica definido en España, Trachyaspis turbulensis, descrito en 1957, a partir de un ejemplar procedente del municipio de Gargallo (Teruel). Tras un análisis anatómico detallado y su comparación con el nuevo material de Ariño, los investigadores reasignan este ejemplar a Plastremys lata, resolviendo una incertidumbre taxonómica de décadas.

El investigador del grupo de Biología Evolutiva de la UNED, Adán García, explica que la Plastremys lata era una especie primitiva, más pequeña que las grandes tortugas terrestres actuales, con un caparazón de unos 60-70 centímetros, “un tamaño grande para aquella época”.

“Eran unas tortugas que no se parecían a las actuales. Eran unos animales muy acorazados, tenían como un armazón protector que les cubría las extremidades, el cuello y la cola. Era una protección especial frente a depredadores, que además evitaba la pérdida de humedad del cuerpo”, afirma el investigador de la UNED.

En cuanto a su alimentación, se piensa que eran omnívoras. Por su fisionomía, eran bastante lentas, por lo que posiblemente consumieran carroña y especies vegetales, y su cráneo les permitía alimentarse a base de alimentos duros.

Una tortuga definida originalmente en Reino Unido

Este tipo de tortuga fue definida originalmente en Reino Unido, se ha constatado su presencia en Francia y se cree que pudo estar presente también en el centro-oeste de Europa. Los restos presentados en esta investigación de la UNED confirman que también habitó en la Península Ibérica. Además, se trata de los fósiles más antiguos de Plastremys lata, lo que amplía el rango temporal de la existencia de esta especie de tortuga.

Los restos de esta singular tortuga confirman la importancia del yacimiento de la Mina Santa maría de Ariño, que se consolida como uno de los enclaves paleontológicos más importantes del Cretácico inferior. En este lugar se han recuperado miles de fósiles de vertebrados e invertebrados, así como plantas fósiles y se han descrito nuevas especies de dinosaurios como Proa valdearinnoensis y Europelta carbonensis.