Artículo de
Óscar Cervilla, Ana Álvarez-Muelas, Lola Jimeno Fernández y Juan Carlos Sierra
Laboratorio de Sexualidad Humana-LabSexUGR
La satisfacción sexual -considerada como un factor clave de la calidad de vida y del bienestar general- se asocia a los diferentes componentes de la respuesta sexual, como es el caso del deseo sexual. El deseo, definido como el interés en participar en actividades sexuales, tiene tres dimensiones: diádico hacia la pareja, diádico hacia una persona atractiva y solitario dirigido hacia uno mismo.
Una actitud sexual que se ha asociado tanto con la satisfacción como con el deseo sexual es el doble estándar sexual. El doble estándar sexual, considerado como una actitud basada en el prejuicio de género, implica valorar el comportamiento sexual con diferentes criterios, según lo realice un hombre o una mujer. Las personas pueden adherirse a un doble estándar sexual favorable al hombre, favorable a la mujer o definirse como igualitarias, en dos áreas de los comportamientos sexuales (libertad y recato sexual).
En el estudio realizado por Óscar Cervilla, Ana Álvarez-Muelas, Lola Jimeno Fernández y Juan Carlos Sierra publicado en Sexuality & Culture se plantea si la asociación entre el deseo y la satisfacción sexual podría diferir en función del tipo de adhesión al doble estándar sexual. Para dar respuesta a esta cuestión, se evaluaron estas variables en 444 hombres y 499 mujeres que mantenían una relación de pareja heterosexual.
Los resultados reflejaron que el doble estándar sexual es una variable que determina la relación entre la satisfacción y el deseo sexual. En primer lugar, se confirman las tres dimensiones del deseo sexual, ya que los tres tipos de deseo presentan comportamientos diferentes en su asociación con la satisfacción sexual.
El deseo sexual hacia la pareja se asoció en sentido positivo con la satisfacción sexual en todas las tipologías de doble estándar sexual (favorable al hombre, favorable a la mujer e igualitaria). Este resultado resalta los aspectos socioemocionales de las relaciones de pareja, ya que un mayor deseo sexual hacia la pareja implica mayor satisfacción en las relaciones sexuales, a diferencia del deseo hacia una persona atractiva, que no se relacionó con la satisfacción sexual.
Por su parte, el deseo sexual solitario se asoció negativamente con la satisfacción sexual en la tipología favorable a la mujer en el contexto de la libertad sexual, en hombres y en mujeres, y en la tipología igualitaria, en el contexto del recato sexual, en hombres. Este hallazgo parece apoyar la hipótesis compensatoria de la masturbación, que atribuye a esta conducta la función de compensar la falta o insatisfacción con las relaciones sexuales.
Es reseñable que, en hombres y mujeres, esta asociación negativa se observa en tipologías de doble estándar que reflejan los nuevos guiones sexuales. Desde esta perspectiva, hombres con una actitud que favorece su propia inhibición y promueve la disposición de la mujer para iniciar la actividad sexual, podrían expresar más deseo sexual solitario y recurrir a la masturbación para compensar sus expectativas insatisfechas; mientras que, en mujeres, la masturbación podría estar compensando la insatisfacción durante la actividad sexual con su pareja, cuando la responsabilidad de alcanzar el orgasmo recaería mayoritariamente en ellas.
Por su parte, el hallazgo en la tipología igualitaria en el contexto del recato sexual resalta la importancia de estudiar la inhibición, la castidad y decoro, ya que, a pesar de que estas personas consideran un único estándar para hombres y mujeres, la aprobación del recato sexual para ambos podría influir negativamente en la vivencia de su sexualidad.
En resumen, los hallazgos revelan que el deseo sexual hacia la pareja está positivamente asociado con la satisfacción sexual en todas las tipologías de doble estándar, lo que pone de manifiesto la relevancia de este tipo de deseo para la pareja. Además, se encuentra una asociación negativa entre el deseo sexual solitario y la satisfacción sexual en tipologías contrarias al deseo sexual tradicional, respaldando la hipótesis compensatoria de la masturbación. Finalmente, estos resultados apoyan el modelo tridimensional del deseo, por la relativa independencia observada en sus tres tipos.