Las martas son un pequeño mamífero muy apreciado por su piel. Esta especie tan común en el toda Europa, que en la Península Ibérica se encuentra en la franja norte, tuvo un antepasado de mucho mayo tamaño. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC (MNCN) y la Universidad de Málaga (UMA) ha identificado el primer registro inequívoco en la península ibérica de Ischyrictis zibethoides, un mustélido de hace 16 millones de años pariente de las martas (Martes) y los glotones (Gulo) actuales, tenía el tamaño de un husky siberiano.
En el artículo publicado en Palaeontographica-A se describen los restos fósiles de varios ejemplares, entre ellos un cráneo incompleto y una mandíbula, de Ischyrictis zibethoides recuperados en el yacimiento de La Retama (Cuenca).
El yacimiento paleontológico de La Retama, situado en las cercanías del pueblo de Loranca del Campo (Cuenca), posee una edad de 16 millones de años (Mioceno medio) y es considerado por la diversidad y originalidad de la fauna de mamíferos encontrada como uno de los más importantes de la región.
Cómo se ha llevado a cabo la investigación
La investigación se ha llevado a cabo mediante el estudio directo de los fósiles, y usando técnicas tridimensionales no destructivas como la tomografía computarizada de rayos X (micro CT-SCAN), permitiendo el acceso a la dentición definitiva oculta en el interior de la mandíbula en un ejemplar juvenil en el que solo era visible la dentición de leche. Esta especie se conocía previamente en escasos yacimientos de edad similar de Francia y Alemania.
“El cráneo posee una cresta sagital muy desarrollada, que con seguridad habría pertenecido a un individuo adulto macho. Como rasgo característico, Ischyrictis zibethoides de La Remata exhibe una de las denticiones más cortantes conocidas de la especie” indica el primer autor del trabajo, Diego Sánchez investigador del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la UCM.
Un hallazgo que completa un vacío temporal
La diversidad de mustélidos de tamaño mediano y grande es relativamente menor en la Península Ibérica que en otras zonas de Europa durante el Mioceno inferior y medio (conocido como Aragoniense).
“El registro fósil ibérico más antiguo de estas formas proviene del Mioceno inferior de Zaragoza con el género Iberictis, y exceptuando escasísimos y fragmentarios restos de Ischyrictis encontrados en Portugal, existe un importante vacío en el registro fósil de estos mustélidos hasta finales del Aragoniense superior, donde varias formas convivieron en Cataluña (Laphictis, Hoplictis, Eomellivora). El yacimiento de La Retama completa parcialmente este vacío temporal” señala Alberto Valenciano, investigador de la Facultad de Ciencias Geológicas de la UCM y director del trabajo.
Durante el Mioceno medio en Europa existió una notable diversidad de carnívoros fósiles, destacando en ella a los mustélidos de gran tamaño (más de 10 kg). Estos animales ocuparon gran parte del nicho de los mesocarnívoros, que en América del Norte estuvo formado por grandes mustélidos y cánidos.
Sin embargo, en ausencia de cánidos en Europa sin esta competencia estos mustélidos prosperaron. Con la aparición de las primeras hienas, ambos grupos se convirtieron en los principales mesocarnívoros del ecosistema, gracias a su dentición generalista que les permitía adaptarse a diferentes fuentes de alimento.
“Además, este trabajo sugiere que la disminución de la diversidad de mustélidos grandes en las faunas europeas hacia finales del Mioceno medio e inicio del Mioceno superior coincidió con la radiación de hienas de gran tamaño y la aparición de otros mustélidos gigantes más especializados”, puntualiza Valenciano.
Escenario para variados mamíferos
La Retama, junto con otros yacimientos situados en la misma zona fueron descubiertos a principios de la década de 1970, cuando se iniciaron prospecciones para la búsqueda de minerales de uranio.
Posteriormente fueron excavados por un equipo de paleontólogos del MNCN-CSIC dirigidos por Jorge Morales desde 1983 a 1993. Entre la fauna de mamíferos encontrada destacan Gomphotherium (semejante a un mastodonte con 4 defensas), rinocerontes, caballos primitivos (Anchiterium), rumiantes (Cainotherium, Xenokeryx), jabalíes (Listriodon), y carnívoros pertenecientes a formas sin representantes actuales como anficiónidos (Amphicyon) y hemiciónidos (Hemicyon, Plithocyon) que se asemejaban a los grandes lobos y osos actuales.
Según el investigador del MNCN, Jorge Morales: “Esta fauna habitó en áreas con vegetación arbustiva, en la que proliferaban charcas y pequeñas lagunas más o menos permanentes, en un clima estacional más cálido que el actual”.