La arena es un recurso fundamental en sectores como la construcción. La demanda de esta materia prima ha hecho que las tradicionales canteras a cielo abierto sean insuficientes y se tenga que extraer del fondo del mar. Investigadores de las universidades de Alicante, Stanford, Michigan, Estocolmo, Bruselas, Gante y Ginebra instan a abordar el impacto negativo que la extracción de arena tiene sobre la biodiversidad marina a nivel global, para lo que han examinado el contexto internacional del dragado de arena y sedimentos y las consecuencias que la expansión de estas actividades tiene para los ecosistemas y, además, propone una serie de medidas para paliar esta dinámica destructiva.
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Según explica Aurora Torres, investigadora del Departamento de Ecología de la Universidad de Alicante (UA), “la arena es un recurso fundamental que moldea tanto el mundo construido como el natural. En los ecosistemas costeros y marinos desempeña un papel crucial que sirve de base para una amplia gama de hábitats que sustentan la biodiversidad en múltiples niveles, desde cianobacterias hasta las algas, peces y rayas”. “Además, la arena contribuye a la resiliencia de las costas frente al aumento del nivel del mar y las tormentas y proporciona servicios ecosistémicos esenciales que respaldan los medios de vida”, insiste.
En el mismo sentido, la investigadora concreta que “la arena también supone la base del desarrollo urbano, de infraestructuras y costas a nivel global y es un componente clave del hormigón, la regeneración de playas y los proyectos de ganancia de tierras al mar”, a lo que añade que “a diferencia de minerales críticos o la minería en aguas profundas, que han atraído una atención significativa, la extracción de arena en entornos marinos sigue siendo en gran parte ignorada, a pesar de ser la segunda actividad humana más extendida en zonas costeras después de la pesca”.
Cuál es la realidad del dragado de arena a nivel mundial
El estudio examina el contexto internacional del dragado de arena y sedimentos y las consecuencias que la expansión de estas actividades tiene para los ecosistemas a partir de datos de la plataforma de observación de la arena marina. Lanzada en 2022 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y GRID-Ginebra, esta plataforma representa el primer esfuerzo mundial para monitorear la extracción de arena en el mar.
Sus estimaciones indican que entre 2012 y 2019 se dragaron anualmente entre 4.000 y 8.000 millones de toneladas de arena y otros sedimentos. “Aunque las dragas han operado durante mucho tiempo en ciertas regiones, la ‘frontera de dragado’ se está expandiendo a nuevas áreas e intensificándose en las existentes. Además, casi la mitad de los operadores a nivel mundial desarrollan actividades en áreas marinas protegidas, lo que representa en promedio el 14,2 % del tiempo total de dragado cada año”, indica Torres.
Qué consecuencias tiene la extracción de arena del mar
El dragado de arena se ha vinculado habitualmente a la erosión costera, la destrucción de hábitats, la propagación de especies invasoras y la afectación de pesquerías. “La extracción de arena es un desafío global complejo. Enfoques sistémicos como el marco de metaacoplamiento son esenciales para desentrañar esa complejidad y revelar los impactos en cascada que afectan no solo a los sitios de extracción, sino también a las rutas de transporte y los lugares donde se utiliza la arena para la construcción”, explica Jianguo «Jack» Liu, profesor de la Michigan State University y coautor del estudio.
Torres y Liu fueron pioneros en destacar la crisis de la extracción de arena en 2017 con un artículo, publicado en Science. En su nuevo trabajo junto a otros expertos publicado en One Earth, instan a que la problemática de la arena reciba el mismo nivel de atención que sectores como la pesca, la acuicultura y el turismo en el contexto global.
“Dado que la extracción de arena está estrechamente vinculada a la erosión costera, la adaptación climática y la pérdida de biodiversidad, es fundamental integrarla en políticas ambientales más amplias como las áreas marinas protegidas, las estrategias de carbono azul, los planes de resiliencia climática y la gestión estratégica de recursos naturales para evitar que se trate como un problema aislado”, concluye Torres.
Cómo mitigar el impacto del dragado de arena
En este sentido, los autores proponen diversas estrategias para mitigar y revertir los efectos negativos de la extracción de arena en la biodiversidad. Entre las propuestas, destacan el desarrollo de una cartografía detallada y la evaluación de la condición de hábitats marinos para una gestión más efectiva, mayor transparencia y responsabilidad por parte de las empresas dedicadas a estas actividades y las administraciones y el fomento de la restauración ecológica basada en estándares en las zonas marinas afectadas por el dragado.
Junto a Aurora Torres firman el artículo Jean-Baptiste Jouffray (Stanford University, Stockholm Resilience Centre), Vera Van Lancker (Institute of Natural Sciences, Ghent University), Arnaud Vander Velpen (University of Geneva) y Jianguo Liu (Michigan State University). El estudio ha sido financiado por la Generalitat Valenciana, National Science Foundation, Michigan AgBioResearch y la Fundación Knut y Alice Wallenberg.