Un equipo internacional, en el que participa personal investigador de la UPV, identifica el gen crucial en la formación de espinas de varias especies
Mediante técnicas de edición genética CRISPR/Cas, eliminaron las espinas en varias especies, entre ellas, berenjenas y rosas.
Un equipo de investigadores e investigadoras de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha participado en un estudio internacional que ha identificado un gen crucial en la formación de las espinas en diversas especies de plantas. El gen se llama LOG (LOnely Guy) y su hallazgo abre la puerta al desarrollo de nuevas variedades sin espinas de cultivos como berenjenas, zarzamoras o de plantas ornamentales como las rosas. Sus resultados los publica hoy Science, en portada.
El estudio ha sido liderado por el Instituto de Instituto Universitario de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la UPV y el Laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York (Estados Unidos), una de las instituciones más prestigiosas a nivel mundial en genética y biología molecular. Y en él han participado otras 19 instituciones de países como Francia, Canadá, Alemania o Reino Unido, entre otros.
Su trabajo permite entender cómo estas estructuras defensivas han evolucionado de manera similar en plantas separadas por millones de años. En él, estudiaron los mecanismos genéticos de la presencia de espinas en plantas como rosas, berenjenas y azufaifos, especies en las que generalmente sirven como defensa contra herbívoros.
Y utilizando técnicas de mapeo genético y múltiples cruzamientos realizados durante casi una década, descubrieron que el gen LOG, implicado en la síntesis de citoquininas (hormonas vegetales), es fundamental en la formación de estas espinas y otras estructuras vegetales afiladas como las que están en las aristas de los cereales y en un amplio número de especies silvestres relacionadas con los cultivos.
Rosas y “uvas del desierto” sin espinas
Mediante la técnica de edición genética CRISPR/Cas, eliminaron las espinas en varias especies, entre ellas, en “uvas del desierto” de Australia, consumidas por las poblaciones nativas pero difíciles de cultivar debido a sus espinas. Mientras, en el caso de las rosas, silenciando un homólogo del gen LOG, lograron obtener también plantas sin espinas, lo que tiene importantes implicaciones para la horticultura ornamental y para su comercialización.
Fácil aplicación y gran eficacia
Según destaca el equipo de la UPV, la aplicación de esta técnica es relativamente sencilla y tendría un gran impacto y grandes beneficios: “la eliminación de las espinas facilitaría el manejo y la cosecha de cultivos, reduciría el riesgo de lesiones para los trabajadores agrícolas y disminuiría los daños en poscosecha provocados por las espinas”, destaca Jaime Prohens, investigador del COMAV de la UPV y uno de los autores del estudio.
Prohens señala además que la aplicación de estas técnicas también reduciría los costos de producción y aumentaría la rentabilidad para los agricultores. “Además, conseguir nuevas variedades sin espinas podría traducirse en una mayor aceptación y consumo por parte de los consumidores. Todo serían beneficios”, concluye Jaime Prohens.