Castro de El Raso, desvelan la trama urbana del yacimiento de referencia de la cultura celta

El Castro de El Raso, en el municipio abulense de Candeleda, es uno de los enclaves arqueológicos más importantes del periodo conocido como la Segunda Edad del Hierro; los restos atesorados en este paraje permiten comprender la complejidad los asentamientos de la cultura vettona y celta en el Sur del Sistema Central. Ahora Castro de El Raso adquiere una dimensión todavía mayor, con los resultados de una excavación no invasiva con la que se ha reconstruido su paisaje urbano.

Castro de El Raso.

El trabajo ha sido realizado por un equipo integrado por miembros del Instituto de Arqueología de Mérida (CSIC-Junta de Extremadura), la Universidad de Extremadura y el CICYTEX. Destaca por ofrecer una lectura conjunta de los nuevos resultados y las excavaciones previamente realizadas en esta zona arqueológica, para plantear una visión renovada del urbanismo de este asentamiento emblemático de la cultura vettona (siglos IV-I a.C).

Qué detalles de la trama urbana del castro de El Raso han salido a la luz en esta excavación no invasiva

Gracias al uso de técnicas avanzadas de geofísica y teledetección, ha sido posible obtener una visión más detallada y precisa de la estructura del poblado. Se ha conseguido ampliar el conocimiento sobre su organización y ocupación, permitiendo valorar aspectos fundamentales como el cálculo de la población que albergaría. De este modo, se muestra el potencial de estos recursos tecnológicos para avanzar en la investigación sobre la historia, sociedad y economía de las comunidades de la Segunda Edad del Hierro en el interior peninsular. Estos son los resultados más relevantes de un artículo científico publicado por el citado equipo en el su último número la prestigiosa revista científica Complutum, referente en la investigación sobre arqueología y patrimonio.

Uno de los mayores retos que afronta el estudio de la Segunda Edad del Hierro en Europa es la necesidad de definir la funcionalidad y naturaleza de las grandes aglomeraciones que caracterizan las etapas finales de dicho período. Responder a los muchos interrogantes que este fenómeno plantea, pasa por conocer, de manera detallada, la organización espacial interna de los espacios habitados. Esto incluye aspectos como la densidad y regularidad de estas tramas, la presencia de tipologías arquitectónicas diversas, la especialización funcional de determinados sectores de los poblados o la ausencia de construcciones en espacios englobados por los recintos amurallados. Todos estos rasgos son claves para definir unos modelos de organización espacial que tienen importantes implicaciones desde la perspectiva de su lógica social.

Imagen de la trama urbana descubierta con esta nueva excavación no invasiva.

Cuáles son las características del castro celta de El Raso

Concretamente, en este trabajo, el objeto de estudio ha sido el castro de El Raso, ubicado en la falda Sur de la Sierra de Gredos, en el límite de las actuales comunidades autónomas de Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León. Se extiende sobre una superficie de unas 25 hectáreas, y es uno de los asentamientos más emblemáticos y mejor conocidos de la cultura vettona al Sur del Sistema Central y una referencia esencial para el estudio de la Segunda Edad del Hierro en el occidente de la Meseta.

El interés despertado por este yacimiento hace que se haya beneficiado de una labor continuada de excavaciones a lo largo de más de 30 años. Sin embargo, dadas las grandes dimensiones del asentamiento, esto representaba apenas un pequeño porcentaje del total, lo que planteaba numerosas preguntas respecto a todo lo que permanecía oculto en las zonas no excavadas. Afortunadamente, en las últimas décadas, el abanico de herramientas metodológicas disponibles para la investigación se ha ampliado, siendo el mayor cambio en este sentido el gran desarrollo de los métodos no invasivos, como la teledetección, la prospección de superficie y la geofísica.

El origen del trabajo concreto desarrollado en El Raso fue el interés del ayuntamiento de Candeleda por obtener un conocimiento más amplio del sitio, lo cual llevó al a requerir, en el año 2019, la colaboración del Laboratorio de Arqueología no Invasiva del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-Minarqlab). Esto fue el punto de partida de una nueva etapa en la investigación sobre el castro, en el contexto de un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación liderado por el IAM-CSIC y con participación de la Universidad de Extremadura y el CICYTEX. La propuesta se basó en el análisis integrado de los datos aportados por una amplia batería de métodos no invasivos, ampliando el rango de estudio a otros enclaves como Villasviejas del Tamuja (Botija, Cáceres), el Cerro de la Breña (Talaván, Cáceres) y otros castros del actual territorio de la Alta Extremadura.