Andalucía se erige en referente en mejora genética del sector de los frutos rojos con el único Banco de Germoplasma de Fresa de España y uno de los más importantes de Europa. La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), es responsable, en concreto, de una colección de hasta 400 variedades de origen múltiple (más 300 accesiones o entradas distintas de fresas de otras especies silvestres) que provee de material vegetal a los proyectos de investigación del sector de las berries.
El Banco de Germoplasma de Fresa ha sido, en este punto, uno de los protagonistas del IV Congreso Internacional promovido por Freshuelva en la capital onubense esta semana. En este contexto, han cobrado relevancia los más de 25 años de labor científica que han llevado a la conservación, en el Centro Ifapa de Churriana (Málaga), de variedades y especies silvestres del género ‘Fragaria’ de muy diversa procedencia. La colección, iniciada en 1988, nutre a diversas iniciativas de investigación que se desarrollan, tanto en el propio Instituto como en otras entidades con las que colabora este organismo adscrito a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural.
Para su conservación, se mantienen tres réplicas del mismo individuo ‘in vivo’ (en macetas), así como frigopreservadas (‘in vitro’) a cuatro grados y en oscuridad para evitar los peligros de plagas o epidemias. Con la reciente incorporación de 199 accesiones procedentes de un acuerdo con el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) de Málaga y la Universidad de Helsinki (Finlandia), esta colección de variedades de fresa se ha convertido en una de las más relevantes del continente europeo.
En esta línea, tal y como ha quedado patente en el IV Congreso Internacional de Frutos Rojos de Freshuelva, para obtener una variedad con mejor aroma, color, forma, mayor contenido en vitamina C, menor necesidad de agua en el cultivo o la que aguanta más en el expositor son necesarios numerosos cruzamientos. Cada año, con este fin, se hacen más de cien distintos que dan lugar a unas 7.000 plantas nuevas para su evaluación en el campo en la campaña siguiente.
El origen de la fresa de hoy
La fresa que se cultiva y consume en la actualidad, como ha quedado de relieve a lo largo del seminario, es un híbrido proveniente de dos especies silvestres americanas. En contraposición a las especies europeas (‘Fragaria vesca’ y ‘Fragaria moschata’) pequeñas y fragantes, en América se consumían la fresa chilena (‘Fragaria chiloensis’), conocida por su tonalidad blanca y su gran tamaño, y la norteamericana (‘Fragaria virginiana’), de color rojo intenso y de fino sabor. Ya en el siglo XVIII se cruzaron en Francia ambas especies para generar el híbrido desde el que se desarrollaron las variedades que se comen hoy (‘Fragaria x ananassa’). Comenzó a cultivarse en Europa y, posteriormente, viajó de vuelta a Norteamérica, donde en California tuvo un auge importante en los años 60 y 70 del siglo pasado. Emprendedores andaluces trajeron desde California la especie y las técnicas de cultivo a España. Con el tiempo, la fresa se asentó en Andalucía, extendiéndose en Huelva y reduciéndose en Málaga, aunque todavía continúa en algunas áreas de la Axarquía.
Proyecto Goodberry
Hasta 19 grupos de investigación de reconocido prestigio internacional, empresas privadas y pymes agrarias de diez países (Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Bélgica, Polonia, España, Noruega y, como asociados extracomunitarios, China y Chile) participan en el proyecto Goodberry, una iniciativa europea dentro del Horizonte 2020 (2016-2020). Está basado en un enfoque multidisciplinar que aprovecha la experiencia de los distintos grupos del consorcio en mejora genética, fisiología, genómica y biología molecular, así como en el ensayo de distintas técnicas de cultivo de pequeños frutos (fresas, frambuesas y grosellas negras).
El centro Ifapa de Churriana interviene a través de la investigación de los doctores Carmen Soria Navarro, Iraida Amaya Saavedra y José Sánchez Sevilla, que trabajan en el cultivo y estudio de un cruzamiento entre una variedad típica del norte de Europa y una del sur. La descendencia, con distintas características de calidad y que difiere también en su comportamiento agronómico, será multiplicada por la empresa andaluza Viveros California, otro de los actores del proyecto, y se cultivará y evaluará durante varias campañas en la finca experimental El Cebollar en Moguer (Huelva), perteneciente al Ifapa y dirigida por el doctor Juan Jesús Medina Mínguez, con los cuidados del ingeniero técnico Luis Miranda Enamorado, ambos también participantes en el proyecto.