Clemente Gerez hace realidad el sueño de exponer en su tierra

 

Lleva más de 50 años haciendo arte y sus pinturas se han visto en medio mundo, pero tenía clavada una espina. Clemente Gerez (Garrucha, 1943) ha hecho realidad un sueño como era exponer en su tierra. Desde el sábado, el Castillo de Santa Ana en Roquetas acoge una excepcional exposición de pintura de este genio de la espátula, que podrá ser visitada hasta el día 31 de agosto.

En la inauguración de la muestra, el pintor de Garrucha, Clemente Gerez subrayó que “hace ya algún tiempo que Juan Ibáñez, hombre extraordinario, me propuso exponer en este marco incomparable. Me pareció magnifico, pero mucho más porque exponía en mi tierra. Le tengo que agradecer a Gabriel Amat el que me haya dado la oportunidad de exponer prácticamente por primera vez en la cuna que me vio nacer”. 

“Llevo más de 50 años pintando, pero Almería queriéndola con locura, he tenido de exponer en muchas partes del mundo pero nunca tenía tiempo de exponer en mi tierra. Amat y su equipo de gobierno me han dado ese tiempo, lo cual voy a agradecer toda la vida”. 

Gerez es un maestro con la espátula. En sus estudios hay muchísimas que compra en Londres y en Italia. Es una herramienta que para Gerez es especial, puesto que sirve de pincel, tiene un temple especial y con ella acaricia con mimo la tela. En esta exposición hay una serie de bocetos de Gerez que son de una belleza única, puesto que Gerez es un sensacional dibujante y eso lo deja patente en todos esos bocetos.

En su obra, la mujer ocupa un papel importante. De hecho, hay muchas obras donde está la mujer, unas veces vestida, otras desvestida, pero nunca llega al desnudo en un primer plano en su obra. Claro está que también como buen dibujante en su obra aparecen mucho las sombras. No es un pintor de luces vivas e intensas. Sus paisajes siempre se aprecian con una luz tenue, no se puede llamar un pintor oscuro, pero no es un artista chirriante, le gusta dejar entrever, dejar un cierto misterio al espectador que mira su obra.

Luego hay otra parte de su obra, donde la mar es fuente de inspiración y de sosiego. No se podría entender la obra de Gerez sin la mar, esa mar que le vio nacer en Garrucha y que siempre ha estado muy cerca del artista. Por eso en su obra, la mar enfurecida, el oleaje y la espuma de una ola aparecen con otros elementos. Es una mar muy particular, es la mar de Clemente Gerez.

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