Una dieta cetogénica para aumentar la longevidad, memoria y rendimiento físico

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Un plato de pasta.
Un plato de pasta.

Dos equipos de investigación radicados en diversos centros de la costa oeste de Estados Unidos, con la colaboración de la Universidad de Córdoba, han demostrado simultáneamente en la revista Cell Metabolism que la administración de una dieta ‘cetogénica’ o libre de carbohidratos contribuye a un aumento de la longevidad cuando se inicia su consumo en la edad adulta, y siempre y cuando se prevenga una ingesta excesiva de calorías. 

En la dieta experimental, un 90% de las calorías provenía de grasas y el 10% restante, de proteínas. Los ratones que consumieron esta dieta desde la edad adulta a la vejez conservaron su fuerza, velocidad, resistencia y memoria, tal y como se demostró mediante una batería de pruebas físicas, mientras que los ratones con una dieta normal experimentaban el declive propio de la edad. La longevidad media de los animales se incrementó en un 14% y la incidencia de tumores disminuyó.

Menos carbohidratos

La ausencia de carbohidratos en la dieta promueve la producción de los llamados cuerpos cetónicos, moléculas que el organismo puede usar como energía alternativa a la glucosa en órganos como el cerebro. Se ha comprobado que estos cuerpos cetónicos, además de servir como fuente de energía, pueden alterar la expresión de numerosos genes, aunque su efecto sobre el envejecimiento era hasta ahora desconocido. Estas dietas se usan en el tratamiento de la epilepsia resistente a fármacos y están siendo objeto de investigación en relación con otras enfermedades neurodegenerativas.

Estos estudios refuerzan la idea de que una mejor comprensión de las funciones de los cuerpos cetónicos puede abrir la puerta a nuevos enfoques para tratar enfermedades vinculadas al envejecimiento.

Colaboración desde Córdoba

El trabajo desarrollado por uno de los equipos ha estado coordinado desde la Universidad de California, Davis, por el profesor Jon Ramsey y el investigador postdoctoral cordobés José Alberto López Domínguez, quien obtuvo el doctorado en la Universidad de Córdoba dentro del Grupo dirigido por José Manuel Villalba, Catedrático del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología, y cuenta con la participación de Elena Gutiérrez Casado, en la actualidad estudiante de Doctorado del Programa Biomedicina, adscrita al mismo Grupo investigador de la UCO.

El segundo equipo de investigación pertenece al Instituto Buck para la Investigación en el Envejecimiento (en Novato, California) y está liderado por el profesor Eric Verdin y el investigador postdoctoral John Newman.

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