M. Barbacid: “Los países que más invierten en ciencia son lo que acaban siendo los más ricos”

El investigador, Mariano Barbacid, ha sido investido doctor honoris causa por la UNED, que premia así su trabajo científico y ser impulsor de la oncología molecular.

Momento de la investidura de Barbacid como honoris causa de la UNED de manos del rector, Ricardo Mairal.

La investidura de Mariano Barbacid Montalván como doctor honoris causa de la UNED ha protagonizado la jornada de celebración del patrón de la universidad, Tomás de Aquino. El nuevo honoris causa realizaba un alegato en su discurso de entrada en el claustro de la UNED ,recordando que “no son los países ricos quienes más invierten en Ciencia, sino que los países que invierten en Ciencia acaban siendo los más ricos”.

Así fue la ceremonia, en Canal UNED

El rector Ricardo Mairal Usón presidía la ceremonia, flanqueado por el vicepresidente del Consejo Social, Aurelio López de Hita, la secretaria general, Rebeca de Juan Díaz y, desde el fondo de la sala, inundándolo todo, la música clásica del Coro de la UNED. La madrina y el padrino del nuevo doctor honoris causa, la catedrática de Química y vicerrectora primera, Rosa María Martín Aranda, que glosó la biografía científica del nevo honoris causa, y el director del Instituto de Salud Carlos III, el también oncólogo, Cristóbal Belda Iniesta, que incidiría en el número de personas que han logrado salvar la vida gracias a sus investigaciones y el “antes y el después” de su incorporación al panorama científico español, tras años de investigación en EEUU. Ambos completaron un el extenso y erudito curriculum de Barbacid, colmado de medallas, distinciones, honores de instituciones y academias. Y colmado de estudio, investigaciones, descubrimientos científicos y aportaciones a la salud de la humanidad, en constante batalla contra el cáncer.

Ayer, hoy y mañana de un maestro de oncólogos

Mariano Barbacid es profesor de Oncología Molecular y dirige el Grupo de Oncología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Estudió Ciencias Químicas, especialidad en Bioquímica, en la UCM y se doctoró en el Instituto de Biología Celular del CSIC completó su formación postdoctoral en el Instituto del Cáncer (NCI) de Estados Unidos. En 1978 formó su propio grupo de investigación en el NCI donde trabajó hasta 1988. En 1982 aisló por primera vez un gen humano mutado capaz de causar cáncer, el oncogén, identificando así la primera alteración molecular implicada en el desarrollo tumoral. Estos descubrimientos sirvieron para establecer las bases moleculares del cáncer y abrir un campo nuevo de investigación, la Oncología Molecular.

Durante la siguiente década trabajó en la industria farmacéutica, hasta que volvió a España donde fundó y dirigió el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Bajo su liderazgo, el CNIO se convirtió en menos de una década en uno de los mejores centros de investigación del mundo. Es miembro de entidades de investigación y salud en Europa, Estadios Unidos e Iberoamérica, ha creado escuela con numerosos investigadores de primera línea y gran reputación, tanto en biología molecular como en oncología.

“Durante las últimas décadas las sociedades occidentales ha experimentado una altísima mejora en cuanto al desarrollo y conocimiento del mundo biosanitario, a pesar de lo cual no hemos podido evitar encontrarnos en medio de una pandemia”, señalaba Mariano Barbacid en su discurso de ingreso al claustro de la UNED.

El gran beneficio que la Ciencia ha podido aportar a la sociedad es la generación en tiempo récord de las vacunas. Desgraciadamente, la pandemia ha ocasionado efectos colaterales con otras enfermedades, como el deterioro mental de muchas personas y algo no menos grave, la limitación de recursos para otras dolencias mucho más graves como son las enfermedades neurodegenerativas y sobre todo el cáncer”.

Aún asumiendo los logros que su trabajo y el de sus equipos de investigación han aportado y aportan cada día a la salud de millones de personas en todo el mundo, el maestro mira al futuro y defender el trabajo de los científicos que deben afrontar su día a día con medios a menudo insuficientes.

Compromiso por seguir investigando

“Mi compromiso por seguir investigando es firme” afirmaba, tras constatar los 40 años transcurridos entre el aislamiento de los primeros oncogenes y el reto de materializar nuevos fármacos contra “los tres tipos de cánceres que causan mayores índices de mortalidad: el adenocarcinoma de pulmón, los tumores colorrectales y la casi totalidad de los tumores de páncreas”.

En un alegato reivindicativo, el nuevo doctor honoris causa de la UNED señalaba que “cuando regresé a España justo a finales del siglo pasado, mi laboratorio se financiaba casi en su totalidad con recursos obtenidos de convocatorias públicas. Desgraciadamente ahora los procedentes del Gobierno y de las Comunidades Autónomas no representan ni el 20 %.

Podemos seguir investigando gracias a los European Research Council, que ahora son el sustento principal de los grupos que quieren estar en la elite científica, e instituciones y ONG´s privadas como la Fundación de la Asociación Española contra el Cáncer o la Fundación CRIS. Insto a nuestra clase política a que dejen el ruido a que nos tienen acostumbrados y pongan en marcha un verdadero y eficaz pacto de Estado por la Ciencia aprovechando la llegada de los Fondos Europeos, una oportunidad única de sacar al sector de la preocupante situación en que se encuentra.

Mariano Barbacid.

Si se desperdicia, quien sabe cuándo será posible volver a intentarlo. A mí ya no me va a afectar, pero a buen seguro afectará a las generaciones venideras. Recordemos que no son los países más ricos los que más invierten en Ciencia, sino que son los países que más han invertido en Ciencia y Tecnología los que hoy en día son los más ricos”.

El rector, Ricardo Mairal, en un discurso de alto contenido crítico con la difusión de bulos y peudociencia, acogía al nuevo doctor honoris causa de la UNED con cálidas palabras de bienvenida: “Los trabajos del doctor Barbacid son un exponente indiscutible de que la Ciencia es una rama del saber humano que inspira nuestra existencia y aumenta nuestra calidad de vida, propiciando un mayor conocimiento de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Estos hombres de ciencia son imprescindibles en la Nueva Ilustración que necesitamos para equilibrar el avance imparable de la Ciencia con la claridad y el sentido crítico que emanan de las Humanidades”.