Tiempos de cambio en la UJA

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Foto de familia con los responsables de los medios.
Foto de familia con los responsables de los medios.

Soplan nuevos aires por tierras de Jaén, más concretamente por las calles del campus de las Lagunillas. Su nuevo rector, Juan Gómez, quiere empezar el próximo curso con los deberes hechos y no ha esperado a después del verano para reunir a los medios de comunicación para contarles cuáles van a ser las líneas maestras de su mandato. Gestión que puede reducirse a una frase: «hacer universidad”.

El edificio elegido para el encuentro con los medios de comunicación no fue el campus, sino la antigua Escuela de Magisterio. Un edificio ejemplarmente recuperado y que hoy es usado como sede del Consejo Social, centro cultural, vivero de empresas o sede del Aula de Mayores, entre otros usos. Para el Rector el edificio es el símbolo del acercamiento y la integración de la UJA en la ciudad y en la sociedad jiennense y su actividad debe ser un reflejo del dinamismo que la Institución quiere imprimir a la provincia.

Juan Gómez cree que en proporción la Universidad de Jaén tiene un peso socioeconómico en su territorio mucho mayor que universidades de mucho más tamaño y con mucha más antigüedad. Pero ese peso debe ser aún mayor, ya que pretende convertirla en motor que lidere el desarrollo de la provincia de Jaén en los próximos años. Y lo quiere hacer como mejor sabe una universidad, formando a los mejores, tanto en su rama de conocimiento específica como de forma transversal inculcando habilidades de trabajo en equipo, liderazgo …, esenciales para aumentar las posibilidades de empleabilidad de sus egresados.

El Rector quiere que de sus aulas salgan los emprendedores que generen un nuevo tejido productivo. El emprendimiento, asegura Juan Gómez, «de tanto usarlo ha perdido su esencia, pero es la clave para generar un nuevo tejido productivo que además genere oportunidades para egresados que apuestan por trabajar por cuenta ajena.

Otro pilar de su mandato será la orientación de la universidad hacia las personas. «La Universidad no es una empresa, pero eso no está reñido con que busquemos ser «competitivos». Estamos obligados socialmente a responder por la sociedad a la que nos debemos, sobre todo a nuestros estudiantes. Ellos son nuestra preocupación y nuestra razón de ser. Lo hemos hecho siempre, pero tenemos que hacerlo mucho más», asegura Gómez».

Con 100 millones de euros de presupuesto la Institución se marca como objetivo captar nuevo alumnado y convertir al ya egresado en embajador de la UJA, que se sienta orgulloso del título que le acredita como profesional conseguido en esta universidad.

En esa responsabilidad social hace autocrítica: «somos servidores públicos, no debemos mirarnos tanto el ombligo. Hay que mirar hacia fuera. A la universidad española le cuesta trabajo cambiar y debería ser mucho más flexible para afrontar sus retos. Hay que introducir la autocrítica en los campus españoles. La Universidad no puede ser una isla. Tiene que estar proyectada hacia el exterior, hacia su territorio más cercano en primer lugar, pero hacia otras universidades y países también». En un mundo cada vez más global las oportunidades para los campus están en cualquier sitio, asegura Juan Gómez.

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