Había expectación por disfrutar de una actuación en directo de Amaia Montero con sus nuevos músicos y sin La Oreja de Van Gogh, donde ha sido durante once años su vocalista. Precisamente, cuesta un poco ver a Amaia sobre un escenario y abstraerse de todo y pensar que La Oreja no está detrás. Su voz melodiosa volvió a brillar en Roquetas el sábado, pero el sonido le jugó en más de una ocasión una mala pasada, con lo cual el concierto en general quedó algo deslucido.
Amaia Montero, muy agradable y simpática durante todo el recital tuvo momentos de recuerdo para Roquetas de Mar, donde aseguró que “la última vez que actué en Roquetas de Mar, recuerdo que era mi cumpleaños. Hicimos una gran fiesta y mis padres y mis hermanos bajaron hasta Roquetas para celebrar aquel cumpleaños. Entonces venía con La Oreja de Van Gogh, hoy vuelvo en otras circunstancias, pero espero hacerles pasar una noche inolvidable”.
De entrada, el sonido no iba bien. El sonido de los instrumentos, sobre todo de la batería hacia imposible escuchar con nitidez a Amaia Montero, y muchos menos entender lo que estaba cantando. Así pasó más de media hora, hasta que una parte del público señaló que no se oía. Fue cuando se bajó el volumen de la música, y entonces empezó a sonar mucho mejor. Pero la primera media hora, fue complicada para las 1.000 personas que se dieron cita en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar.
A lo largo del concierto, Amaia Montero cantó la mayor parte de los temas de su primer disco en solitario. Temas como ‘Círculos’, ‘Ni quiero ni puedo’, ‘Mirando al mar’. ‘4 segundos’, Te falta rock’. ‘La bahía del silencio’ y ‘Te voy a decir una cosa’ de su primer disco sonaron en Roquetas de Mar. Una buena parte del público ya los conocía y disfrutó con la voz de la artista.
Evidentemente, los viejos temas de La Oreja fueron los que provocaron que el público saltar de sus butacas y se pusiera a bailar. Cuando sonaron los acordes de ‘Muñeca de trapo’, todo el patio de butacas vibraba. Luego llegarían temas como ‘La playa’ o ‘Rosas’ que también causaron sensación entre el público asistente. Hubo dos temas especiales en la noche. El primero fue ‘407’, que hace referencia a la habitación donde estuvo ingresado el padre de Amaia Montero y que hizo que la artista llegará a emocionarse cuando acabó de cantarla. Otra fue ‘Quiero ser’, un temazo del nuevo disco que gustó mucho a todos. Fue una noche de reencuentros y de emociones, lastima que el sonido no acompañara.