
Artículo de
Francisco J. Tapiador
Catedrático de Física de la Tierra en la Universidad de Castilla-La Mancha y especialista en Ciencias Ambientales y Meteorología.

La probabilidad de que el asteroide 2024 YR4 choque con la Tierra el 22 de diciembre de 2032 ha aumentado al 3,1 %, pero no hace falta preocuparse. Sigue siendo baja.
Las próximas observaciones útiles, las que permitirán calibrar mejor el riesgo, no se podrán realizar hasta dentro de tres años. En ese momento se sabrá la necesidad de una misión espacial para desviarlo. Mientras, lo que hay que hacer es preparar la tecnología, por si acaso, pero sin perder la calma.
Qué asteriodes han impactado con la Tierra
El planeta ya ha sufrido varios impactos devastadores. Uno de los mayores, el que acabó con los dinosaurios, sucedió hace 66 millones de años. Fue gracias a él que nosotros, unos mamíferos enclenques, conseguimos dominar la Tierra. Lo que quedó de los dinosaurios, en términos evolutivos, fueron los pájaros.
El otro impacto ocurrió en Siberia el 30 de junio del año 1908. Un asteroide rocoso de tamaño parecido al 2024 YR4 explotó sobre una zona casi deshabitada de Rusia, arrasando más de 100 kilómetros cuadrados de bosque. Si hubiera caído sobre una ciudad la habría destruido. Eso es lo que puede pasar con el 2024 YR4 en el improbable caso de que acabe chocando con nosotros y que su densidad sea similar o mayor a la del asteroide de Tuguska, el de Siberia.
Dónde caería el asteroide 2024 YR4
Se ha calculado que el 2024 YR4 caería cerca del ecuador. Si fuera metálico, sobreviviera al rozamiento con la atmósfera. Si cayera en el mar, no es probable que diese lugar a un tsunami, aunque según el ángulo de choque y lo cerca que caiga de la costa podría generar algún problema.
Pero si el impacto fuera sobre Tierra, no se puede descartar que alcanzara alguna ciudad muy poblada, como Bombai o Bogotá. También es posible que se fragmente y explote antes de tocar el suelo, pero para saber eso tenemos que tener más información sobre este objeto celeste. Aunque las medidas de las órbitas de los asteroides son muy precisas, no son exactas.
Existe un margen de error que, aunque pequeño, impide predecir con total certeza el comportamiento y naturaleza de estos cuerpos. Es importante reducir ese error cuanto antes, ya que una roca de 40 a 90 metros de diámetro como esta, viajando a 17 kilómetros por segundo, podría causar una devastación considerable.
Cuánta energía se libera en un impacto de este tipo
La energía cinética de un objeto de este tamaño y velocidad sería equivalente a una explosión nuclear 500 veces mayor que la de Hiroshima, arrasando todo en un radio de 50 kilómetros. No sería, para nada, equivalente al asteroide que acabó con los dinosaurios (que se estima medía unos diez kilómetros de diámetro; un verdadero monstruo).
El 2024 YR4 no provocaría ninguna extinción planetaria, pero desde luego podría suponer un riesgo inaceptable para la vida humana. Si la probabilidad de choque aumentara contamos con diversas estrategias para desviarlo y evitar su choque.
Qué estrategias pueden desviar el asteroide y evitar que choque con la Tierra
Una táctica sería reducir su velocidad para que la Tierra pase de largo cuando se aproxime a nuestra órbita. Ya existen misiones espaciales que han demostrado la capacidad de hacerlo. Otra es el uso de lentes para fragmentar el asteroide, concentrando la radiación solar sobre su superficie.
Así pues, no es necesario alarmarse, pero sí que es importante mantenerse atentos y actualizar los cálculos de su órbita según vayamos teniendo mejores medidas. Cuando sepamos más sobre él, pensaremos qué hacer. Hasta entonces, podemos estar tranquilos, seguir trabajando sin prisa pero sin pausa en estrategias para desviarlo, y enfocar nuestras preocupaciones en asuntos más inmediatos y urgentes. Vista la evolución histórica que de los últimos meses, a saber cuál es la situación del planeta dentro de siete años.