La avispilla china genera agallas o pequeños tumores en las hojas del castaño, que reduce el vigor del árbol y merman la producción de castañas hasta en un 80%, lo que supone un perjuicio económico severo para los productores. Hasta ahora se combatido con otro insecto importado también de Asia, una práctica también peligrosa por la colonización de invasores. Pero todo puede cambiar. Un equipo de investigación estudia una solución más ingeniosa y sostenible, que además se encuentra en el propio terreno donde viven los castaños.
La investigación en la que se presenta esta metodología innovadora para combatir a la avispilla china ha sido ideada por investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (iuFOR) del Campus de la Universidad de Valladolid (UVa) en Palencia, en colaboración con la Junta de Castilla y León y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y la han publicado en la revista Journal of Applied Entomology.
Cuál es la posible solución para salvar a los castaños de la avispilla china
Los investigadores de la UVa proponen utilizar insectos locales para salvar a los castaños de la plaga de la avispilla china (Dryocosmus kuriphilus). Han demostrado cómo algunos insectos locales como las avispillas Torymus flavipes y Eurytoma brunniventris, comienzan a atacar a la asiática intrusa desde el primer año de su aparición, lo que les perfila como buenos controladores de la plaga. Estos parasitoides habitan en los robledales cercanos al castañar, desde donde llegan para poner sus huevos dentro de las agallas generadas por la avispilla.
“La novedad del estudio radica en conocer cómo los parasitoides locales responden de forma inmediata a la irrupción de la plaga y pueden ser controladores eficaces alternativos frente a la tendencia generalizada en la lucha contra la avispilla, que hasta ahora consistía en la liberación masiva del parasitoide asiático, Torymus sinensis, lo que supone posibles efectos adversos (desplazamientos, competencia o hibridaciones) en la fauna de parasitoides locales”, explica la profesora del área de Zoología de la UVa, Mercedes Fernández.
“El análisis realizado muestra que los robles actúan como reservorio de enemigos naturales de la avispilla, por lo que el ecosistema local tiene herramientas para defenderse en estadios tempranos de la infestación”, añade Jordán Muñoz, coautor del trabajo.
Para realizar este estudio Fernández y Muñoz, investigadores del iuFOR junto al agente forestal Juan Carlos Vinagrero y el catedrático de la UAB, Juli Pujade establecieron seis parcelas de muestreo en castañares de la comarca de la Carballeda, Zamora, donde la plaga fue detectada en 2019 y los dos años siguientes. Allí evaluaron la respuesta de los himenópteros parasitoides nativos, cuyas larvas se alimentan de las larvas de la avispilla.
El estudio supone la primera investigación sobre la respuesta temprana de los parasitoides autóctonos frente a esta plaga en Castilla y León y abre la puerta al desarrollo de medidas de control alternativas a la liberación masiva del parasitoide asiático (también localizado en la zona de estudio sin que se hayan registrado sueltas oficiales), apostando de esta forma, por el mantenimiento de un ecosistema más resiliente frente a las plagas invasoras.