Un insecto acuático invasor ‘aprende’ a coexistir con especies nativas de la península

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La especie invasora Trichocorixa verticalis verticalis.
La especie invasora Trichocorixa verticalis verticalis.

El grupo de investigación Ecología Acuática de la Universidad de Murcia estudia el impacto que una especie invasora de insecto acuático puede tener sobre las especies nativas de coríxidos (insectos acuáticos nadadores conocidos vulgarmente como “chinches acuáticos” y pertenecientes al orden de los hemípteros) que habitan en los humedales costeros de la península ibérica.

No en vano, el movimiento de especies procedentes de otras áreas geográficas, por cuestiones económicas o incluso accidentales, es una de las mayores amenazas que sufren los ecosistemas. Cuando la especie exótica (no nativa) llega a proliferar fuera de su área original de distribución, se le considera una especie invasora, pudiendo tener un impacto negativo en la biodiversidad local.

Para ello, este grupo investigador se ha centrado en la especie invasora Trichocorixa verticalis verticalis, un insecto originario de la costa atlántica americana, comparando su nicho ecológico con el de otras tres con las que podría competir o coexistir en el mismo ambiente. En el estudio se ha determinado la similitud ecológica de estas especies (nicho ecológico) a través de experimentos de laboratorio y datos de campo. Este nicho se ha caracterizado con relación a su tolerancia a la salinidad, su tasa reproductiva, ciclo de vida, capacidad de vuelo y su alimentación: “Si tienen nichos muy similares lógicamente pueden competir, si comparten solo algunas características podrían coexistir en el mismo sitio”, explica Josefa Velasco, investigadora de la UMU.

Asimismo, se ha comparado la coexistencia de las especies nativas entre el área invadida (sur de España y Portugal, norte de Marruecos) y regiones donde el invasor todavía no ha llegado (sureste ibérico). Las conclusiones del estudio sugieren que Trichocorixa podría coexistir con las especies nativas, reduciendo su impacto.

¿Coexistencia pacífica?

La coexistencia entre esta especie y las especies nativas se podría deber a sus diferencias ecológicas, lo cual permitiría tener acceso a recursos distintos y reducir la competencia. Por ejemplo, Trichocorixa es más pequeña y tiene un mayor espectro de fuentes de alimentación en comparación con las especies autóctonas. Además, la especie invasora tiene una mayor capacidad de vuelo y una tasa reproductiva superior en condiciones de salinidad elevada, lo que le permite extenderse con éxito.

La metodología escogida se ha servido de experimentos en laboratorio, combinados con los datos de campo registrados en una base de datos que, durante tres décadas, el grupo de investigación de Ecología Acuática de la Universidad de Murcia ha ido compilando. En el muestreo, recopilación de los datos y análisis de resultados han participado también investigadores de la Estación Biológica de Doñana, capitaneados por el reconocido investigador Andy J. Green.

Presencia en el Sur de Europa y Norte de África

Trichocorixa verticalis verticalis ha invadido el suroeste de Europa y zonas costeras del norte y centro de África, donde suele ocupar marismas y humedales salinos. En la península ibérica, desde Doñana, donde el equipo de la UMU la detectó por primera vez, se ha expandido hacia otros humedales de Cádiz y costas de Portugal. En Marruecos, se expande con más celeridad, desde la costa atlántica (salinas de Larache) hasta cerca de la frontera con Argelia, ya en el Mediterráneo. Se plantea la hipótesis de que probablemente ha llegado a nuestras costas a través del agua de lastre de los barcos, puesto que los nuevos puntos de invasión dónde se ha localizado coinciden con los puertos de mayor intensidad de tráfico marítimo.

En España parece que su expansión está estancada, no habiendo sobrepasado aún la provincia de Cádiz. Sin embargo, en Marruecos su expansión parece verse acelerada. En Portugal también parece estar en expansión hacia el norte. Aunque sus áreas potenciales a conquistar podrían extenderse por todo el Mediterráneo hasta Francia, actualmente ni en Almería ni en Murcia se ha detectado la especie. Se cree que esto se debe a la desaparición de muchos de los humedales costeros de Andalucía en favor del desarrollo urbanístico, situación que en Marruecos ha ocurrido en menor grado.

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