Tras el verano, muchos deportistas enfrentan la difícil tarea de retomar sus entrenamientos, luchando contra la desadaptación fisiológica, la pérdida de motivación y el riesgo de lesiones. Con la capacidad aeróbica disminuyendo en pocos días de inactividad y la fuerza muscular reduciéndose hasta un 8% después de 12 semanas, los expertos subrayan la importancia de un regreso gradual y bien planificado para recuperar el rendimiento óptimo y prevenir contratiempos en la temporada deportiva que se avecina. De no hacerlo así se puede caer en lesiones graves.
El profesor de Ciencias del Deporte y experto en rendimiento deportivo de la Universidad Europea, José Francisco Tornero, destaca la relevancia de una correcta planificación en la vuelta a la rutina de entrenamiento tras el verano, subrayando los desafíos y estrategias clave para optimizar el rendimiento de los deportistas. «Después del verano, los deportistas suelen enfrentarse a un proceso de readaptación física y mental debido a la posible reducción en la intensidad de los entrenamientos durante el periodo estival».
Qué riesgos se corren si se retoma la actividad a una intensidad elevada
José Francisco Tornero advierte sobre el riesgo de lesiones al reanudar los entrenamientos con demasiada intensidad sin una progresión adecuada, un error común que puede llevar a problemas graves. Desde el punto de vista mental, la motivación y el enfoque también se ven afectados.
«Después de un periodo de descanso, volver a una rutina disciplinada puede ser mentalmente desafiante para los deportistas», menciona el docente, quien subraya la importancia de establecer objetivos claros y realistas para mantener el compromiso. Para superar estos retos, el profesor Tornero recomienda «una progresión gradual en la carga de entrenamiento, lo que permitirá al cuerpo readaptarse a las exigencias físicas sin riesgo de sobre entrenamiento».
Cómo se debe volver a la actividad
Para realizar una vuelta a la actividad adecuada, el especialista de la Universidad Europea destaca la importancia de incorporar días de recuperación activa en el plan de entrenamiento y el restablecimiento de hábitos adecuados de nutrición y sueño para optimizar tanto el rendimiento como la recuperación. Es importante tener en cuenta la necesidad de apoyo emocional y psicológico que se puede necesitar durante estos periodos.
«El equipo, incluyendo entrenadores y compañeros, debe crear un entorno positivo y alentador para los deportistas, donde se valore el esfuerzo continuo más que los resultados inmediatos», afirma el experto. Una transición bien gestionada tras el verano es crucial para que los deportistas no solo recuperen su forma física, sino que también mantengan un equilibrio mental adecuado, lo que les permitirá enfrentar los desafíos de la temporada con éxito
Qué efecto provoca el parón veraniego en los entrenamientos
La disminución en la actividad propia del verano puede conducir a una desadaptación fisiológica, afectando la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la flexibilidad. «Estudios muestran que la capacidad aeróbica comienza a disminuir significativamente en tan solo dos semanas de inactividad, lo que puede tener un impacto notable en el rendimiento«, señala el experto.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los deportistas es la pérdida de la condición física. El profesor Tornero explica que «la falta de actividad física durante el verano puede llevar a una disminución en la capacidad cardiovascular y la fuerza muscular,» aspectos que son esenciales para mantener un alto nivel de rendimiento.