¿A qué hora del día es mejor hacer ejercicio? La UGR ha dado con la respuesta

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Ejercicio por la mañana, nada más levantarse; al final de la tarde; al mediodía… En las pautas sobre el ejercicio hay opiniones de todos los tipos, sin embargo, la Universidad de Granada tiene la respuesta científica sobre qué hora del día es la mejor para hacer deporte, obtenida después de analizar más de una veintena de trabajos científicos publicados sobre la materia.

Entre personas que practican deporte con asiduidad está extendida la idea de que la mañana es el mejor momento del día para hacer ejercicio físico. Pero, según los resultados de este estudio publicado en la revista Journal of Science and Medicine in Sport, en el que ha ha colaborado el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada) y el Centro de Investigación Biomédica en Red, Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) de Instituto de Salud Carlos III, esa afirmación no es del todo cierta.

Cuál es la mejor hora del día para hacer ejercicio

Un estudio liderado por la Universidad de Granada ha demostrado que la hora del día a la que se hace ejercicio no influye en el efecto inmediato que este tiene sobre la presión arterial y la glucosa en sangre. Por lo tanto, los investigadores recomiendan realizar ejercicio sin mirar el reloj, en contra de lo que apuntaba hasta la fecha la escasa literatura científica existente al respecto.

Las células de nuestro cuerpo poseen un reloj molecular que controla los procesos metabólicos y que está en constante interacción con los estímulos del exterior. Patrones del estilo de vida moderno como tener ritmos de sueño alterados, no dormir lo suficiente, trabajar y/o comer en horarios irregulares o estar expuestos a la luz artificial contribuyen a la aparición de enfermedades cardiovasculares.

El ejercicio es un factor protector contra estas enfermedades y estudios recientes sugieren que la hora del día a la que se practica puede influir en sus efectos sobre la salud. En este estudio se ha realizado una revisión sistemática y meta-análisis de la literatura con el objetivo de contribuir a optimizar los efectos del ejercicio como herramienta en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Los investigadores de la UGR que han realizado este trabajo. De izquierda a derecha, Jonatan Ruiz, Raquel Sevilla y Francisco Amaro.

¿Por la mañana o por la tarde?

El objetivo fue determinar si practicar ejercicio por la mañana o por la tarde tiene un efecto diferente sobre la salud cardiovascular en adultos. Para ello, se recopiló información de 22 estudios y se han analizado los resultados comparando el efecto de una sola sesión de ejercicio en la mañana y en la tarde.

Los investigadores han encontrado que la hora del día a la que se realiza ejercicio no influye en el efecto inmediato del ejercicio sobre la presión arterial y la glucosa en sangre. “El ejercicio tiene un efecto reductor de la presión arterial a corto plazo tanto en la mañana como en la tarde. También causa un aumento de la glucosa en sangre independientemente de la hora del día. Este aumento inmediato de la glucosa parece ser mayor por la mañana cuando se trata de personas con diabetes mellitus (ejercitarse a esta hora podría ser menos recomendable para ellas), aunque no se ha podido confirmar estadísticamente”, explica la autora principal del trabajo, Raquel Sevilla Lorente, investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos «José Mataix Verdú» (INYTA) de la UGR.

Es importante anotar que los estudios que se han analizado en este trabajo son de características heterogéneas, por lo que se deben tomar los resultados con precaución. En los trabajos analizados se incluyen ejercicios de diferentes tipos e intensidades, y también los participantes varían en peso y talla, estado de salud o nivel de condición física. Además, hay pocos estudios en mujeres.

“La literatura disponible nos proporciona resultados preliminares y deja preguntas abiertas para futuros estudios. Por ejemplo, no hay suficiente evidencia para definir el efecto inmediato sobre los lípidos en sangre. Tampoco se conoce qué papel juegan el sexo o el cronotipo (diferencias individuales en los ciclos de sueño-vigilia), características que parecen afectar a esta pregunta de forma importante”, destaca la autora.